El estudio se realizó con plasma y células de sangre periférica de 41 australianos adultos -24 hombres y 17 mujeres de una edad media de 59 años- que se habían recuperado de una COVID-19 de leve a moderada, después de unos 32 días de una prueba PCR positiva.
Madrid, 13 de julio (EFE).- Un estudio realizado con plasma de 41 pacientes recuperados de COVID-19 señala que todos tenían anticuerpos frente a la proteína spike del virus, pero que la capacidad neutralizante variaba entre unos y otros, según publica hoy Nature Medicine.
La investigación, realizada por la Universidad de Melbourne indica que los pacientes estudiados tenían en su plasma "abundantes" anticuerpos, células B de memoria y células T auxiliares (cTFH) contra la proteína spike, que es la que utiliza en virus para unirse a las células humanas.
Sin embargo, la capacidad de estos anticuerpos y células inmunes para neutralizar y bloquear la unión del virus "era inconsistente", señala un resumen del estudio facilitado por la revista.
Todos los pacientes mostraron "múltiples signos" de reconocimiento inmunológico de la proteína spike, pero "la capacidad de neutralización del plasma de los pacientes variaba ampliamente".
Para los investigadores, esto "sugiere que, tal vez, las vacunas deban dirigirse de manera selectiva a los epítopos neutralizantes más potentes". Los epítopos son las pequeñas partes del virus reconocidas por el sistema inmunitario humano y contra las que se dirigen los anticuerpos.
El equipo considera que son "atractivos" los enfoques de una vacuna que provoca anticuerpos neutralizantes dirigidos a la proteína spike para bloquear así la unión del SARS-Cov-2 al receptor ACE2, que se encuentra en las células.
Sin embargo, aunque los prototipos de vacunas basadas en este enfoque "son prometedores" en modelos animales, no se entiende bien la respuesta inmunitaria específica en los seres humanos, agrega la nota.
El estudio se realizó con plasma y células de sangre periférica de 41 australianos adultos -24 hombres y 17 mujeres de una edad media de 59 años- que se habían recuperado de una COVID-19 de leve a moderada, después de unos 32 días de una prueba PCR positiva.
Los autores encontraron en todos los pacientes anticuerpos, células B con memoria específica (un tipo de glóbulo blanco que produce anticuerpos) y células cTFH, todos ellos específicos para spike.
Sin embargo, la capacidad media del plasma inmune de los pacientes para bloquear la interacción entre el ACE2 y el sitio de unión viral "fue modesta", solo alrededor del 14 por ciento.
El análisis estadístico reveló que el desarrollo de una fuerte actividad neutralizante en el plasma dependía no sólo de la cantidad de anticuerpos específicos ante la proteína spike, sino también de la relativa abundancia de distintas subpoblaciones de células cTFH específicas.
Estos resultados sugieren, para los investigadores, que "las células B y las células cTFH con características funcionales y de superficie específicas podrían ser dianas útiles para futuras vacunas".
Sin embargo, consideran necesario hacer nuevas investigaciones con muestras de pacientes más amplias para comprender la interacción entre las células cTFH y los anticuerpos neutralizantes obtenidos como respuesta a diferentes vacunas.