A pesar de que el suministro de luz en México ya se encuentra completamente restablecido, López Obrador pidió que se ahorre lo más posible para evitar posibles nuevos "apagones".
CIUDAD DE MÉXICO (AP) — El Presidente Andrés Manuel López Obrador hizo el jueves un llamamiento a todos los mexicanos para que ahorren energía por las noches con el fin de terminar de solucionar cuanto antes los problemas de desabasto de combustible provocados por el corte de suministro de gas desde Texas debido a la ola de frío.
“De 6 a 23:00 horas, que nos ayuden consumiendo menos todos los mexicanos. Ya está resuelto prácticamente el problema, pero vamos todos a ayudar para tener reservas (...) y que no vamos a padecer por los apagones”, afirmó.
De forma paralela, el mandatario dijo que México ha puesto en marcha toda su maquinaria diplomática para evitar que Texas corte el suministro de gas como propone su Gobernador. El país depende de esas importaciones y gran parte de la industria mexicana, situada en el norte del país, podría verse afectada.
"Yo no creo en cerrar las fronteras, no creo que sea la solución a los problemas", afirmó López Obrador.
México utiliza gas para generar alrededor del 60 por ciento de su electricidad, comparado con 40 por ciento de Estados Unidos, y construyó gasoductos para aprovechar el gas natural barato estadounidense que a menudo es producto de la fracturación hidráulica en Texas, aunque México no permite dicha técnica en su territorio.
Las bajas temperaturas y las tormentas en Texas produjeron una cadena de eventos de falta de suministro que dejaron sin electricidad a cerca de cinco millones de usuarios en el norte de México el lunes, ya que la falta de gas natural interrumpió la generación de energía.
Según explicó Manuel Reyes, encargado de energía de la Comisión Federal de Electricidad (CFE), una empresa estatal, Texas tuvo un aumento de la demanda “sin precedentes”, falló el suministro de energías renovables en ese estado, se congelaron los ductos que transportaban gas, su precio empezó a incrementarse exponencialmente, Texas declaró el estado de emergencia y México le siguió.
Los apagones y cortes programados se prolongaron durante tres días pero, según explicó el Gobierno, pudieron solucionarse con la búsqueda de combustibles alternativos de toda clase, desde combustolio y gasoil, a carbón, energía nuclear, hidroeléctrica y la compra de dos barcos de gas licuado que estaba previsto que llegaran el jueves por la tarde a los puertos de Manzanillo (en el Pacífico) y Altamira (en el Golfo de México).
El Gobierno definió como “hazaña” todo el procedimiento para recuperar el suministro y López Obrador subrayó que todo lo ocurrido deber servir para entender “que hay que fortalecer a las empresas públicas del país y darles prioridad”, es decir, privilegiar a la Comisión Federal de Electricidad y a Petróleos Mexicanos.
TEXAS SIN LUZ, SIN AGUA...
No sólo es falta de energía. También falta ya el agua potable a millones de personas en Texas. Y de acuerdo con The New York Times, esta crisis puede verse agravada este mismo jueves por una franja de mal tiempo que se extiende desde la frontera con México y hasta Nueva York. El Servicio Meteorológico Nacional dijo que una gran tormenta invernal traería lluvia helada, nieve y temperaturas “muy por debajo del promedio”.
“Es un golpe en el estómago para los tejanos que han recurrido a estufas, parrillas para asar carne, generadores de gasolina y sus vehículos para mantenerse calientes. Los días de clima glacial han dejado al menos 38 personas muertas en Estados Unidos, han hecho que muchas carreteras sean intransitables, interrumpido la distribución de vacunas y cubierto de nieve casi tres cuartas partes del territorio continental”, reporta el Times.
Ayer, el Gobernador texano Greg Abbott advirtió a los residentes que se preparen. “La mayor parte del estado estará bajo cero”, advirtió Abbott en una conferencia de prensa el miércoles. Agregó que un respiro de la ola de frío llegaría sólo el sábado. Es tal la tormenta que obligó a posponer un viaje planeado por el Presidente Joe Biden el jueves a una instalación de Pfizer en Michigan que produce la vacuna contra el coronavirus.
“Va a ser un desastre”, dijo Laura Pagano, meteoróloga del Servicio Meteorológico Nacional, sobre la tormenta que se esperaba que se extendiera desde las llanuras hasta el Atlántico medio y el noreste. Se pronosticaron varias pulgadas de nieve y aguanieve para el área de Washington.
Duke Energy advirtió a sus clientes en las Carolinas que podría haber un millón de cortes de energía en los próximos días, y el Gobernador de Maryland, Larry Hogan, dio una advertencia similar, diciéndoles a los residentes que mantengan sus teléfonos cargados y que se preparen para la nieve y el hielo que se avecinan.
Sin embargo, de forma generalizada Estados Unidos sufrirá tormentas mortales con más frecuencia, por lo que el país debe mejorar en su gestión de estos eventos, indicaron expertos el miércoles mientras Texas y otros estados lidiaban con tormentas invernales que superaron todas las previsiones de empresas de suministros básicos, gobiernos y millones de ciudadanos ateridos.
Las tormentas de esta semana -y las que están por llegar al este del país- encajan con un patrón de eventos extremos provocados por el cambio climático, y demuestran una vez más que las autoridades locales, estatales y federales no hicieron suficiente por prepararse para un clima más extremo y peligroso.
Al menos dos docenas de personas han muerto esta semana, algunas de ellas por incendios o intoxicación de monóxido de carbono cuando intentaban calentarse en sus casas. En Oklahoma City, una masa de aire ártico hizo caer las temperaturas de la capital del estado hasta los -25 grados Celsius (14 grados Fahrenheit).
La crisis hizo sonar la alarma para las redes energéticas de todo el país: Al empeorar el cambio climático, las condiciones graves que superan los precedentes históricos se vuelven más habituales. Texas, por ejemplo, espera que su demanda energética toque techo en pleno verano, no en lo más crudo del invierno, como hizo esta semana.
-Con información de EFE