El Instituto Internacional de Finanzas estimó que 3 mil 500 millones de dólares se han dirigido directamente a la deuda de países emergentes, debido a las expectativas de reactivación económica y el levantamiento de las medidas de confinamiento social.
Ciudad de México, 11 de junio (SinEmbargo).- En mayo el Banco de México (Banxico) reportó flujos de salida de su capital de deuda por casi 35 mil millones de dólares. Es el tercer mes consecutivo que el banco central registra este movimiento, lo que de acuerdo con los analistas consultados por Reuters podría deberse a una mayor cautela en el sector de las inversiones.
Durante los meses que lleva la pandemia de coronavirus en el mundo, se ha observado un retorno gradual de los capitales hacia países emergentes para mitigar el impacto del contagio. Esto se debe a las estimaciones de una contracción económica fuerte debido a elementos idiosincráticos, relacionados con el manejo de la política económica del país.
Otro factor que ahuyentó las inversiones son las estimaciones de recortes sobre la nota de la duda soberana de México.
Los bonos de deuda del país se despidieron de 34 mil 850 millones de pesos en mayo, que sumados a los 288 mil millones de marzo y abril dan un total de 322 mil 850 millones de pesos que abandonaron el país.
Estimaciones del Instituto Internacional de Finanzas (IIF) destacaron que, en contraste, ingresaron 3 mil 500 millones de dólares directamente a la deuda de países emergentes, debido a las expectativas de reactivación económica y el levantamiento de las medidas de confinamiento social.
"México tenía una ventaja hace algunos años porque tenía un manejo macroeconómico bastante sólido, pero eso ha cambiado recientemente", aseguró a Reuters Andrés Jaime, estratega de divisas y deuda de países emergentes para Morgan Stanley.
Algunos analistas coincidieron en que un aumento en la percepción de riesgo en la economía mexicana podría realentizar la recuperación del flujo de capital en el país y podrían ver datos negativos en los meses siguientes.
Los factores idiosincráticos que tambalean la estabilidad de la percepción del país para los analistas en el mercado financiero se ven acentuados por la política del Presidente Andrés Manuel López Obrador que se ha centrado en primar el gasto social y el freno a proyectos de inversión como el Aeropuerto Internacional en Texcoco o la planta cervecera de Mexicali, Baja California.
Los pronósticos económicos para el país tampoco son alentadores. El Banxico prevé un margen de pérdidas entre el 4.6 y 8.8 por ciento para el Producto interno bruto al final de 2020. El panorama es peor para bancos de inversión como JP Morgan que previó un descenso del PIB de 10.5 por ciento, o Bank of America que espera una reducción del 10 por ciento.
La inversión extranjera ha disminuido en el país, a lo que se suma que "tiene que pagar mucho más para continuar fondeándose en los mercados internacionales", de acuerdo con Jaime.
Pese a que la Secretaría de Hacienda y bancos como Banorte ven lejos la pérdida del grado de inversión del país por los factores señalados, entre los inversores persiste la previsión de que México se convierta en un "ángel caído".
"Lo que importa de la deuda es la capacidad de pago, si no creces, pues cualquier nivel de deuda es oneroso y creo que estamos en un problema de dinámica de deuda", puntalzó Sergio Luna, director de estudios económicos de Citibanamex, a Reuters.