El edificio de Bolívar 168 funcionaba como fábrica de telas, tienda de ropa, de bisutería. Estaba una bodega de New Fashion del empresario de origen israelí, Jaime Azkenaz; se maquilaba ropa para mujer y el dueño era el empresario José Lee, y estaba la bodega de juguetes ABC Toys, que era operada por coreanos.
Ciudad de México, 19 de septiembre (SinEmbargo).- 13:14 horas, 2017. La tierra comienza a sacudirse entre los límites de Puebla y Morelos. La onda expansiva provocada por un sismo de Magnitud 7.1 llega a la Ciudad de México. La Alerta Sísmica suena mientras edificios se cimbran.
13:15 horas. El edificio ubicado en el número 168 de Bolívar, en la colonia Obrera de la Alcaldía Cuauhtémoc, comienza a tambalearse. Cae. Polvo, papeles, escombros llenan el sitio.
13:16 horas. La gente corre. Grita. Pide apoyo. El edificio que acaba de colapsar albergaba cinco empresas. Había trabajadoras y trabajadores al interior.
13:20 horas. La gente comienza a arribar a Chimalpopoca. Se pide apoyo. Hay personas que quedaron sepultadas. Se habla de decenas. Trabajadoras. Costureras.
20 de septiembre. Las dudas persisten. Se hablan de al menos 21 fallecidos. Pero los datos dicen que al interior del edificio había 200 mujeres. El silencio y peligro no impiden que más voluntarios arriben a la zona para apoyar. Las autoridades lucen ausentes. El titular del edificio, también.
Octubre de 2017. De acuerdo con datos de la Secretaría del Trabajo de la Ciudad de México, al menos 15 personas perdieron la vida, 12 mujeres y tres hombres; dos más resultaron con heridas y 34 más sobrevivieron. Las dudas persisten.
La información comienza a fluir, el edificio tenía cuatro pisos y albergaba a cinco empresas.
19 de septiembre, 2018. A un año del sismo, el sitio donde se ubicaba el edificio lucía repleto de basura y escombros.
Como recuerdo persisten pintas que una colectiva colocó sobre una pared.
“NI una más sepultada por la corrupción”, se lee. “Vivas o muertas nuestros cuerpos no son desecho”, dice otra de las pintas.
19 de septiembre de 2020. Las dudas persisten. Han pasado tres años desde que el inmueble cayó y hasta el momento no hay un responsable investigado por el caso.
El lugar sigue en el abandono. Basura y escombros ocupan el espacio donde anteriormente se levantaba un edificio de cuatro pisos.
A la par, una parte del sitio ha sido ocupado como estacionamiento privado.
Mientras los familiares y amigos de las víctimas persisten en su exigencia de justicia y de recuerdo.
Hace 3 años ella (compañera de trabajo, en Liverpool) falleció bajo los escombros del edificio de costuras en Chimalpopoca pic.twitter.com/562n0bCPTi
— Xóchitl Farías A (@Xochitl200099) September 19, 2020
De acuerdo con la periodista Natzin Saldaña, el edifico fue construido en 1948. Su estructura resistió los sismos de 1958 y 1985. Pero no resistió el de 2017.
El edificio de Bolívar 168 también tenía fallas desde el sismo de 1985, pero las autoridades decidieron que se podía usar para trabajar.
Su derrumbe en el #19S develó otro caso de corrupción.
Esto documentó @Tanggerinne pic.twitter.com/h57arX8S8F
— Ruido en la Red (@RuidoEnLaRed) September 18, 2020
13:14 horas, 19 de septiembre 2020. Algunas personas se dan cita en el territorio que albergaba el edificio. Colocan flores y veladores. Miran al horizonte en memoria de las personas que ahí fallecieron. El silencio reina, como en los días en los que decenas de voluntarios colaboraron para rescatar los cuerpos, como cuando el puño en alto significaba silencio, lucha y esperanza.
Sobre la pared persiste el reclamo de la colectiva. Piden justicia.
A la pinta se ha añadido otro cartel. Pequeño, en lona, también grita, exige.
“Colegio Rebsamen ¡YA tiene justicia! Bolívar #168 ¿cuándo? Exigimos justicia”, clama.
LAS VÍCTIMAS
El edificio de Bolívar 168 funcionaba como fábrica de telas, tienda de ropa, de bisutería. Estaba una bodega de New Fashion del empresario de origen israelí, Jaime Azkenaz; se maquilaba ropa para mujer y el dueño era el empresario José Lee, y estaba la bodega de juguetes ABC Toys, que era operada por coreanos.
