La explosión de contagios por COVID-19 se encuentra asociada a la circulación de variantes del virus, entre ellas una de origen brasileño, conocida como P.1, la cual ha llevado a la red pública de hospitales de Brasil a una situación crítica.
Sao Paulo, 12 abr (EFE).- Brasil superó este lunes los 13.5 millones de casos de COVID-19 y se acerca a las 355 mil muertes desde el inicio de la pandemia, después de registrar 35 mil 785 infectados y mil 480 fallecidos en el último día, según informó el Gobierno.
La pandemia sigue fuera de control en el país, con un promedio de 3 mil 124 fallecidos diarios durante la última semana, nuevo récord desde la irrupción del SARS-CoV-2, según datos oficiales.
El país acumula ahora 354 mil 617 decesos y 13 millones 517 mil 808 casos confirmados de coronavirus desde que el 26 de febrero de 2020 registrara el primer contagio en su territorio, que fue además el primero en Latinoamérica, de acuerdo con el balance del Ministerio de Salud.
Brasil es el segundo país con más óbitos por COVID-19, después de Estados Unidos, y el tercero en número de infectados, tras EU e India, aunque actualmente es el lugar del planeta donde más se muere por COVID-19, con una tendencia al alza.
La explosión de contagios, asociada a la circulación de variantes del virus más infecciones, entre ellas una de origen brasileño, conocida como P.1, ha llevado a la red pública de hospitales de Brasil a una situación crítica, con buena parte de las unidades de cuidados intensivos (UCI) al límite de su capacidad.
Según una encuesta de la Confederación Nacional de Municipios, una de cada cuatro ciudades brasileñas tiene lista de espera de pacientes con COVID-19 en estado grave que aguardan por una cama de terapia intensiva para recibir tratamiento.
Y todo ello en medio de una enorme subnotificación, que, según especialistas epidemiológicos, ha reducido el número real de contagios, que podría ser hasta "dos o tres" veces superior a la cifra oficial.
En este contexto, un magistrado del Tribunal de Cuentas de Brasil, órgano que fiscaliza el gasto público del país, exigió al Ministerio de Salud que distribuya inmediatamente los test que adquirió a través de la Organización Panamericana de la Salud (OPS) y que caducan entre mayo y junio de este año.
La campaña de vacunación empezó el pasado 17 de enero en Brasil, pero no avanza al ritmo esperado y hasta el momento han recibido la primera dosis alrededor de un 11 por ciento de los 212 millones de brasileños y la pauta completa apenas 3.3 por ciento.
Además, los próximos meses supondrán un desafío adicional para las autoridades sanitarias brasileñas debido a la campaña de vacunación contra la gripe, que comenzó este lunes con el objetivo de vacunar por lo menos a unos 80 millones de personas.