México, 5 Oct. (Notimex).- Una estructura circular con los restos de lo que se presume fue un “árbol sagrado” y una piedra de sacrificios con cinco cráneos y múltiples huesos, fueron descubiertas recientemente por arqueólogos del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) en las cercanías de la zona arqueológica del Templo Mayor.
En un recorrido para prensa, el director del Museo de esta zona, Javier González González, explicó, al mostrar la estructura circular en la que se encontraba plantado el árbol, que el descubrimiento se efectuó en un área donde se trabajaba para realizar un nuevo acceso a la zona arqueológica.
De acuerdo con González González, este sector fue parte del recinto sagrado de Tenochtitlán, cuya etapa corresponde a la época del Tlatoani Moctezuma I, entre 1440 y 1446. Ubicada frente a lo que era el edifico del Templo Mayor y en la parte sur de dicho espacio, el cual estaba dedicado al Dios Huitzilopochtli.
La estructura de forma circular, de alrededor de 2 metros de diámetro, se ha identificado con base en los textos de Fray Bernandino de Sahagún y de Fray Diego Durán como uno de los cinco edificios que eran denominados cuauhxicalco, edificio ceremonial.
Mencionó que los árboles eran elementos de la naturaleza y objeto de culto, es decir se consideraban sagrados de acuerdo con la cosmovisión y religión mexica, y alrededor de ellos se llevaban a cabo ceremonias alusivas al Dios de la caza Mixcóatl.
Destacó que aunque se trata de un hallazgo importante, no existe una referencia concreta sobre el árbol encontrado, pero sí de la existencia de estos elementos que formaban parte de los rituales de la civilización antigua.
Por su parte, el arqueólogo Raúl Barrera Rodríguez, encargado del Programa de Arqueología Urbana (PAU) del INAH, comentó que los trabajos se han estado realizando desde 2009; a partir de esta fecha se han estado realizando diversos hallazgos arqueológicos sobre la misma área.
La estructura circular, que se encuentra decorada con cabezas de serpiente, cobra gran importancia dentro de esta cosmovisión debido a su ubicación, pues se encuentra al pie del Templo Mayor y frente a la capilla de Huitzilopoztli, Dios de la guerra.
Adentro se encuentran los restos de lo que según especialistas fue un encino, el cual fue trasladado de la parte alta de las montañas que rodean a la Ciudad de México, mencionó Barrera.
Según las fuentes que consultó, transportar un árbol conllevaba todo un ritual, en el que los sacerdotes se dirigían a la parte alta de las montañas para seleccionar un pequeño árbol y llevarlo hasta el templo mayor. Se trataba de una ceremonia compleja que tardaba varios días durante la cual se realizaban cantos y procesiones.
Una vez que arribaba el árbol se colocaba dentro del Templo, por lo que se puede decir, tomando en cuenta la ubicación, que se trataba de un elemento sagrado muy importante para la sociedades mesoamericanas.
Indicó que había árboles que eran sagrados de acuerdo a la cosmovisión prehispánica, especialmente para los mexicas su interpretación era que éste sostenía con sus ramas, la bóveda celeste y por el tranco transitaban diferentes flujos cósmicos, mientras que las raíces representaban los conductos hacia el inframundo.
El arqueólogo refirió que existen dos hallazgos más, uno de ellos es el localizado en la de Plaza Manuel Gamio, donde se halló un entierro, que de acuerdo con las investigaciones podría tratarse de una mujer acompañada con múltiples huesos a manera de ofrenda.
Además, otro descubrimiento reciente en la misma plaza fue una piedra de sacrificio en forma de poliedro y un depósito de aproximadamente 45 cráneos y 250 mandíbulas; “es un estimativo cercano, ya que los huesos se encuentran fragmentados debido al peso de la tierra y no se tiene aún cifras exactas”, informaron.
Detalló que debajo de esta piedra de sacrificios, también, se encontraron cinco cráneos que presentan un orificio a la altura del parietal, donde se les colocaba una estaca, que se cree formaron parte del Tzompantli, estructura cuadrangular que se hallaba frente al Templo Mayor, donde eran colocados los cráneos de las personas sacrificadas.
Apuntó que se seguirá investigando sobre los hallazgos, pues se encuentran en una primera etapa de estudio y de registro de datos. Posteriormente, dijo, se realizarán más análisis a cargo de diferentes especialistas que darán mayor información sobre los elementos descubiertos para conocer más a la sociedad Mexica.
Finalmente, González González adelantó que estos elementos, al igual que lo que se conserva del edificio del cuauhxicalco y el árbol en su base circular, serán preservados dentro del nuevo vestíbulo de acceso que se construye, a fin de que puedan ser contemplados por el público visitante.