LA OPINIÓN

Las discusiones frecuentes delante de los niños pueden causarles traumas permanentes

09/06/2020 - 12:05 am

Como padres, deben evitar las peleas y discusiones frente a los niños. Es mejor hablar antes que gritar.

Ciudad de México, 09 de junio (LaOpinión).- Las discusiones frecuentes delante de los niños pueden causarles traumas que pueden durar toda la vida. Además de eso, es posible que adquieran un comportamiento totalmente diferente, que va desde una conducta agresiva, al aislamiento y el bajo rendimiento escolar.

Para poder tener una dinámica familiar saludable y que ayude al desarrollo de los niños, es necesario tomar los cuidados adecuados para evitar cualquier daño a futuro.

¿CÓMO AFECTA A TUS HIJOS?

Según la psicóloga Silvia Álava en un artículo para el diario El País, las peleas frente a los niños pueden dejar grandes marcas. En toda relación es normal que surjan discusiones, pero también es importante saber canalizarlas y evitar los conflictos directos, sobre todo delante de los niños.

Los padres son sus modelos a seguir, por eso, si mantienes discusiones acaloradas y violentas con tu pareja, esto supondrá un enorme cambio para los más pequeños. Estos, al ver este tipo de comportamiento, a la larga pueden normalizarlo y llegar a comportarse de esa manera, hasta el punto de volverse violentos.

Juan de Haro, psicólogo clínico y terapeuta del CISAF en Madrid, menciona que, al principio, los niños pueden tener una actitud conciliatoria, tratando de evitar que el conflicto pase a mayores.

Sin embargo, cuando sienten que no pueden controlar el conflicto, los embarga una sensación de desamparo y de culpa. De allí que muchos se sientan culpables por el divorcio de sus padres.

Pasar tiempo juntos, compartir en familia una comida, ver películas o ir al parque tanto como les sea posible. Foto: Moisés Pablo, Cuartoscuro.

EVITAR CONFLICTOS DELANTE DE ELLOS 

Como padres, deben evitar las peleas y discusiones frente a los niños. Es mejor hablar antes que gritar. Por eso es importante que conversen sobre las cosas que les inquietan, hacerlo en un ambiente cordial y evitar expresiones bruscas.

Pasar tiempo juntos, compartir en familia una comida, ver películas o ir al parque tanto como les sea posible. No los involucren en las decisiones que tengan que tomar, y mucho menos les pidan que escojan bandos.

Por último, para casos más graves, busquen ayuda para toda la familia. Acudir a un terapeuta puede contribuir a crear un ambiente sano y mejorar la comunicación con todos los miembros de la familia.

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