Se prevé que millones de personas vuelvan a usar el transporte público para acudir a sus puestos de trabajo, lo que ha llevado a los ayuntamientos a planear una transformación de buses, trenes o metro para que no se concentre demasiada gente en ellos.
Roma, 30 abr (EFE).- Bocas de metro solo de entrada o de salida, asientos de bus con carteles prohibiendo su uso o marcas de separación en las paradas son algunas de las nuevas restricciones en el transporte público que hoy pone en marcha Roma, con el fin de evitar aglomeraciones y reducir el contagio del coronavirus.
El país está preparando la desescalada gradual de las limitaciones impuestas para evitar la propagación de la COVID-19, una "Fase 2" que empezará a partir del próximo 4 de mayo, con la reapertura de actividades como la construcción o la industria manufacturera.
Se prevé que millones de personas vuelvan a usar el transporte público para acudir a sus puestos de trabajo, lo que ha llevado a los ayuntamientos a planear una transformación de buses, trenes o metro para que no se concentre demasiada gente en ellos.
En Roma, por ejemplo, los buses solo podrán transportar un cuarto de su capacidad máxima, según anunció la Alcaldesa de la ciudad, Virginia Raggi.
En una publicación en Facebook, Raggi explica que durante el día de hoy se instalarán en todos los buses y vagones de metro "adhesivos para indicar qué asientos no se pueden usar" para "garantizar la distancia entre las personas".
Además, habrá carteles en las paradas en las que se indique las reglas a seguir y la obligatoriedad de usar mascarilla.
"Los marcadores se instalarán en todos los autobuses y trenes del metro, mientras que se colocarán carteles especiales y alertas en la entrada y salida de estaciones, muelles y medios de superficie para informar a las personas sobre las reglas a seguir, como la obligación de usar la máscara en borde", escribió la Alcaldesa.
En el metro, algunas estaciones han empezado a implementar un acceso diferenciado de entrada y otro de salida, con el fin de que los viajeros no se crucen.
A estas medidas se añadirá un "plan estructurado para incentivar la movilidad sostenible y diversificar los horarios de apertura", según expone la Alcaldesa.
"Mientras tanto, seguimos con las pruebas de transporte público para limitar las entradas y monitorear los flujos de pasajeros por franjas horarias, tanto en las estaciones de metro como a bordo de algunas líneas de autobuses, incluso con la ayuda de contapasigeros. Recuerdo que en los autobuses podrá subir alrededor de una cuarta parte de las personas en comparación con la capacidad máxima", finalizó.
Milán, por su parte, ha apostado por la bicicleta como medio de movilidad preferente en la etapa de convivencia con el virus, y ya ayer empezó la construcción de un nuevo carril bici entre el centro y la periferia de la ciudad.
El Concejal de movilidad del ayuntamiento milanés, Marco Granelli, publicó ayer un video en redes sociales en el que aseguraba que antes del verano ya se habrían construido 23 kilómetros de carriles bici, solo con señalización y sin necesidad de obra.