Las siestas cortas (menos de 60 minutos) no suponían un riesgo de desarrollar enfermedades cardiovasculares. "Los resultados sugieren que las siestas más cortas (especialmente las de menos de 30 a 45 minutos) podrían mejorar la salud cardíaca en las personas que duermen insuficientemente por la noche", comenta Pan.
MADRID, 25 de septiembre (EuropaPress).- Muchos creen que acostarse para dormir es una actividad inofensiva. Pero los científicos muestran que echarse la siesta durante más de una hora podría ser negativo, según un estudio presentado en el Congreso de la Sociedad Europea de Cardiología (ESC, por sus siglas en inglés).
"La siesta durante el día es común en todo el mundo y generalmente se considera un hábito saludable. Una opinión común es que la siesta mejora el rendimiento y contrarresta las consecuencias negativas de la 'deuda de sueño'. Nuestro estudio cuestiona estas opiniones tan extendidas", detalla el autor del estudio, Zhe Pan, de la Universidad Médica de Guangzhou (China).
Investigaciones anteriores sobre la relación entre las siestas diurnas y la muerte o las enfermedades cardiovasculares han producido resultados contradictorios. Además, no se tuvo en cuenta la duración del sueño nocturno.
Este estudio resumió las pruebas disponibles para evaluar la relación entre la siesta y los riesgos de muerte por todas las causas y la enfermedad cardiovascular. Se incluyó en el análisis un total de 313 mil 651 participantes de más de 20 estudios. Alrededor del 39 por ciento de los participantes tomaron siestas.
El análisis encontró que las siestas largas (más de 60 minutos) se asociaron con un riesgo 30 por ciento mayor de muerte por todas las causas y una probabilidad 34 por ciento mayor de enfermedad cardiovascular en comparación con la ausencia de la siesta. Cuando se tuvo en cuenta el sueño nocturno, las siestas largas se relacionaron con un elevado riesgo de muerte sólo en aquellos que durmieron más de seis horas por noche.
En general, las siestas de cualquier duración se relacionaron con un 19 por ciento de riesgo elevado de muerte. La conexión fue más pronunciada en las mujeres, que tenían un 22 por ciento más de probabilidades de muerte con la siesta en comparación con la ausencia de ella, y en los participantes de mayor edad, cuyo riesgo aumentaba en un 17 por ciento con las siestas.
Las siestas cortas (menos de 60 minutos) no suponían un riesgo de desarrollar enfermedades cardiovasculares. "Los resultados sugieren que las siestas más cortas (especialmente las de menos de 30 a 45 minutos) podrían mejorar la salud cardíaca en las personas que duermen insuficientemente por la noche", comenta Pan.
Las razones por las que la siesta afecta al organismo son todavía inciertas, según Pan, pero algunos estudios han sugerido que las largas siestas se relacionan con niveles más altos de inflamación, lo cual es arriesgado para la salud del corazón y la longevidad. Otras investigaciones han relacionado la siesta con la hipertensión, la diabetes y la mala salud física en general.
"Si quieres echarte una siesta, nuestro estudio indica que lo más seguro es mantenerla por debajo de una hora. Para aquellos de nosotros que no tenemos el hábito de un sueño diurno, no hay evidencia convincente para empezar", concluye el investigador.