El Banco Interamericano de Desarrollo comparó el impacto de la pandemia con otros episodios como la pasada crisis financiera cuando los flujos turísticos se contrajeron en casi un 4 por ciento, ahora esperan hasta el 70 por ciento sólo en 2020.
En México este sector aportó de 20014 a 2018 casi el 16 por ciento en producción y empleo.
Madrid, 1 de julio (Europa Press).- El Banco Interamericano de Desarrollo (BID) ha advertido sobre el duro impacto que la pandemia de COVID-19 supondrá para el turismo de América Latina y el Caribe y ha recomendado a los gobiernos de la región tomar medidas "sin precedentes", debido a la alta dependencia de la economía de la zona al turismo.
El informe elaborado por el BID explica que el impacto de esta crisis en cada uno de los países será diferente en función de la estructura de la economía, así como por la propagación de la enfermedad y la dependencia del sector.
La entidad ha realizado un índice de dependencia del turismo que desvela que las diferentes islas del Caribe son las economías más vulnerables a la crisis del sector.
El ranking está encabezado por la isla de Aruba, con un nivel del 84.7, que la hace la economía más dependiente del mundo del turismo, seguida por Antigua y Barbuda (61.4) y Bahamas (59.4). Los países menos dependientes del turismo en estos momentos son Venezuela (5.5), Paraguay (3.7) y Surinam (3.2).
En el caso de otros países, el sector tiene un peso significativo sobre sus economías. De 2014 a 2018 el turismo aportó un promedio de casi el 16 por ciento en producción y empleo en México, y cerca del 10 por ciento del empleo y del PIB para Uruguay, Argentina y Chile. En Brasil, durante este periodo el turismo fue el responsable del 8 por ciento del empleo del país.
"Sumando todo, nuestro índice de dependencia del turismo y varios indicadores relacionados sugieren que los países en América Latina y el Caribe van a sufrir más que otros en términos de 'shocks' por la COVID-19", explica el asesor económico para el departamento del Caribe del BID, Henry Mooney.
Mooney agrega que los gobiernos pueden proveer un apoyo enfocado y a la medida de cada país para preservar activos productivos, reemplazar ingresos para individuos que dependen del sector y utilizar un período de transición para preparar el terreno para reactivar las actividades bajo circunstancias "inciertas".
El informe compara el impacto de la pandemia con otros episodios como la pasada crisis financiera. En este caso, mientras que los flujos turísticos se contrajeron en casi un 4 por ciento durante la crisis, la pandemia podría causar un shock negativo de entre el 40 y el 70 por ciento en un solo año.
"Aún para las economías más grandes y diversificadas, el impacto neto sobre la actividad económica podría llevar a contracciones a una escala que nunca hemos presenciado", señala la investigadora del BID, María Alejandra Zegarra, quien añade que los países han entrado en crisis sin un marco de políticas adecuadas, por lo que los mecanismos de protección externos estarán "particularmente afectados".