Los contagios de coronavirus han ido en aumento constante en Alemania debido a que una nueva variante descubierta en Gran Bretaña se ha vuelto dominante, y la cifra diaria de casos per cápita ha superado a la de Estados Unidos.
Berlín, 23 mar (EFE).- Alemania da marcha atrás en el levantamiento de restricciones por la pandemia y afronta una Semana Santa atípica, con un país que casi cerrará, por la subida de contagios confirmada este martes, tras un difícil acuerdo entre Gobierno y regiones no exento de polémica.
Hoy las cifras oficiales respaldaron a los partidarios del nuevo confinamiento -cuya parte más visible serán unas vacaciones de Pascua con movilidad muy limitada y desaconsejada y contactos personales restringidos- al confirmarse que la incidencia de la COVID supera los 100 casos semanales por cien mil habitantes.
El Instituto Robert Koch (RKI) de virología constató que la tendencia se confirma con 108.1 nuevos contagios, poco más que la jornada precedente pero afianzando una escalada que se teme exponencial durante las próximas semanas.
Las nuevas restricciones aplican el freno a la desescalada, una carta que ya acordaron dejarse guardada por si la situación se deterioraba el Gobierno y los estados federados antes de la maratoniana reunión del lunes cuyos resultados anunciados de madrugada dejaron traslucir tensiones y marcadas diferencias cuyo relato contaron hoy en detalle medios alemanes.
Durante las horas de videoconferencia entre la Canciller, Angela Merkel, y los primeros ministros de las regiones alemanas se hicieron patente las marcadas diferencias de criterio y estrategia, por ejemplo, entre estados del norte, menos partidarios de más restricción, y otros como Baviera, decididamente apostando por el cierre de la vida pública para frenar el avance de la tercera ola.
Al respecto, Merkel anunció que las restricciones programadas para concluir el 28 de marzo ahora estarán vigentes hasta el 18 de abril.
“Básicamente tenemos una nueva pandemia", dijo Merkel a reporteros en Berlín.
“En esencia tenemos un nuevo virus, obviamente del mismo tipo pero con características completamente distintas", agregó. “Significativamente más letal, significativamente más contagioso (e) infeccioso por más tiempo".
Desde su última reunión hace tres semanas, en la que ambas partes accedieron a un plan para relajar las restricciones, varios estados han intentado no tener que volver a implementar confinamientos más estrictos aún cuando el número semanal de nuevas infecciones supere las 100 por cada 100 mil habitantes por tres días consecutivos.
Merkel especificó claramente que no aceptará eso.
“Por desgracia, vamos a tener que usar este freno de emergencia”, manifestó.
Las autoridades acordaron restringir prácticamente todas las actividades públicas del 1 al 3 de abril, incluyendo el cierre de la mayoría de las tiendas durante ese lapso. Las reuniones privadas quedarán prohibidas del 1 al 5 de abril, a fin de alentar a las personas a quedarse en casa.
"NOS QUEDAMOS EN CASA"
El Ministro en la Cancillería alemana, Helge Braun, resumió hoy en declaraciones al canal de noticias Ntv que el objetivo del Gobierno es aplicar más que nunca el principio de "nos quedamos en casa" para tener "un buen verano".
La Semana Santa se contempla ahora como un período en el que "no gastar ahora recursos", explicó Braun, para poder afrontar el verano con menor presión y poder ofrecer a los alemanes una desescalada que cada vez se ve más lejana.
Eso se traduce en que desde el jueves al lunes de Pascua se declara de modo general y excepcional que habrá un período de "descanso" y que casi solo abrirá al público el sábado el comercio de alimentación.
Braun agregó que el deseo es permitir para el verano "la mayor libertad posible", por lo que viajar por turismo en Semana Santa lo dificultaría.
Recordó que el año pasado, después de una Semana Santa en pleno parón de la vida pública, fue posible comenzar el verano con cifras muy bajas de contagio y un movimiento relativamente normal, lo que se quiere lograr también este verano, dijo.
Para ello, un mayor testeo constituye un instrumento adicional, pero la clave, agregó, son las vacunas; en Alemania la campaña de vacunación avanza a un ritmo menor al deseado y a día de hoy han recibido las dos dosis de la vacuna tan sólo tres millones 345 mil 235 personas, un 4.0 por ciento de la población, y siete millones 523 mil 137 (el 9.0 por ciento), al menos una.
LAS VACACIONES EN MALLORCA, EN EL PUNTO DE MIRA
Un asunto no menor en el debate del lunes previo al anuncio de la marcha atrás fue el de las vacaciones posibles en la isla de Mallorca, España, destino preferido de vacaciones de los alemanes, después de que varios estados federados lamentaran que se fuera a dar la paradoja de que se podrá viajar a la isla española pero no a la costa del mar Báltico, por ejemplo.
El Gobierno federal y las regiones decidieron que se obligará a todos los viajeros a hacerse un test PCR negativo al llegar al país desde cualquier lugar del mundo, aunque no sea considerado zona de riesgo.
La demanda hacia Mallorca se disparó después de que las autoridades alemanas sacasen a las islas Baleares (este de España) de la lista de zonas de riesgo, lo que eliminaba la obligación de presentar un PCR y guardar cuarentena; ahora habrá una "obligación general" de realizarse un test, medida que sustituye el sistema anterior, en el que sólo las zonas de riesgo implicaban test y cuarentena.
"Desaconsejamos todos los viajes al extranjero, en general todos los viajes que nos son estrictamente necesarios", señaló Merkel al explicar las decisiones de la larga cumbre, que ahora podrá trasponerse en decisiones específicas en cada región.
Entre la frustración y descontento que se percibieron al conocerse las decisiones del lunes estuvieron las de los representantes de las Iglesias católica y evangélica, las mayoritarias en el país, que recibieron con sorpresa la recomendación de que los servicios religiosos de Semana Santa sean preferentemente virtuales y no presenciales.
"La Pascua es la festividad más importante para nosotros, los servicios religiosos no son un accesorio", dijo el presidente de la Conferencia Episcopal Alemana, el obispo Georg Bätzing, quien reclamó un tratamiento como el permitido en Navidad cuando, agregó, "mostramos cómo podemos celebrar la misa con cautela".
-Con información de AP