Alejandro Calvillo
12/05/2020 - 12:04 am
Los ataques a López-Gatell son de antes
En la conferencia que dieron varios exsecretarios de salud para criticar la estrategia frente a la pandemia, estos intereses estaban mezclados.
Las grandes corporaciones de alimentos y bebidas que han provocado que los mexicanos ocupemos los primeros lugares en obesidad y muertes por diabetes en el mundo; las grandes corporaciones del tabaco, producto que causa la muerte de más de 60 mil mexicanos cada año; y las grandes corporaciones de las bebidas alcohólica que tenían fuertes alianzas con los gobiernos anteriores; en alianza con los exfuncionarios con los cuales controlaron las políticas de salud pública para que no afectaran sus intereses, tenían ya al Subsecretario Hugo López-Gatell en la mira, señalándolo como su peor enemigo.
Acostumbradas a tener las puertas abiertas en la Secretaría de Salud y en Cofepris, a participar en organismos creados por la autoridad para diseñar y evaluar las políticas que deberían regular sus productos; acostumbradas a definir las regulaciones y normas oficiales mexicanas de la mano de la propia Secretaría de Economía; encontraron que en la nueva administración ni la Secretaria de Salud, ni Cofepris, ni la propia Secretaria de Economía, escuchaban más sus dictados.
Desde el inicio del Gobierno actual, el mensaje de la Secretaría de Salud fue claro: se implementarán políticas efectivas recomendadas por los organismos internacionales para reducir el consumo de los productos que son causa principal de estas epidemias de obesidad y diabetes, para reducir el consumo de tabaco y para establecer un programa nacional de control de alcohol, que hasta el momento México no tiene.
Desde el inicio de la actual administración, el vocero de estas nuevas políticas ha sido el Dr. Hugo López-Gatell, Subsecretario de Prevención y Promoción de la Salud. Así fue como las grandes corporaciones transnacionales, productoras y comercializadoras de los productos que son la principal causa de enfermedad y muerte en nuestro país, de las llamadas Enfermedades Crónicas No transmisibles, que superan en ingresos los recursos de muchas naciones, pusieron en la mira al Dr. López-Gatell. Antes de la Pandemia, el grupo de columnistas y comentaristas aliados a estas corporaciones de forma directa o a través de agencias de relaciones públicas ya arremetían con López-Gatell, como lo han hecho durante años contra quienes promueven regulaciones a estos productos.
El tono de los ataques subió cuando vino la propuesta del nuevo etiquetado frontal de advertencia en alimentos y bebidas apoyada por los subsecretarios de Salud, Economía y Agricultura. La revisión de la norma de etiquetado correspondió a los comités nacionales de normalización de Salud y Economía. A diferencia del etiquetado frontal existente, que fue diseñado por la industria e impuesto por la Cofepris y la Secretaría de Salud de Peña Nieto, en contra de observaciones de la Organización Mundial de la Salud y del Instituto Nacional de Salud Pública, para el nuevo etiquetado se formó un grupo de trabajo con representantes de los Organismos de Naciones Unidas, instituciones académicas y organizaciones civiles independientes.
En la administración anterior, ConMéxico, con todo el apoyo de las demás cámaras empresariales, como el Consejo Coordinador Empresarial, la Confederación de Cámaras Industriales de México, entre otros, no sólo estableció el etiquetado frontal que quiso, con el contubernio de la autoridad, simuló también una regulación de la publicidad los productos no saludables a los niños, además de establecer junto con el apoyo de la Secretaría de Salud un observatorio de las políticas frente a la obesidad, el OMENT, donde la mayor parte de los asientos los tendría la propia industria y del que estaban excluidos no sólo los organismos de Naciones Unidas, también el propio Instituto Nacional de Salud Pública que tiene como función dar la evidencia para las políticas en salud pública y evaluarlas.
Con la llegada de la nueva administración, el control que ejercían grandes corporaciones como Coca Cola-Femsa, Pepsico, Nestlé, Unilever, Bimbo, entre otras, sobre las políticas de salud, se desmanteló de un día a otro. Sus esfuerzos para seducir a la autoridad con programas de apoyo y financiamientos de programas, no fructificaron. Al contrario, eran sorprendidos cuando en reuniones con el subsecretario, éste tomaba una grabadora y les comunicaba que grabaría la conversación.
Esta misma industria había gastado, en 2010, mil millones de euros para evitar un etiquetado frontal de advertencia en el Parlamento Europeo. La cifra da una idea de la magnitud del poder y de la decisión de bloquear por todos los medios posibles que los consumidores puedan tener información útil para realizar elecciones más saludables en medio de las epidemias de obesidad y diabetes que se viven. México, el país donde han logrado una de sus mayores ventas por persona en el mundo: refrescos, frituras, panecillos, dulces, etc, no sería la excepción.
Detrás de parte importante de los ataques al Dr. López-Gatell, están estas empresas que buscan la oportunidad de golpear aprovechándose de la Pandemia. A Las corporaciones se suman los exfuncionarios que han sido los aliados de estas empresas como exsecretarios y exsubsecretarios de salud que nunca impulsaron las políticas recomendadas para enfrentar la obesidad y la diabetes, el tabaquismo y el consumo de alcohol entre los jóvenes. Y algo más, investigaciones y datos muestran cómo fueron cómplices del desmantelamiento del sistema de salud.