En el primer piso perdieron la vida Irma Chávez Martínez, de 56 años, e Irma Sánchez Ramírez, de 50 años, trabajadoras que la empresa "Línea Moda Joven".
En el segundo piso se ubicada la empresa "ABC Toys Company S.A. de C.V.", donde murieron cinco personas: Hsien Yu Huang, conocida también como Amy, de 23 años de edad, quien era la propietaria de la empresa; Pei Ju Chin de 52 años de edad, mamá de Amy; Silvia Migueles Quintanar, de 61 años edad; Wang Chia Yu de 35 años y Lai Ying Xia de 25 años. Las dos últimas no tenían seguridad social y su condición migratoria en el país era irregular.
En el tercer piso estaba la empresa "SEO Young Internacional S.A.". Ahí murieron seis personas: Ana Ramos González de 23 años de edad; Sonia Rico Montoya de 43 años; María Teresa Lira Infante de 70 años; Maricruz Lucía Rosas Hernández de 42 años; María Elena Sánchez Lira de 55 años y Kyong Jea Lee de 40 años y de origen coreano, conocido también como Esteban Choo y quien se desempeñaba como ejecutivo en la empresa.
En el cuarto piso fallecieron el israelita-argentino Jaime Achequenaze Asquenazí, de 79 años de edad, dueño de la empresa "New Fashion", dedicada al diseño y elaboración de muestras de prendas de vestir, y Lin Chia Cin, conocido como Pepe Lin, de 40 años de edad, de origen taiwanés nacionalizado paraguayo y dueño de la empresa "Dashcam System", dedicada a la venta de cámaras de seguridad para vehículos.
Ocho de las víctimas eran mexicanas, cuatro de Taiwán, uno originario de Taiwán nacionalizado paraguayo, uno de Corea y uno más israelita de nacionalidad argentina, de acuerdo a la información que emitió la Secretaría de Trabajo con datos del Instituto de Ciencias Forenses de la Ciudad de México (Incifo), de la Procuraduría General de Justicia del Distrito Federal y de Locatel.
TRAGEDIA QUE RECUERDA A 1985
Pasaban de las 07:00 horas del 19 de septiembre de 1985 cuando un sismo sacudió a México. Minutos después la tragedia comenzó a visualizarse. Pero entre los edificios colapsados, una historia llamó la atención. Las mujeres que trabajaban en la calle de Belisario Domínguez del Centro Histórico, no lograron salir porque estaban encerradas con un candado.
Las costureras trabajaban a destajo, contra el tiempo marcado por relojes gigantes, sin poder ir al baño. Los derechos humanos y laborales eran “tijereteados” en talleres clandestinos. Esa crisis originó el Sindicato 19 de Septiembre, el primero en México en el que predominaban mujeres. Pero esa asociación no alcanzó a remendar nada.
Cuando ocurrieron los sismos de 1985, el Gobierno mexicano reconoció que fallecieron mil 600 trabajadoras del ramo textil en el perímetro de las calles de Donceles hasta Tlalpan. Pero las costureras sostienen que fueron “muchísimas más”. Hablan porque les tocó amontonar cuerpos. Pelear con los elementos del Ejército que pusieron vallas y cercas por todos lados. Velar huesos. Armar cuerpos desvinculados. Atestiguar el paso del tiempo sin que nadie se apareciera para reconocer a algunas compañeras.
Más de 30 años después, otro sismo volvió a revelar que las condiciones laborales para muchas trabajadoras no han cambiado.
EL SISMO DEL 19S
Seis horas después de la conmemoración del sismo de 1985, la tierra se volvió a cimbrar. Un sismo de Magnitud 7.1 sacudió al menos 10 estados del país.
De acuerdo con un reporte del Servicio Sismológico Nacional (SSN), el movimiento se originó en el límite entre los estados de Puebla y Morelos, a 12 kilómetros al sureste de Axochiapan.
La fuerza del seísmo se dio tras una ruptura dentro de la placa oceánica de Cocos, a una profundidad de 57 kilómetros.
Minutos después del movimiento telúrico, las redes sociales se comenzaron a llenar de videos de edificios derrumbándose y llamados de auxilio.
Las autoridades de la Ciudad de México reportaron que al menos 47 edificios colapsaron durante el seísmo. La mayoría en las alcaldías Gustavo A. Madero, Cuauhtémoc, Benito Juárez, Coyoacán, Iztapalapa, Xochimilco, Tlalpan y Álvaro Obregón.
Mientras al menos 369 personas perdieron la vida.
-Con información de Carlos Vargas, Sugeyry Romina Gándara y Daniela Barragán.