En México, 3.7 millones de niñas y niños –aun si dedicase todo el ingreso de sus hogares a la adquisición de alimentos– "no podría adquirir los nutrientes necesarios para tener una vida sana".
La pandemia causada por el nuevo coronavirus (SARS-COV2) encontró al 61.1 por ciento de la niñez mexicana sin acceso a la seguridad social y al 14.3 servicios de salud pública. Esto "podría aumentar la vulnerabilidad de las niñas, niños y adolescentes en caso de contraer dicha enfermedad".
Ciudad de México, 30 de abril (SinEmbargo).- La desigualdad en el ingreso en los hogares, el ámbito de residencia, las condiciones geográficas, la pertenencia étnica, las características de los hogares, entre otros factores son determinantes para los niveles de pobreza que enfrenta la niñez y la adolescencia en México. Hasta 2018, el Coneval registró que 19.5 millones de niñas y niños se encontraban en situación de pobreza.
En el día en que se celebra a la niñez, el Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval) informó que poco menos de la mitad del total de la población menor a 18 años (el 49.6 por ciento) se encontraba en situación de pobreza. Destacó que del mismo grupo 3.7 millones de infantes (el 9.3 por ciento de la población total) se encontraba en pobreza extrema.
La definición de pobreza del Consejo incluye a las personas que tienen al menos una carencia social de los seis indicadores que contemplan: rezago educativo, acceso a servicios de salud, acceso a la seguridad social, calidad y espacios de la vivienda, servicios básicos en la vivienda y acceso a la alimentación. Además el ingreso que obtienen resulta insuficiente para adquirir los bienes y servicios para satisfacer sus necesidades. En la pobreza extrema el ingreso tan bajo que, "aun si lo dedicase por completo a la adquisición de alimentos, no podría adquirir los nutrientes necesarios para tener una vida sana".
Para la niñez mexicana el acceso a la seguridad social es la mayor carencia: el 61.1 por ciento no tiene acceso a este derecho y el 14.3 carecía de oportunidades para obtener servicios de salud pública. En 2008 el 39 por ciento de infantes no contaba con atención médica gratuita, por lo que las cifras mostraron que se avanzó en el combate a este indicador.
"La carencia por acceso a la seguridad social es la de mayor prevalencia en toda la población, en particular afecta más a quienes tienen menos de 18 años de edad", expresó el Coneval.
México logró erradicar, de 2008 a 2018, 12.1 puntos porcentuales de falta de acceso a la seguridad social para niñas y niños, sin embargo el dato continúa 11 puntos por encima de la mitad de la población, pues sólo el 38.9 por ciento tiene garantizado este derecho.
Chiapas, Oaxaca y Guerrero fueron los estados con registros más altos a este respecto con 11.8, 16.9 y 18.2 por ciento, respectivamente, de las personas menores a 18 años con seguridad social garantizada. Los estados del norte Coahuila, Nuevo León y Baja California Sur registraron cifras superiores al 60 por ciento de cobertura en 2018.
La pandemia causada por el nuevo coronavirus (SARS-COV2) que ha dejado mil 732 decesos en el país encontró en esas condiciones a la niñez. De acuerdo con Coneval, esto "podría aumentar la vulnerabilidad de las niñas, niños y adolescentes en caso de contraer dicha enfermedad".
ALIMENTACIÓN Y MORTALIDAD
La carencia alimentaria es otro factor que ha impactado directamente a las niñas y niños del país. Pese a que en 10 años (2008-2018) disminuyó 1.8 puntos porcentuales, más de 9 millones de menores de edad (el 23.9 por ciento de la población) vivían en un hogar que no les permitía el acceso a la seguridad alimentaria en niveles de moderado a severo.
El combate a la desnutrición también avanzó 3.3 por ciento en el mismo periodo, sin embargo el 12 por ciento de la niñez mexicana de cero a cuatro años presentó bajo peso y talla o adelgazamiento patológico (emaciación), destacó el SIDS.
