Topa es una gallinita Cubana que vive con nosotros en el Santuario libres al fin, a ella la rescatamos de una forrajera donde pasaban los días y no se vendía, y decidieron dárnosla cuando preguntamos por qué llevaba tanto tiempo ahí, desde que llegó ha tenido muchas complicaciones de salud, desgraciadamente los lugares donde hacinan a estos animales para venderlos no son precisamente higiénicos.
Le pusimos Topa porque le encanta hacer pozos en la tierra para darse baños, es una gallina con un temperamento fuerte, cuando servimos comida es la primera en probar todo, le encantan las frutas y es un amor de gallina.
Topa ha estado presentando recurrentemente problemas de huevos retenidos, en su caso lo está presentando más joven que las otras gallinas que tenemos, pero absolutamente todas en algún momento de su vida morirán a causa del huevo.
Las gallinas que actualmente existen llevan años de modificaciones genéticas para poner huevos de manera diaria, lo cual eventualmente acaba desgastándolas y llevándolas a la muerte, el calcio y los minerales que forman la cáscara del huevo vienen del material esponjoso de sus huesos, el poner un solo huevo representa un desgaste muy grande para ellas, si vemos a otras aves en la naturaleza, ninguna pone huevos a ese ritmo, la reproducción de la mayoría de las aves es estacional.
A las gallinas en los lugares industrializados las tienen hacinadas en jaulas donde no pueden moverse ni sentarse, viven en estas jaulas toda su vida hasta que son desechadas cuando son mayores, a veces las tiran a la basura, a veces las ejecutan con espuma o cámaras de gas, y ¿sabes cómo les llaman? «Gallinas de desecho», como si un ser viviente al cual ya no se puede explotar más fuera basura, en las granjas orgánicas o libres no tienen una suerte mucho mejor, en algunos lugares solamente no están en jaulas aunque siguen hacinadas, y finalmente cuando dejan de ser productivas son asesinadas.
Tal fue el caso de nuestra gallina María, a ella la rescatamos herida de una producción orgánica porque empezó a sangrar de la cloaca de tanto poner huevo y otras gallinas por curiosidad la perseguían y picaban, cuando llegó a nosotros estaba estresada, moribunda y sin plumas, pero en el Santuario llegó a ser una gallina verdaderamente libre y feliz, desgraciadamente cuando tenía casi tres años con nosotros falleció por que empezó a retener huevos, cuando realizaron su autopsia tenía siete huevos retenidos, lo que le causó septicemia y la muerte.
Ni Topa ni María se pudieron librar de la genética que les impusieron los humanos, y muchas veces las huellas de la explotación son imposibles de borrar.
En el caso de Topa y de las demás gallinas del Santuario seguiremos haciendo todo lo posible para ayudarlas, en el caso de las demás gallinas del mundo, tú las puedes ayudar dejando de consumir huevo.
Existen muchas formas deliciosas de sustituir el huevo y donde realmente nadie muere ni sufre.