El proyecto Pan-Corona busca lograr el fármaco contra los coronavirus, que se sumaría a los que ya desarrolla la isla y que están en sus fases finales.
Ciudad de México, 4 de abril (RT).– La fortaleza de Cuba en los sectores de la biotecnología y la industria farmacéutica ha facilitado que tenga capacidad de crear al mismo tiempo hasta cinco posibles vacunas contra la COVID-19, afirma la directora general del Centro de Ingeniería Genética y Biotecnología (CIGB) cubano, Marta Ayala Ávila.
Entre los fármacos anticovid que desarrolla esa nación latinoamericana destacan Soberana, Mambisa y Abdala, cuyos ensayos clínicos avanzan con rapidez y algunos ya se encuentran en la fase III de los experimentos.
"En esta época de la pandemia se han acortado los tiempos para el desarrollo, tanto de moléculas terapéuticas como de candidatos vacunales, bajo el cumplimiento de todas las regulaciones establecidas por las respectivas agencias", debido a que en situaciones así "uno acomoda los cronogramas y estrategias para dar respuesta rápida a la situación", explicó esta especialista.
PROYECTO PAN-CORONA
La directora del CIGB aclara que los científicos cubanos solo emplearon tecnología y recursos humanos nacionales para crear sus medicamentos, así como anticuerpos producidos en la isla, y que esos fármacos son "susceptibles a ser combinados" con otras vacunas.
Asimismo, Cuba trabaja con China para poner en marcha el proyecto Pan-Corona y lograr otra vacuna contra una nueva cepa del virus SARS-CoV-2, causante de la COVID-19, una iniciativa cuyo objetivo es lograr un fármaco de amplio espectro contra "muchos coronavirus".
El fármaco, que se desarrolla en China, se basa en combinar partes de virus que son conservadas y no tan expuestas a la variación para generar anticuerpos, con las dirigidas a las respuestas celulares.
Respecto a las críticas hacia los candidatos vacunales cubanos, Marta Ayala Ávila asevera que no es la primera vez que se intenta desacreditar a La Habana "cuando tiene algo que mostrarle al mundo": "los enemigos intentan minimizar cualquier logro que tengamos; de hecho, el bloqueo también afecta a las investigaciones científicas, a la biotecnología y al sector farmacéutico" cubanos.
No obstante, esta limitación impuesta por EU supone un desafío para la comunidad científica de Cuba que, pese a los obstáculos y gracias a la inversión realizada por el Gobierno cubano en educación y recursos humanos, está en condiciones de desarrollar tecnología propia.