Además, la mortalidad infantil sigue atacando a la población menor de 18 años con un 12.1 defunciones de menores de un año por cada mil personas nacidas vivas. Este indicador también observó un descenso de dos puntos de 2010 a 2016, de acuerdo con datos del Sistema de Información de Derechos Sociales (SIDS).
Según Coneval, las entidades con las cifras más altas de mortalidad infantil en 2016 fueron Puebla con 14.4 por cada mil nacimientos; Campeche, con 14.1 y Tabasco con 14 defunciones. Colima, Sinaloa y Aguascalientes reportaron las menores tasas en el mismo año, con cifras de 8.8, 9 y 9.4 respectivamente.
EDUCACIÓN, TRABAJO Y VIVIENDA
La Ley Federal del Trabajo establece que la edad mínima para trabajar es a partir de los 16 años, sólo en el caso de que la persona tenga garantizado el acceso a la educación básica, que desde 2015 incluye la preparatoria. Pero la realidad demostró que de 2008 a 2016 el grupo de menores de edad que laboraba creció, del 17.2 al 20.1 por ciento de las personas de 12 a 17 años, de a cuerdo con datos de la Encuesta Nacional de Ingresos y Gastos de los Hogares (ENIGH) del Inegi.
El rezago educativo se mantuvo en el 7.3 por ciento de la población menor a 18 años, pese a una disminución de 3.2 puntos porcentuales en una década. Pero en 2018 sólo el 17.9 por ciento de estudiantes de sexto grado de primaria logró un nivel satisfactorio o sobresaliente en el dominio de Lenguaje y Comunicación y el 23 por ciento en el dominio de las matemáticas.
Para 2017 el 26.1 por ciento de estudiantes de tercer grado de secundaria obtuvo un nivel satisfactorio o sobresaliente en el dominio de Lenguaje y Comunicación y solo 13.7 por ciento en matemáticas.
Las cifras de desigualdad en el acceso educativo también representan una dificultad frente a la pandemia de la enfermedad COVID-19. Coneval alertó que las medidas para combatir el contagio del virus que requirieron que niñas, niños y adolescentes dejaran de asistir a las escuelas, temporalmente, obstaculiza el seguimiento de su educación.
A lo anterior se sumó que el 23.4 por ciento de las niñas y niños en México habitaba en viviendas que no contaban con acceso a agua potable, energía eléctrica, drenaje o se cocinaba con estufa de leña sin chimenea. La cifra descendió 3.9 puntos porcentuales, según Coneval, sin embargo la carencia por calidad y espacios en la vivienda alcanzó al 15.5 por ciento de la población, pese a una caída de 7.5 por ciento.
POBLACIÓN INDÍGENA
"Otro factor que se relaciona con la pobreza que enfrentan niñas, niños y adolescentes es la pertenencia étnica. Las mediciones de pobreza que se han llevado a cabo desde 2008 muestran que los hogares indígenas enfrentan condiciones más difíciles, tanto en el nivel de ingresos como en las carencias sociales, frente a los hogares no indígenas, de acuerdo con el documento Pobreza infantil y adolescente en México 2008-2016, elaborado por el Coneval y la UNICEF".
La tasa de mortalidad infantil entre niñas y niños que habitaban en comunidades indígenas, durante 2016, alcanzó al 14.4 por ciento de los menores de 1 año. Este dato mostró una brecha de 4.2 por ciento por cada mil nacimientos frente a las poblaciones sin representación indígena (10.2 por ciento).
El 20.9 por ciento de las personas menores de cinco años que vivían en hogares indígenas, con jefatura femenina, mostró desnutrición crónica, frente al 8.9 por ciento de los los hogares con jefatura femenina no indígena. La brecha de desigualdad pasó del 21.4 por ciento en 2012 a 12 puntos porcentuales en 2016.
"Las futuras acciones de combate a la pobreza, especialmente a la pobreza infantil, deben asegurar una cobertura adecuada y una atención oportuna a los grupos más vulnerables, como las personas en municipios rurales e indígenas y los hogares con miembros con discapacidad, entre otros", puntualizó el Coneval.