"Hoy prendemos los motores y nos alejamos del asteroide y empezamos el camino de regreso a la Tierra", dijo Gerónimo Villanueva, astrónomo de origen argentino que trabaja en el Centro Espacial Goddard de la NASA.
Por Ivonne Malaver
Miami, 10 may (EFE).- La nave OSIRIS-REx iniciará este lunes su regreso a la Tierra portando "la primera muestra" que se recoge de un asteroide, 60 gramos de la masa de Bennu que pueden dar pistas sobre la formación de los océanos y el Sistema Solar, explicó a Efe el experto de la NASA Gerónimo Villanueva.
Esta nave no tripulada partió de Cabo Cañaveral (Florida, EU) en 2016 con rumbo a Bennu, empezó a orbitarlo en 2018 y en cuestión de segundos "tocó tierra" y recolectó la muestra en 2020.
Después la nave continuó dándole vueltas al asteroide hasta hoy mismo, cuando se espera que inicie un largo viaje a la Tierra que concluirá en 2023.
"Hoy prendemos los motores y nos alejamos del asteroide y empezamos el camino de regreso a la Tierra", manifestó emocionado Villanueva, astrónomo de origen argentino que trabaja en el Centro Espacial Goddard de la NASA.
Aproximadamente a las 16:16 EDT (20:16 GMT), la sala de control OSIRIS-REx en Littleton (Colorado) recibirá una confirmación de que la nave espacial prendió sus propulsores para alejarse de la órbita de Bennu, unos 16 minutos después de que sucedió debido al retraso en las comunicaciones.
El asteroide Bennu, explicó Villanueva, "es una cápsula del tiempo, de 4 mil 500 millones de años" y el análisis de sus condiciones, de la cantidad de agua que tenía esa zona del Sistema Solar, ayudará a "entender cómo se forma nuestro propio planeta".
We arrived, we sampled, and now we say goodbye. On May 10, #OSIRISREx will fire its main thrusters and start its long journey back to Earth with more than 60 grams of material from asteroid Bennu on-board. #ToBennuAndBack
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— NASA Solar System (@NASASolarSystem) May 6, 2021
A partir de hoy la comunidad científica estará ansiosa de recibir la muestra de unos 60 gramos, de la que e se piensa guardar un 75 por ciento para los investigadores del futuro.
Sin embargo, los investigadores tendrán que esperar unos dos años y medio hasta que la cápsula con el preciado material descienda en septiembre de 2023 con la ayuda de paracaídas en el desierto en Utah, si supera con éxito varios desafíos de la trayectoria.
UNA BALA SALIENDO DE ÓRBITA
Villanueva subrayó que un primer reto, que demanda mucha precisión, será salir hoy de la órbita de Bennu a toda velocidad y hacerlo adecuadamente, teniendo en cuenta en dónde estará el planeta Tierra en 2023.
"Estamos dando vueltas alrededor de Bennu y tiene que salir disparado en la dirección correcta y la velocidad correcta para encontrarse con la Tierra en dos años", precisó.
Los propulsores de la nave deben cambiar su velocidad a 958 kilómetros por hora (595 millas) para que la trayectoria de OSIRIS-REx se cruce con la Tierra y logre éxito.
La nave, dijo el astrónomo, además tendrá que dar la vuelta al Sol dos veces, cubriendo 2 mil 300 millones de kilómetros (mil 400 millones de millas) durante dos años y medio para alcanzar la Tierra.
El científico explicó que la salida de órbita es tan crucial en esta misión como lo fue alcanzar la órbita de Bennu en 2018. "Esto es como una bala que viene a altísima velocidad y tiene que desacelerar y estar en órbita", recordó.
BENNU, UN ASTEROIDE CLAVE
Hay más de un millón de asteroides conocidos en el Sistema Solar, pero Bennu es el candidato ideal para un estudio más detenido debido a su tamaño, composición y su proximidad a la Tierra, según la NASA.
El astrónomo dijo que los asteroides son interesantes porque están cerca entre la Tierra y Marte y que Bennu en particular lo es más porque se presume que tiene mucho material orgánico a juzgar por su color oscuro.
"Ese color es porque es carbonoso y es un tipo particular de asteroides que nos habla mucho de la posibilidad de que tengan los elementos primordiales del origen del Sistema Solar", precisó Villanueva.
In October 2020, the spacecraft collected a sample of the asteroid in a landmark Touch-And-Go maneuver. #ToBennuAndBackhttps://t.co/yhUYtFJHvN pic.twitter.com/gBgcLqGqIS
— NASA Solar System (@NASASolarSystem) May 10, 2021
Además de las muestras, también hay material fotográfico tomado desde la órbita que ayudará a entender la topografía de la superficie del asteroide y cómo el Sol impacta el comportamiento de esos cuerpos, dijo.
"Nunca nos imaginamos, pensábamos que íbamos a encontrar una superficie como lunar, el polvillo, pero es una superficie con grandes bloques de piedra y además está como largando (desprendiendo) piedras constantemente de su superficie, lo cual es impactante", manifestó.
A diferencia de las misiones que buscan vida en Marte, la idea en este asteroide fue buscar "los elementos fundamentales del Sistema solar y también entender cómo se mueven los asteroides", indicó el argentino.
"Estamos tratando de entender de dónde vienen los océanos de nuestro planeta y también el origen de la vida en nuestro planeta (...), qué tan única es la vida y el agua", agregó Villanueva.
UNA MUESTRA SUFICIENTE PARA EL MUNDO
Sobre la recogida de muestras, Villanueva dijo que fue cuestión de segundos, porque debieron usar la energía del aterrizaje para el mismo despegue, es "tocar e irse".
Sin embargo, fue un tiempo suficiente para superar el objetivo de juntar 60 gramos de material, lo que es "un montón" y que irá a partir de 2023 a científicos de Estados Unidos, Canadá y Japón, entre otros países.
"Tenemos instrumentación tan poderosa que con 60 gramos lo podemos dividir entre 60 equipos y podemos sacar millones de mediciones", detalló.
Explicó que históricamente se recogen miligramos de un objeto del espacio y que en esta ocasión incluso se cree que hay hasta un kilogramo, del cual se va a "preservar la mayoría para el futuro, para próximas generaciones".
La idea es que en 50 años habrá mejores instrumentos y seguir así el modelo de las muestras tomadas en la Luna hace más de medio siglo, que hoy se analizan con instrumentos que ni "imaginábamos", indicó Villanueva.