Entre marzo y mayo la mezcla mexicana se vio arrastrada por la caída en los precios del crudo estadounidense, que descendieron a su nivel más bajo en la historia.
El 20 de abril la mezcla mexicana cayó un 116.52 por ciento, arrastrada por el desplome del crudo en el mundo y terminó la sesión en -2,37 dólares por barril.
Ciudad de México, 7 de diciembre (SinEmbargo).- El petróleo mexicano suma cinco semanas de recuperación y se vende en 44.70 dólares por barril, un nivel no observado para la mezcla mexicana de exportación desde los últimos días de febrero, antes de la llegada de la pandemia de la COVID-19 a México.
Con datos de Petróleos Mexicanos (Pemex), el precio del barril de crudo mexicano se apreció 37.2 por ciento en cinco semanas, pasando de los 32.58 dólares a tocar su mejor nivel desde el 25 febrero, cuando se vendió en 44.94 dólares.
Pese a las recientes ganancias, estimuladas por el consenso logrado por la OPEP y aliados, entre ellos Rusia y México (OPEP+) para mantener en los próximos meses sin cambios el recorte actual, de 7.7 millones de barriles diarios (mbd), el precio del barril de petróleo mexicano se mantiene 21.1 por ciento por debajo de los 56.67 dólares en que se vendió el 2 de enero.
Este lunes se dio a conocer que La OPEP+ celebrará su próxima reunión ministerial el próximo 4 de enero. La reunión será la primera en el marco del nuevo mecanismo de reajustes mensuales del volumen de producción, precisó la fuente. El pasado 3 de diciembre la OPEP+ decidió tras arduas consultas telemáticas aumentar su producción de crudo hasta 2 millones de barriles diarios de forma gradual en 2021, a razón de un máximo de 0.5 mbd por mes, medida que podrá ser reajustada cada mes dependiendo de la situación en el mercado internacional.
En el mercado petrolero, los precios caen y a esta hora, el Brent, el crudo de referencia en Europa, se deja el 1.02 por ciento, hasta los 48.75 dólares por barril.
El precio del petróleo intermedio de Texas (WTI) abrió este lunes con un descenso del 0.45 por ciento, hasta 46.05 dólares el barril, de nuevo afectado por las parálisis de actividad provocadas por las expansión del coronavirus, especialmente en Estados Unidos.
La mezcla mexicana se vio arrastrada marzo, abril y mayo por la caída en los precios del crudo estadounidense, que descendieron a su nivel más bajo en la historia, debido a que los inversionistas continúan preocupados por una caída más fuerte y prolongada en la demanda petrolera debido a la pandemia de coronavirus. En abril, el contrato de futuros para los precios del crudo con vencimiento en mayo de Estados Unidos cayó más del 100 por ciento y se volvió negativo por primera vez en la historia.
En marzo la aceleración de los casos de coronavirus en el mundo provocó una caída en los precios del petróleo de más del 50 por ciento desde diciembre de 2019, cuando empezó el brote. Las restricciones de movimiento, vuelos y actividades productivas y empresariales, aunado a la guerra de precios de crudo iniciada por Arabia Saudí llevará a los países petroleros, entre los que aún se encuentra México, a una caída en sus ingresos de hasta el 85 por ciento, según estimaciones de la OPEP y la AIE.
El 20 de abril la mezcla mexicana cayó un 116.52 por ciento, arrastrada por el desplome del crudo en el mundo. Con ello, el petróleo nacional cerró la sesión en nivel negativo, por primera vez en su historia. De acuerdo con datos de Pemex la mezcla terminó la sesión del ese lunes en -2,37 dólares por barril.
El crudo West Texas Intermediate (WTI), para entrega en mayo, cayó más del 100 por ciento para llegar a un precio negativo de 37.63 dólares por barril, lo que significó que los productores pagarían a los clientes para que le quiten el petróleo de sus manos. Este precio negativo nunca ha sucedido antes para un contrato de futuros de petróleo.
El Texas aguantó mejor el principio de la crisis del coronavirus. En Estados Unidos se tomaron medidas restrictivas más tarde que en Europa y Asia, por lo que la demanda real no ha empezado a sufrir el golpe de forma clara hasta finales de marzo. También que la guerra de precios y producción que mantuvieron Rusia y Arabia Saudita afectó sobremanera al Brent, que es la referencia que compite directamente con el crudo que se produce en la mayor parte de la OPEP y Rusia. Si estos países producen mucho crudo a precio muy barato, los productores de Brent se ven obligados a reducir el precio de su petróleo para competir con otros crudos, mientras que el WTI tenía la ventaja de encontrarse con un vasto océano de por medio que encarece algo el transporte.