Pequeñas cámaras instaladas en el exterior del vehículo proyectan en el tablero todo lo que está al frente, ofreciendo mejor visibilidad de la carretera y un efecto de transparencia desde el interior.
Ciudad de México, 6 de noviembre (RT).- Kyocera, una compañía japonesa de equipos electrónicos y de oficina, ha incursionado en la industria de los coches eléctricos con un modelo conceptual de apariencia "retro", pero dotado con tecnología futurista.
Uno de los aspectos más atractivos del llamado Moeye es lo que la empresa denomina "camuflaje óptico", un sistema que consiste en una pantalla de cristal líquido que ocupa todo el panel de instrumentos. Pequeñas cámaras instaladas en el exterior del vehículo proyectan en el tablero todo lo que está al frente, ofreciendo mejor visibilidad de la carretera y un efecto de transparencia desde el interior.
"El pasajero ve una imagen virtual en 3D de la carretera proyectada en el tablero de instrumentos, haciéndolo funcionalmente transparente a través de la tecnología de camuflaje óptico", explica Kyocera.
La cabina está desprovista de volante y pedales, siendo la consola la encargada de las funciones de conducción. Sensible al tacto, la pantalla cuenta con retroalimentación táctil que al presionarla simula las sensaciones de un botón físico. Además, el sistema de navegación está dotado con un asistente holográfico en 3D que emerge del tablero para interactuar con el conductor y los pasajeros.
Por otro lado destaca el sistema de iluminación interior Led Ceraphic, patentado por la compañía, que emite luz "biológicamente amigable", similar a la natural, en cualquier momento del día. Los reposacabezas tienen incorporados "altavoces vibratorios" y el sistema de sonido promete distribuir el sonido por toda la cabina.
Kyocera nunca ha producido coches y, aunque el Moeye resulta prometedor, parece estar destinado a ser un "mostrador" de las tecnologías avanzadas de la compañía, que no revela detalles sobre el futuro del automóvil o una potencial llegada al mercado.
La japonesa no es la única empresa de electrónicos que se ha animado a construir un prototipo de coche. En enero, Sony sorprendió al presentar su primer auto, el Vision-S, un eléctrico diseñado en principio como una plataforma de desarrollo experimental de nuevas tecnologías, pero que parece perfilarse a entrar al mercado automotriz.