“La conquista del espacio” le mereció al rockero argentino dos Latin Grammy: mejor álbum de pop/rock, y mejor de pop/rock por “La canción de las bestias”, en la que cuestiona cómo vamos a arreglar un futuro que se presenta como un gran desierto.
CIUDAD DE MÉXICO, 18 de febrero (AP) — En tiempos de pandemia, Fito Páez siente el deber de mantenerse como un relator del mundo a través de su música.
Es algo que trató de hacer con “La conquista del espacio”, que compite por el Grammy al mejor álbum latino de rock o música alternativa el 14 de marzo.
“No es un mundo muy feliz, pero es que el tenemos y mi deber es nombrarlo”, dijo Paéz a The Associated Press en una entrevista reciente. “Estamos todos en el barco y el barco se está hundiendo lentamente... Yo en todo caso seré parte de la banda del Titanic; quiero tocar hasta el final, esa es mi tarea”.
“La conquista del espacio” le mereció al rockero argentino dos Latin Grammy: mejor álbum de pop/rock, y mejor de pop/rock por “La canción de las bestias”, en la que cuestiona cómo vamos a arreglar un futuro que se presenta como un gran desierto.
Lanzado en un año tan sombrío como el 2020, el álbum funciona como una especie de “sountrack” apocalíptico (por sus letras) y alegre (por sus ritmos) a la vez, con canciones como “Las cosas que me hacen bien”, “Nadie es de nadie” y la dulcemente dolorosa “Gente en la calle” con Lali.
“¡Claro!”, dijo Páez. “Además si lo leés ahora o lo escuchás en clave COVID funciona muy bien, parece un disco casi hecho por un futurólogo en un sentido”.
Pero a nivel personal, para el músico de 57 años es un álbum de redención en el que se encuentra ante la posibilidad de volver a nacer como el ave fénix.
“Te diría que al final queda como el relato de que todo se puede volver a hacer y rehacer”, dijo. Por eso la última frase del álbum es “después todo se olvida”, que interpreta acompañado por una orquesta y el sonido de una máquina de escribir. La máquina, explicó, está “escribiendo la historia de lo que se supone que se va a olvidar”.
Veinte años después de “Abre”, que le mereció su primera y única otra nominación al Grammy anglo, Páez celebra estar nuevamente postulado más allá de las etiquetas de “rock” o “música alternativa”.
“Si vos me preguntás a mí, yo siento que hago música popular argentina en un sentido si queremos encontrar una definición posible. Aunque sabemos también que esto es una zona muy delirante porque la música en sí no tiene una definición concreta”, dijo el ganador de ocho Latin Grammys, cuyo álbum combina piano y toques de pop con blues y música sinfónica.
“Siempre las definiciones en la música están a favor de intentar tranquilizar las diferencias, o intentar atenuar las supuestas diferencias, cuando la música no es un espacio donde eso tenga un valor en sí mismo”, agregó.
La carrera de Páez, iniciada a principios de la década de 1980, ha sido congruente en su búsqueda por la experimentación constante. Si hay algo que lo caracteriza es el nunca quedarse quieto.
“Eso que se dice alternativo... Yo soy un músico, para mí es mi condición natural, siempre voy a sentir curiosidad por algo que no conozco en el aspecto musical. En general me pasa con todo en la vida, pero en la música puedo plasmarlo”, dijo. “Yo siento que ejerzo mi oficio nada más, ¿viste?, y que tengo en mi espíritu esa curiosidad que está bien para ser músico. Me siento orgulloso de tenerla”.
Páez, también escritor y cineasta, estuvo a todo motor en 2020. Terminó un guion que tenía pendiente, hizo una gira de prensa virtual para presentar “La conquista del espacio”, compuso nueva música y, de julio a noviembre, estuvo concentrado escribiendo los primeros 30 años de su autobiografía.
“Eso fue todo”, dijo. “Un huracán”.
Para el 2021 recomendó “poner el hombro” para afrontar estos tiempos difíciles.
“Me parece que tenemos que estar todos pensando en la solidaridad como un hecho, como algo fáctico y real en este momento”, expresó.