Aún en caso de concluir exitosamente los ensayos, los desarrolladores de vacunas contra la COVID-19 deberán enfrentar un gigantesco reto logístico.
Ciudad de México, 15 de octubre (RT).- El uso de cubrebocas en lugares públicos y el distanciamiento social deberán mantenerse al menos hasta mediados del año que viene, aseguró este lunes Andrew Pollard, el director del grupo científico Oxford Vaccine Group, que desarrolla una vacuna contra la COVID-19 junto con la farmacéutica británica AstraZeneca.
Hasta entonces, las estrictas medidas preventivas contra la propagación del coronavirus serán indispensables incluso en caso de que las pruebas de las distintas vacunas que se están llevando a cabo en distintas partes del mundo tuvieran resultados exitosos, explicó el experto durante un seminario en línea con estudiantes de la Universidad de Oxford.
"La vida no volverá a la normalidad hasta el verano como mínimo. Podríamos necesitar tapabocas hasta julio", expresó Pollard, según citan medios locales. Y continuó: "si acabamos teniendo una vacuna que fuese efectiva para prevenir la enfermedad, esa es de lejos la mejor manera para controlar el virus. Pero a medio plazo, aún necesitamos mejores tratamientos".
POBLACIÓN EN RIESGO
"Incluso su tuviésemos suficientes [dosis] de vacuna para todos, en mi opinión es improbable que vayamos a estar rápidamente en una posición donde las reglas de distanciamiento físico puedan ser simplemente abandonadas", apuntó el científico.
"Hasta que no tengamos un alto nivel de inmunidad en la población de modo que podamos detener el virus y que las personas vulnerables sean inmunes, va a haber un riesgo", añadió Pollard.
RETO LOGÍSTICO
Y concluyó que "solamente cuando haya una gran caída en los casos graves, los gobiernos tendrán confianza para relajar estas medidas".
Por último, el investigador recordó que incluso después de terminar exitosamente los ensayos, las autoridades sanitarias "probablemente tardarán semanas" en analizar minuciosamente los resultados antes de autorizar el uso generalizado de las vacunas, lo que también significará un "gigantesco desafío logístico".