El secretario general de la ONU explicó que tanto la pandemia como el calentamiento global requieren un "liderazgo valiente, visionario y colaborador", pues "sin la contribución de los grandes emisores, todos nuestros esfuerzos corren el riesgo de estar condenados al fracaso", avisó.
Naciones Unidas, 29 de abril (EFE).- El secretario general de la ONU, António Guterres, defendió este martes que, en medio de la actual crisis del coronavirus, el dinero público no se use para rescatar a industrias contaminantes y urgió a dirigir las inversiones hacia modelos sostenibles que sirvan para combatir el cambio climático.
"Cuando se necesite dinero de los contribuyentes para rescatar a negocios, debe ser creando empleos verdes y un crecimiento sostenible e inclusivo. No debe ser para rescatar industrias obsoletas, contaminantes", subrayó Guterres en una intervención en el Diálogo de Petersberg, un congreso internacional sobre la lucha contra el calentamiento global que se celebra anualmente en Berlín y cuya actual edición es digital.
El jefe de Naciones Unidas urgió a aprovechar el gasto de billones de dólares que va a hacerse con el fin de salir de la crisis del COVID-19 para llevar a cabo una transición energética, invirtiendo en tecnologías verdes y sustituyendo los subsidios a los combustibles fósiles por incentivos para tecnologías limpias.
Guterres subrayó que tanto la pandemia como el calentamiento global requieren un "liderazgo valiente, visionario y colaborador" y recordó que los grandes emisores, con China y Estados Unidos a la cabeza, son la clave del éxito.
"Sin la contribución de los grandes emisores, todos nuestros esfuerzos corren el riesgo de estar condenados al fracaso", avisó.
El diplomático portugués dijo que, en estos tiempos difíciles, hay también esperanza y que la comunidad internacional tiene ante sí una "oportunidad para reconstruir un mundo mejor".
"Usemos la recuperación de la pandemia para sentar la base de un mundo más seguro, sano, inclusivo y resistente para todos", insistió el secretario general de la ONU, António Guterres.
Las muertes por COVID-19 en el mundo han superado las 200.000, una barrera que prácticamente nadie imaginaba hace dos meses, cuando el virus acababa de detectarse en Europa y surgió el segundo foco mundial de la infección después de China, para luego saltar a Estados Unidos, que es su epicentro actual.