Author image

Francisco Javier Pizarro

06/12/2020 - 12:00 am

Ya no sé si llorar por la pandemia o reír por la politiquería en ciernes

Veremos y diremos en que termina esta tragicomedia.

Trabajadores afuera de un hospital en Ciudad Juárez y tres en la capital), así como 172 casos de contagios por COVID-19 en las últimas 24 horas. Foto: Nacho Ruiz, Cuartoscuro.

Juro y perjuro que estoy pasmado y anonadado por el desorden y confusión (galimatías) que estamos viviendo los seres humanos en todos los ámbitos del andamiaje de nuestra existencia, vida social y política.

La pandemia del coronavirus, ha dejado –a nivel mundial– una estela de millones de personas contagiadas y cientos de miles fallecidas y socavado a los que aún vivimos, nuestra condición humana en salud física y psíquica, lo laboral, la educación y la cultura y, sobre todo, la convivencia social, eje fundamental de la humanidad.

Pese a ello, la mayoría de los gobernadores en México se han amparado en la pandemia que en vez de encararla como es su obligación, la usan de escudo para justificar su ineficiencia e incapacidad y también para asilar y aterrorizar a los ciudadanos e incluso amenazarlos, acusándonos de ser los responsables de la expansión de los contagios y fallecimientos, por no acatar las “normas preventivas”, las que, lejos de mitigar la pandemia, han exacerbado el desempleo con el cierre de empresas y negocios y la violencia familiar y social.

Un ejemplo de ello es nuestro querido estado de Chihuahua, que forma parte de las entidades con tasas cada vez más altas de contagio (39 mil 446) y fallecimientos (3 mil 654) y de personas internadas (559) en 28 hospitales, 105 de las cuales se encuentran en estado grave por lo que deben ser asistidas con un ventilador, que son sumamente escasos, según dio a conocer ayer viernes, el doctor Arturo Valenzuela, vocero oficial del sector salud en lo que se refiere a la pandemia.

Pese a ello, el Gobernador Javier Corral ha hecho caso omiso de esta crisis sanitaria. Para taparle el “ojo al macho” y “por sus pistolas” puso en marcha el Semáforo en Rojo y un “toque de queda” a ciudadanos a los que literalmente confinó y restringió sus actividades familiares y laborales y por si fuera poco, los amenazó con multas y castigos penales, por no usar el “cubrebocas” en espacios públicos; trasladar a más de dos familiares o amigos en sus vehículos y, comprar bebidas embriagantes, realizar festejos y “pachangas” en salones o granjas.

Culpó también a restaurantes, fondas y establecimientos comerciales establecidos y callejeros –en proceso de reactivación— a los que les imputó no cumplir las normas del aforo y sanidad de sus clientes, y obligó a la mayoría a cerrar sus negocios jueves, viernes, sábado y domingo, lo que afectó severamente a la iniciativa privada y sus empleados, los cuales lograron que el Gobernador cediera y les permitiera abrir sus negocios con aforos y horarios menos arbitrarios.

A los que no les hizo caso alguno fue a los auténticos héroes del sector salud –muchos de los cuales perdieron su vida–, a los que cerró la puerta del Palacio de Gobierno frente al cual se manifestaron, para exigirle se contrate más personal, se les proporcione más equipo médico, camas e infraestructura, les mejoraran sus salarios y les paguen sus bonos y aguinaldos.

Y eso es injustificable, da rabia y ganas de llorar. Todos sabemos que la pandemia se ha exacerbado en Chihuahua a consecuencia del abandono del Instituto Chihuahuense de la Salud (Ichisal) que está en manos, no de un médico sino de un administrador, y cuenta con hospitales carentes de medicamentos, camas, equipos médicos, personal suficiente y sueldos dignos.

Tan es así que el Gobierno federal en meses anteriores tuvo que enviar tres hospitales portátiles con camas y tanques de oxígeno a Chihuahua, Ciudad Juárez y Nuevo Casas Grandes para solventar la atención médica a las personas afectadas por la pandemia de la COVID-19.

El Gobernador no tuvo la gentileza de darle las gracias al Presidente de la República. A él y a la Alianza Federalista de lasque forma parte lo que les ocupa y preocupa son otras crisis: la financiera y la política, que el mandatario del estado y cómplices proclaman a diestra y siniestra que son consecuencia de la cancelación de los fideicomisos federales a sus estados y la restricción del presupuesto federal que se les otorgará en el próximo año.

Pero lo que realmente es fundamental para la Alianza Federalista es ganar a toda costa las elecciones intermedias de 2021 que para que Morena pierda la mayoría de la Cámara de Diputados y gubernaturas y con ello bloquear las políticas y programas de Gobierno del Presidente de la República e incluso para revocar su mandato en 2020.

Tan es así que el Gobernador de Chihuahua se ha abocado a diestra y siniestra a que su sucesor sea el inefable Senador panista Gustavo Madero, quien se desempeñó como coordinador de su Gabinete de 2016 al 2018, al cual le quiere abrir camino procesando judicialmente a dos aspirantes de la gubernatura; la Alcaldesa panista María Eugenia Campos Galván y el Senador morenista Cruz Pérez Cuellar, a los que acusa de recibir dinero de la “Nomina Secreta” del exgobernador César Duarte.

Veremos y diremos en que termina esta tragicomedia.

Francisco Javier Pizarro
Periodista y columnista. Fue coordinador editorial, subdirector y director del Diario de Chihuahua de 1989 a 2003. Obtuvo el premio Nacional de periodismo 2001 a 2002. Director y conductor del programa Televisivo A Fondo (2003 a 2009), del programa radiofónico Segundo a Segundo (2010 a 2017) y actualmente de la pagina de Reflexiones en Voz Alta en Facebook.

Los contenidos, expresiones u opiniones vertidos en este espacio son responsabilidad única de los autores, por lo que SinEmbargo.mx no se hace responsable de los mismos.

en Sinembargo al Aire

Opinión

Opinión en video

más leídas

más leídas