Por: Paulina Castaño*

La gestión digna de la menstruación no es un lujo, es un derecho. Los productos de gestión menstrual en México están sujetos a una tasa del 16 por ciento de Impuesto al Valor Agregado (IVA), lo que resulta discriminatorio, desde una perspectiva de derechos humanos e igualdad de género, ya que atenta contra el acceso a la salud, el mínimo vital, la vida digna, el trabajo y la educación de las mujeres, niñas, adolescentes y otras personas menstruantes. La tasa del 16 por ciento de IVA a estos productos constituye un impuesto aplicado a un grupo con motivo de su condición biológica.

Una mujer necesita 360 toallas o tampones promedio al año. Ese gasto puede representar hasta 720 anuales para ser cubierto de manera adecuada, equivalente a 5 por ciento del total de gastos de un hogar del 10% más pobre en el país. Las toallas, pantiprotectores, toallas de tela, tampones y copas menstruales son bienes insustituibles de primera necesidad en la sociedad actual y cuyo uso es indispensable para el ejercicio de los derechos fundamentales. Así, a diferencia de otros productos exclusivos para un solo género, su uso no es opcional, y la falta de políticas sociales que proporcionen su acceso libre y gratuito demuestran que esta carga impositiva representa una discriminación directa y atenta contra la igualdad sustantiva de las mujeres.

Además de la problemática en el acceso a los productos de gestión menstrual, en México persisten otros inconvenientes que dificultan una gestión menstrual digna; por ejemplo, 4 de cada 10 mujeres viven en situación de pobreza. El 36 por ciento de las mujeres no tiene abasto diario de agua, el 33 por ciento vive sin excusado con descarga directa de agua y casi el 10 por ciento no cuenta con sanitario o no es de uso exclusivo.

Esto nos obliga a repensar nuestra política tributaria e incluir la perspectiva de género y derechos humanos. Mientras que hombres y mujeres enfrenten realidades socioeconómicas diferentes, los sistemas tributarios afectarán a estas últimas de manera diferenciada. Aunque técnicamente, las mujeres que consumen un bien o servicio (las denominadas consumidoras finales) no son contribuyentes directas del impuesto al valor agregado, ello no significa que no se vean afectadas por este impuesto. El IVA suele considerarse como un impuesto indirecto porque en su recaudación interviene un intermediario; es decir, la persona física o empresa que vende o importa algún bien o servicio a una consumidora final.

En la actualidad, por lo menos 21 países han reconocido el impacto negativo de gravar los productos de gestión menstrual. Algunos ejemplos son Alemania, Canadá, Colombia, Francia, India, Kenia, Nigeria. Mientras que en Argentina, España y Suiza existen diversas iniciativas que han planteado eliminar o reducir el IVA a este tipo de productos. En México se requiere iniciar la discusión en torno al tema y eliminar la tasa del 16 por ciento.

Desde la iniciativa #MenstruaciónDignaMéxicoelaboramos (1) una iniciativa de reforma a la Ley del IVA con el propósito de implementar una tasa del 0% de IVA a la enajenación de toallas sanitarias desechables, toallas de tela, compresas, tampones, pantiprotectores, copas menstruales y cualquier otro bien destinado a la gestión menstrual. Es urgente que el Congreso considere esta iniciativa para eliminar las desigualdades existentes entre hombres y mujeres.

*Paulina Castaño, es investigadora en el programa de Justicia Fiscal de @FundarMexico

(1) #MenstruaciónDignaMéxico somos un colectivo de organizaciones y personas que nos auto definimos feministas, nos unimos con el propósito de posicionar la gestión menstrual como un tema de agenda pública para buscar políticas públicas que creen condiciones que mitiguen las desigualdades estructurales que impiden a todas las mujeres, niñas, adolescentes y otras personas menstruantes en México, vivir una #MenstruaciónDigna. Exigimos que el Estado Mexicano genere acciones para alcanzar la igualdad sustantiva de género en México.

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