La inclusión de algunos de estos artistas (que no tienen una etiqueta "rock"), junto con otros muchos que ya están en este Olimpo, supone una afrenta para muchos fanáticos que ya lo denominan como el Salón de la "Infamia" del Rock.
Por Edwin Álvarez Toro
Bogotá, 5 de noviembre (EFE).– ¿Janet Jackson y Public Enemy son rock? ¿Bon Jovi y Bobby Darin sí son elegidos, Ringo Starr como solista también, pero Kraftwerk y The Smiths no? Este sábado se reconoce a la “clase 2020” del Salón de la Fama del Rock And Roll y la polémica se aviva una vez más.
En la gala virtual de este sábado en el canal HBO -la ceremonia formal fue cancelada por el coronavirus-, se reconocerán a bandas y solistas como Depeche Mode, The Doobie Brothers, T. Rex, Nine Inch Nails, The Notorious B.I.G. y Whitney Houston.
La inclusión de algunos de estos artistas (que no tienen una etiqueta "rock"), junto con otros muchos que ya están en este Olimpo, supone una afrenta para muchos fanáticos que ya lo denominan como el Salón de la "Infamia" del Rock.
¿EL SALÓN DEL QUÉ?
Sí. El principal caballo de batalla siempre será que se habla de los mejores artistas de un género cuando constantemente ingresan algunos cuya pertenencia al mismo es, por lo menos, dudosa.
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— Rock Hall (@rockhall) November 5, 2020
Los representantes del blues (Lead Belly, Willie Dixon, Etta James, Robert Johnson, Howlin' Wolf) y del soul (desde The Temptations, The Supremes y Stevie Wonder hasta Ray Charles, Sam Cooke y Aretha Franklin) han sido bien recibidos por su papel en el desarrollo del rock.
También se han asimilado los casos del jazz, del reggae e incluso del country como los de Miles Davis, Nina Simone, Johnny Cash, Hank Williams, Jimmy Cliff y Bob Marley por su actitud, su influencia y el respeto del que gozan.
Distinta es la reacción frente a grandes estrellas del pop (Madonna, Abba, The Bee Gees) y, en los últimos años, con la llegada del rap y el hip hop: N.W.A., Tupac Shakur, Grandmaster Flash…
Según expertos, siempre se puede alegar que las fronteras son muy delgadas, que los géneros se tocan y que muchos navegan fluidamente entre ellos. Si fuera el Salón de la Fama de la Música no habría problemas. Pero es el del rock. Las etiquetas siempre serán difíciles.
“INJUSTICIAS”
Como no todo son ventas o números 1 en las listas, determinar la influencia o la calidad de un artista es muy difícil. Y cuando se ponen frente a frente a quienes ingresan con quienes quedaron por fuera la polémica estalla. Finalmente, el que entra le “quita” su lugar a otro.
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— Rock Hall (@rockhall) November 5, 2020
Por ejemplo, en 2020 ingresan The Notorious B.I.G. y Whitney Houston por encima de Soundgarden, Motörhead, Judas Priest y MC5; en 2019, Def Leppard y Janet Jakson sobre Rage Against the Machine y Devo; en 2018, Bon Jovi sobre Kate Bush; en 2017, adentro Tupac Shakur y afuera Jane’s Addiction, Steppenwolf y Chic, y en 2016, Cheap Trick fue preferido antes que The Smiths.
DUROS CON EL HARD ROCK
Puede que Led Zeppelin, Black Sabbath, Metallica, AC/DC, Deep Purple, Alice Cooper, Aerosmith, Van Halen y Kiss hayan sido reconocidos, pero la vertiente más cruda del género (del hard rock al metal) ha sido ignorada una y otra vez durante 35 años, según estos fanáticos.
Nombres como Iron Maiden (nunca considerado), Judas Priest, Motörhead, Megadeth, Faith No More, Deftones, Anthrax, Soundgarden, Slayer, Steppenwolf, Rage Against The Machine, Pantera y Sepultura deberían ser tenidos seriamente en cuenta.
OLVIDOS Y DEUDAS
The Smiths, The Runaways, Joy Division/New Order, Blur, Nick Cave & The Bad Seeds, The B-52’s, Oasis, King Crimson, Devo, Sonic Youth y Siouxsie and the Banshees forman parte de la crema y nata del rock, según los especialistas. Sin embargo, siguen esperando su oportunidad de ingresar o, incluso, de ser nominados.
El número de nominaciones anuales (unas 15) y de elegidos (cerca de 7), sumado a las “deudas” históricas por pagar, dificulta la entrada, pero grandes artistas de los últimos 30 años ni siquiera han sido evaluados.
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Allí están Bikini Kill (1991), Smashing Pumpkins (1991), Massive Attack (1991), Prodigy (1992) y Portishead (1994), que ya cumplieron con el requisito de haber publicado su primer disco al menos hace 25 años.
Solo el tiempo dirá si alguno de ellos u otros actos más recientes como DJ Shadow, Placebo, Gorillaz, Mogwai, TV on the Radio, The Strokes, Interpol, White Stripes, Queens of The Stone Age, Arcade Fire, Artic Monkeys, Talvin Singh, At the Drive-in/Mars Volta, Foals, Coldplay o Nadine Shah serán elegidos.
ONCE VECES NINGUNEADOS
Aunque muchos solo los recuerdan por sus canciones discotequeras “Le Freak” y “Good Times”, la influencia de Chic se puede ver desde el pop hasta el R&B, pasando por el rock (“Another One Bites the Dust”) y el rap (“Rappers Delight”).
Y aunque su cofundador y líder, Nile Rodgers, fue inducido en 2017 especialmente por su papel como productor (David Bowie, Madonna, Sister Sledge, Daft Punk), Chic ha tenido la cifra récord de 11 candidaturas fallidas, la más reciente justamente en 2017.
BONUS TRACK: UN AÑO AGRIDULCE
La ceremonia del sábado confirma que 2020 es un año agridulce para la música electrónica: aunque se reconoce a Depeche Mode, su primer inducido y uno de sus grandes estandartes, el que es considerado el gran precursor del género, Kraftwerk, se volvió a quedar, por sexta vez desde 2003, por fuera.
Para completar, Florian Schneider, uno de los fundadores del visionario grupo alemán, murió el pasado 21 de abril.