Pekín continúa haciendo pruebas de coronavirus -hasta ahora ha hecho más de dos millones de test, más del 10 por ciento de su población-, y rastrea a empleados de restaurantes, universidades y mercados, además de trabajadores propensos a transmitir la enfermedad por su constante contacto con el público, como servicios de suministro de comidas y bebidas, conductores, supermercados y centros comerciales.
Por Jesús Centeno
Pekín, 21 jun (EFE).– Pekín sumó hoy 22 casos de COVID-19 registrados el sábado, la misma cifra que en la víspera, y continúa realizando pruebas de coronavirus a su población tras sumar cientos de positivos a raíz del nuevo brote detectado en un mercado mayorista de la capital que, según los expertos, está bajo control.
Las cifras divulgadas hoy por las autoridades significarían que el brote se ha estabilizado y que, tal y como avanzó la semana pasada el jefe epidemiólogo Wu Zunyou, ya se ha llegado al pico de casos y que apenas hay nuevas infecciones.
Desde que comenzó el brote el pasado 11 de junio, Pekín acumula 227 nuevos casos de COVID-19, siempre según los datos oficiales.
De acuerdo con la comisión nacional sanitaria, 397 contactos cercanos fueron liberados de observación médica en China durante las últimas 24 horas, pero aún hay 6 mil 339 personas en esta situación.
Además, se registraron tres nuevos casos "sospechosos" de haber contraído el patógeno, todos en Pekín, sumando 13 en total.
Respecto a los casos asintomáticos, que China no contabiliza como casos confirmados, se registraron seis nuevos contagios, tres de ellos en la capital.
CASI 250 MIL PRUEBAS AL DÍA
Pekín continúa haciendo pruebas de coronavirus -hasta ahora ha hecho más de dos millones de test, más del 10 por ciento de su población-, y rastrea a empleados de restaurantes, universidades y mercados, además de trabajadores propensos a transmitir la enfermedad por su constante contacto con el público, como servicios de suministro de comidas y bebidas, conductores, supermercados y centros comerciales.
Un funcionario del Gobierno municipal aseguró hoy en rueda de prensa que la ciudad tiene ahora capacidad de realizar casi 250 mil pruebas diarias por las 8 mil de la semana pasada.
Más de 7 mil 500 trabajadores sanitarios hacen las pruebas en 124 centros designados a lo largo de la ciudad, agregó.
No obstante, "es inevitable que, de vez en cuando, los resultados no sean precisos", agregó uno de los portavoces municipales durante la rueda de prensa, y aconsejó a quienes "no se sientan seguros" que se hagan "un segundo test", especialmente si esas personas residen en zonas de riesgo.
Las autoridades aseguraron ayer que "no hay razón para que la gente salga en masa a hacerse pruebas", lo cual no ha impedido aglomeraciones de personas haciendo cola para poder hacerse el test, evidencian imágenes difundidas por la cadena estatal CCTV.
También continúan los trabajos de desinfección, que afectan a restaurantes, mercados y universidades: "Hay que completar estos trabajos. Debemos desinfectar dormitorios, cantinas y baños públicos de los campus para que los estudiantes puedan volver", añadió el portavoz.
CIERRA LA FÁBRICA DE PEPSI TRAS REGISTRAR CONTAGIOS
Por otra parte, la fábrica del gigante de las bebidas gaseosas PepsiCo decidió hoy suspender sus operaciones en la capital tras confirmar ocho casos, informa el diario Global Times.
Dos de ellos hicieron compras recientemente en el mercado de Xinfadi, según el rotativo, y añade que se han hecho pruebas a 480 personas -todas dieron negativo- y que hasta el sábado se ha hecho seguimiento a 87 contactos cercanos que están ahora en cuarentena.
Asimismo, continúan activas las restricciones para salir de la ciudad: no pueden abandonarla los residentes en zonas declaradas de riesgo, y se aconseja que nadie lo haga sin un motivo de peso.
Y quien quiera marcharse debe certificar primero un buen estado de salud y presentar una prueba negativa de coronavirus realizada en los siete días previos a la partida.
El subdirector de Seguridad Pública municipal, Pang Xuhong, indicó el pasado jueves que "las restricciones no significan que la ciudad haya quedado sellada", y que el objetivo es "impedir que el virus se extienda por la capital o llegue a otras partes de China".
EL BROTE NO ES UNA SEGUNDA OLEADA DEL VIRUS, SEGÚN EXPERTOS
Asimismo, el epidemiólogo chino Zhang Wenhong, citado por Global Times, aseguró hoy que "el brote de Pekín no es una segunda oleada del virus" y que se trata más de "un brote espontáneo registrado en un corto periodo de tiempo, y ya bajo control".
"Una segunda oleada habría supuesto muchos más casos tras transmitirse el virus durante un tiempo", indicó Zhang.
No obstante, aunque las autoridades chinas dan el brote por controlado, otros expertos han expresado que esa conclusión podría ser "prematura" y que "no hay que bajar la guardia".
Sobre el origen del brote, las investigaciones preliminares de los científicos chinos apuntan a que la cepa del virus encontrada masivamente en el mercado de Xinfadi proviene de Europa, pero aún debaten cómo habría llegado hasta allí.
Hasta ahora ha trascendido que se detectó en una tabla de cortar salmón, pero según los expertos no hay pruebas de que los contagiados se infectaran por comer alimentos contaminados, incluyendo marisco.
Gao Fu, director del Centro chino para el Control y Prevención de Enfermedades, dijo el martes que el brote comenzó a propagarse probablemente en mayo por el contacto entre los trabajadores del mercado, que ocupa una superficie de 112 hectáreas y tiene 1 mil 500 empleados y más de 4 mil titulares de puestos de venta.
El mercado, que ahora está cerrado, abastece alrededor del 70 por ciento de las verduras, el 10 por ciento de la carne de cerdo y el 3 por ciento de la carne de ternera y cordero que se consumen en la capital.
Desde que el Gobierno municipal anunciase el martes que la ciudad pasaba del tercer al segundo nivel de emergencia, las comunidades de vecinos han vuelto a comprobar la identidad y el estado de salud de los residentes y a tomarles la temperatura.
Además, todas las clases presenciales están suspendidas, y se aconseja a los residentes que trabajen desde casa, mientras que las comunidades en áreas de riesgo "alto" han quedado selladas y no se permite que nadie salga de ellas.