Por Ana Luisa Casas
Saltillo, Coahuila, 23 agosto (Vanguardia).- En un rincón del trabajo de sus madres, buscando acomodo entre los productos en venta y con el sonido de la campana sustituido por el ruido citadino, así será la nueva normalidad escolar para algunos niños saltillenses.
Muchos padres de familia adecuaron espacios en sus locales para atender a sus clientes mientras cuidan de sus hijos y éstos cursan su educación en línea. Es esta la mejor opción para quienes es imposible salir a trabajar mientras sus hijos se quedan solos en casa o al contrario, quedarse en casa sin la posibilidad de salir a buscar el sustento diario.
Este fenómeno se da en los hogares donde ambos padres trabajan, pues el ingreso de uno solo es insuficiente, y se les complica definir quién se hace cargo de los hijos durante las jornadas laborales.
TRABAJAR O NO; DE ESO SE TRATA
Televisiones y computadoras fueron trasladadas de su casa al lugar donde trabajan, para que sus hijos puedan cumplir con los horarios de educación a distancia, adicional al riesgo que implica salir de casa ante la propagación de virus.
“Es que cómo los dejamos solos, aquí de perdido uno checa que estén estudiando y que hagan las tareas”, comentó Sofía Morales, mamá de dos pequeñas que cursan tercero y cuarto de primaria.
La madre además de trasladar su pantalla al local en el que vende ropa, adecuará un espacio para que puedan realizar las tareas, al mismo tiempo en que ella comercializa sus productos, pues no hay nadie más que pueda cuidar de ellos en su hogar.
Sofía debe preparar el desayuno y comida desde la noche anterior para permanecer en su trabajo y junto a sus hijos, las horas que dedique a su vendimia.
PERO LAS MADRES NUNCA DESCANSAN
El caso de Sofía es el de siete de cada 10 mujeres trabajadoras en México, quienes además de hacerse cargo de sus hijos a solas, son jefas de familia.
Adicional a enfrentar esta nueva normalidad escolar que evidencia las limitaciones de la población más vulnerable, las madres de familia temen que el aprendizaje de sus hijos no sea el esperado.
“A ver cómo nos va, aquí en la pantalla que vea la tele en su horario y que haga las tareas en las mañanas mientras yo echo agua y abro el local, ya me pongo yo a trabajar y que ellas hagan los ejercicios que les ponen.
Aunque sí va a estar difícil estar atendiendo clientes y a ellas, porque ya nos pasó que me están preguntando a cada rato”, dijo Juanita González, trabajadora de un local de camisas vaqueras y madre de dos niñas.
EL RUIDO Y LOS CLIENTES
Entre las principales dificultades de convertir sus negocios en el sitio donde sus hijos cursarán la escuela a distancia, se encuentran la presencia de hermanos más pequeños o bebés que no guardan silencio durante sus horas clase, así como el ruido habitual de los mercados.
La falta de conectividad o la imposibilidad de levantar la mano para resolver una duda, que muchas de las madres pueden responder, son de los principales problemas.
Además, señalaron que continuar el ciclo escolar a través de televisión abierta e Internet, también implica pagar el servicio de luz, Internet, comprar de datos para navegación o impresión de ejercicios, ahora en sus áreas de trabajo.
A pesar de estas contrariedades, estas mujeres aseguraron que implementarán éstas y otras formas ingeniosas u obligadas para procurar la educación de sus hijos y adaptarse a esta nueva normalidad escolar.
LOS IMPREVISTOS DE ESTUDIAR EN CASA
El regreso escolar de forma virtual redujo hasta un 30 por ciento las ventas en papelerías y 20 por ciento en tiendas de uniformes; lo que se tradujo en un ahorro para las familias de hasta tres cuartas partes del gasto anual anterior.
La venta de lápices, colores, pinturas o plastilina se redujo desde el inicio del confinamiento y continúa en picada, aseguran propietarios de papelerías y mercerías, pues las escuelas no les piden comprar la lista de útiles habitual, a excepción de algunos colegios; comentaron los comerciantes, aunque esperan un ligero repunte este fin de semana.
“En estas fechas ya habíamos vendido listas desde 350 pesos hasta mil 200 pesos, y ahora apenas se llevan cuadernos o lápices, si acaso material para forrar, pero se vende el 30 por ciento, mientras que nosotros continuamos pagando renta o servicios básicos para mantener activo el negocio”, dijo David Ilizaliturri, dueño de papelería La Torre.
Recientemente, Mario Alberto Mata Saldaña, director de Papelerías Alameda, señaló que el cierre de escuelas pone en riesgo de desaparecer a más de 500 papelerías en Saltillo.
TODO TIENE SUS VENTAJAS
Algunas madres de familia comparten las ventajas y desventajas económicas de la nueva modalidad en la que sus hijos cursarán la primaria.
“Para empezar no surtí la lista completa, cuando antes me gastaba mil 200 en cada niña, en mi caso dos, ahora solo gasté como 900 en total por las dos. Tampoco compré el material de limpieza que piden para el salón, zapatos escolares o algún complemento del uniforme que ya no le quedó del año pasado”, dijo Elizabeth Martínez, madre de dos niñas que cursarán cuarto grado.
Hay quien ahorró hasta tres cuartas partes del gasto que hacía al año por el regreso a clases.
MÁS GASTO EN ELECTRÓNICOS
Por esto de educar a distancia, se está previendo la compra de un equipo de cómputo o electrónico que les permita hacer consultas con mayor facilidad o comunicarse con sus maestros.
“Creo que eso que nos ahorramos puede ser invertido en una computadora o hasta en una impresora, porque ahora todo será en línea, incluso en tabletas o laptops, para que no sea necesario ir a un ciber café”, dijo Violeta Magallanes, madre de una adolescente de 13 años, quien coincidió con otras madres sobre prepararse para un ciclo escolar virtual.
“En realidad la escuela pública en la que están las niñas no cuenta con alguna plataforma de la propia escuela, pero sí tuve que invertir en actualizaciones de software para prepararme con tiempo y así no batallar a la mera hora para hacer consultas”, comentó Elizabeth Martínez.
…Y AUMENTAN REPARACIONES
Establecimientos para la reparación o mantenimiento de computadoras han aumentado su carga de trabajo en un 40 por ciento.
“Sí vienen muchas personas, unas con algunos detalles técnicos; pero otras que quieren hacer funcionar computadoras con piezas descontinuadas, creo que ahí está el resultado de invertir en fiestas de quince años o celulares muy caros, en lugar de herramientas que les servirán para continuar sus estudios”, dijo Roberto Silva, dueño de un negocio de reparaciones.