Del 1.2 millones de toneladas de residuos electrónicos generados en México, el 6 por ciento debe ser manejado como residuo peligroso al contener mercurio, cadmio, cromo y Contaminantes Orgánicos Persistentes (COP), los cuales son factores asociados al cáncer, alergias, daño al sistema nervioso central, alteración al sistema inmunológico y trastornos reproductivos. Además, disminuye y altera la diversidad biológica.
Ciudad de México, 17 de octubre (SinEmbargo).– Por el home office y las clases en línea durante la pandemia, en el “Hot sale” creció un 75 por ciento la venta de computadoras respecto al 2019 y para el “Buen fin” en noviembre se estima que crezca un 58 por ciento las ventas de electrónicos, un 30 por ciento de consolas y videojuegos, y un 29 por ciento de celulares, por lo que el manejo de los residuos electrónicos con tóxicos será un reto en los próximos años, expusieron representantes de la Secretaría de Medio Ambiente (Semarnat) y Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) México.
En algunas partes del país existen planes de acoplo y manejo con productores y exportadores, por lo que ambos organismos llamaron a la ciudadanía a dejar sus residuos electrónicos en tiendas de operadores de televisión o celulares que tengan contenedores.
México genera 1 millón 103 mil toneladas de residuos electrónicos y eléctricos al año, sobre todo en la Ciudad de México (117 mil toneladas), Jalisco (82 mil 070 toneladas) y Baja California (58 mil 600 toneladas), tres entidades que representan al 23.3 por ciento. Del total, 458.56 mil toneladas son televisiones, celulares, pantallas planas, computadoras de escritorio o portátiles y aparatos de reproducción de sonidos, documentó Ricardo Ortiz Conde, Director General de Gestión Integral de Materiales y Actividades Riesgosas de la Semarnat.
A nivel nacional hay 150 empresas dedicadas al manejo de residuos electrónicos distribuidas en 15 estados, de las cuales el 60 por ciento es a nivel de procesamiento cero (recolección, transporte, almacenamiento) y un 36 por ciento a nivel 2 (separación selectiva). En la industria informal, con condiciones laborales no óptimas que afecta la salud de los operadores por la clandestinidad, al menos en la capital del país se estima que puede representar de 5 mil a 10 mil toneladas al año.
Si bien el 65 por ciento de los residuos electrónicos tiene un potencial económico al fabricarse con metales preciosos derivados de la minería (hierro, cobre, aluminio, oro, plata, paladio, así como plásticos como PP, ABS, PC y PS para reciclarse), el 6 por ciento debe ser separado y manejado como residuo peligroso, ya que contienen mercurio, cadmio, cromo, vidrio de plomo, baterías y químicos como los Contaminantes Orgánicos Persistentes (COP), por ejemplo, retardantes de flama que tras la quema generan dioxinas y furanos. El 28 por ciento restante de los residuos electrónicos son no aprovechables (cerámicas, fibras).
Ives Gómez Salas, Coordinador General de Proyectos COP del PNUD México alertó que si no se maneja adecuadamente ese 6 por ciento de residuos electrónicos peligrosos, se esparcen al aire, agua y suelos los Contaminantes Orgánicos Persistentes (COP), los cuales persisten en el ambiente durante largos periodos de tiempo, son tóxicos y se acumulan en organismos vivos, por lo que son factores asociados al desarrollo de diferentes tipos de cáncer, alergias, daño al sistema nervioso central, alteración al sistema inmunológico y trastornos reproductivos. Además, disminuye y altera la diversidad biológica.
Frente a la problemática en la salud y el ambiente, hay esfuerzos internacionales como el Convenio de Estocolmo, elaborado entre PNUD y Semarnat, el cual planea prohibir y restringir la producción y uso de aparatos con COPs para reducir sus emisiones y liberaciones, así como impulsar mejores prácticas ambientales y tecnologías disponibles.
"Este proyecto terminará en abril de 2022. El objetivo es reducir emisiones de COPs a través de un manejo ambientalmente adecuado de residuos electrónicos", dijo Gómez.