Es evidente que existen diversas visiones de cómo enfrentar la Pandemia de COVID-19, desde el modelo sueco hasta el asiático, no hay una hoja de ruta y el debate es importante. Sin embargo, en este debate se mezclan muy diversos intereses, los de las grandes corporaciones que buscan atacar al funcionario que les representa una amenaza para sus intereses corporativos, los que tienen un interés político y se aprovechan de la situación para querer posicionarse públicamente, hasta los que están convencidos que la estrategia es fallida y debería ser otra.
En la conferencia que dieron varios exsecretarios de salud para criticar la estrategia frente a la pandemia, estos intereses estaban mezclados. Desde el interés legítimo de expertos en diversas áreas de la salud, hasta los exfuncionarios que tienen sus propios proyectos políticos, sus fuertes vínculos con las corporaciones, y que son ignorantes en la materia.
Y lo más grave es que algunos de estos exfuncionarios nunca atendieron las recomendaciones para enfrentar las epidemias de obesidad y diabetes en México. En cambio, las bloquearon, se sumaron a las estrategias de las corporaciones para bloquear una regulación de alimentos y bebidas en escuelas que nunca llegó a aplicarse, establecieron un etiquetado que bien sabían que sólo engaña, promovieron una regulación de la publicidad que sólo es una simulación. De forma activa contribuyeron a agudizar las epidemias de obesidad y diabetes, el tabaquismo y el consumo de alcohol entre los jóvenes. La Pandemia encuentra un caldo de cultivo en la epidemia de sobrepeso, obesidad y diabetes que se vive en México y los exfuncionarios tienen una profunda responsabilidad por no haber actuado.
¿Con quién estaba su compromiso?, ¿con la industria o con la salud? Diversos estudios publicados en prestigiadas revistas científicas de salud demuestran que estaban del lado de la industria, que se negaron a escuchar a los organismos internacionales y nacionales de salud, y establecieron las políticas dictadas por la industria. De esta manera llegamos a los mayores consumos de productos ultraprocesados en América Latina, en consumo de bebidas azucaradas a los primeros niveles, de la misma manera en consumo de sopas instantáneas, de panecillos industrializados, de frituras embolsadas, de caramelitos, etc, etc.
Se estiman 40 mil muertes anuales asociadas al consumo de bebidas azucaradas en el país (Global Burden of Diseases), 106 mil muertes anuales por diabetes (Secretaria de Salud, 2016) y 23 muertes cada hora relacionadas con la obesidad (Secretaría de Salud, 2020). Sin embargo, estas epidemias no son visibles, se ocultan las responsabilidades en enfermedades que pueden ser prevenibles pero qquien tenía que actuar no lo hizo, más bien apoyó a su expansión.
El principal promotor de la oposición a la política actual contra la Pandemia, quien reunió a los exsecretarios para tacarla, fue Salomón Chertorivsky, economista que fue secretario de Salud en los últimos dos años de la administración de Felipe calderón. En 2012 se le realizó una entrevista sobre el tema de la obesidad y la diabetes y las políticas para enfrentarla. Hay que recordar que para 2012 el tema del sobrepeso y la obesidad en México ya estaba en la atención mundial. Desde 2006 se había impactado al mundo con las cifras del crecimiento de sobrepeso y obesidad no registradas en ningún otro país del mundo ya que entre 1999 y 2006 el sobrepeso y obesidad en niños entre 5 y 11 años había sido de cerca del 40%. Y las muertes por diabetes habían pasado de poco más de 46 mil en 2000 a más de 85 mil en 2012.
Chertorivsky negó que hubiera una amenaza al sistema de salud por las epidemias de obesidad y diabetes, mientras morían más de 80 mil personas al año por diabetes, por la misma enfermedad recibían una amputación más de 70 mil personas, mientras la principal causa de ceguera era la propia diabetes y los servicios de salud no cubrían la diálisis. Para el entonces Secretario de Salud la autorregulación de la publicidad de los alimentos y bebidas dirigida a la infancia funcionaba, la oferta de alimentos y bebidas en las escuelas era ya saludable.
El exsecretario que ahora critica la estrategia contra la Pandemia y que organiza a otros exsecretarios e investigadores para salir en conjunto, planteó en esa entrevista grabada cuando era secretario y se le preguntaba sobre las estrategias para combatir la obesidad: “Parte fundamental de la política pública ha estado encaminada a poder mantener los mensajes de concientización en la población. Hemos logrado que en México todos los meses de abril los partidos de futbol sean con el balón naranja en señal de combate a la obesidad infantil”.
La declaración anterior aparece en el minuto 8´05´´ del documental “Razones de Peso” http://tiny.cc/nygwoz . En este documental se puede ver claramente la postura del entonces secretario de salud frente a la epidemia de sobrepeso, obesidad y diabetes, contrastada con académicos y miembros de la sociedad civil.
Desde entonces, desde el 2011 hasta el 2018, la postura de la Secretaría de Salud fue similar, atender los intereses de las grandes corporaciones y no las recomendaciones de los organismos internacionales y nacionales para combatir las epidemias de sobrepeso, obesidad y diabetes.
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