El grupo en defensa de los uigures y otros a favor de los derechos humanos enviaron una carta abierta hace un mes al presidente del COI, Thomas Bach, en que piden que China no sea la sede de los Juegos Olímpicos. En respuesta, el COI organizó una reunión en línea la semana pasada que incluyó a grupos que representan a Tíbet, Hong Kong y otros.
Ciudad de México, 16 de octubre (AP).- Zumretay Arkin planteó una pregunta en una reciente reunión en línea con Juan Antonio Samaranch Jr., el prominente miembro del Comité Olímpico Internacional (COI) que supervisa los preparativos para los Juegos Olímpicos de Invierno 2022 en Beijing.
“¿Por qué a China, un país que opera campos de concentración con al menos de un millón de uigures musulmanes detenidos, se le permite organizar los Juegos Olímpicos?”, preguntó.
Arkin, una vocera del Congreso Mundial Uigur, dijo a The Associated Press en una entrevista telefónica que la respuesta fue decepcionante.
“Entregamos a los representantes del COI testimonios de primera mano sobre nuestras experiencias personales y la manera en que nos afectan las políticas represivas de China”, sostuvo Arkin. “Esperábamos que eso abriera la puerta a un diálogo más valioso”.
En su lugar, el COI repitió su postura: No es un organismo político y no toma posturas sobre temas de derechos humanos. Simplemente organiza eventos deportivos.
El grupo en defensa de los uigures y otros a favor de los derechos humanos enviaron una carta abierta hace un mes al presidente del COI, Thomas Bach, en que piden que China no sea la sede de los Juegos Olímpicos. En respuesta, el COI organizó una reunión en línea la semana pasada que incluyó a grupos que representan a Tíbet, Hong Kong y otros.
En un comunicado a la AP, el COI explicó que “otorgar los Juegos Olímpicos a un comité olímpico nacional no significa que el COI esté de acuerdo con la estructura política, circunstancias sociales o normas sobre derechos humanos en su país... El COI no tiene la facultad ni la capacidad de cambiar las leyes o el sistema político de un país soberano”.
Arkin nació en Xinjiang, inmigró a Canadá y aún tiene familiares en el noroeste de China. Considera que Xinjiang es un asunto de derechos humanos y no simplemente una cuestión política.
“Estoy realmente decepcionada por la respuesta del COI”, afirmó Dorjee Tseten, de Estudiantes por un Tíbet Libre, en un comunicado después de la reunión. “Los Juegos Olímpicos deberían ser una celebración a la diversidad cultural, pero lo que China hace es genocidio cultural... Realizar los Juegos en China en este momento en que millones de personas se encuentran encarceladas equivale a que el COI apruebe estos crímenes que comete China”.
Arkin dijo que las coaliciones esperan reunirse de nuevo con el COI, si bien es prácticamente imposible que alguna de las partes ceda.
El COI también está siendo presionado para que cambie su Regla 50, lo cual daría a los deportistas mayor libertad para protestar en Juegos Olímpicos -incluyendo los de China-.
Beijing terminó obteniendo la sede de los Juegos Olímpicos de Invierno 2022 casi por accidente. Desalentados por los costos, un puñado de países europeos con mayores posibilidades de ser anfitriones, retiraron sus candidaturas antes de la elección de 2015, lo que dejó a Beijing y Almaty, Kazajistán, como las únicas opciones. Beijing ganó por cuatro votos.