La maestra de primaria desde hace 15 años se ha dado cuenta que esta pandemia llegó a cambiarlo todo, que hace falta una capacitación para el docente en el manejo de la tecnología, porque muchos de ellos conocen lo esencial, pero ahora al manejar de manera diaria la computadora, se han percatado de que es necesario conocer muchas cosas más.
Por Mitzi Pulido Tzompa
Puebla, 24 de abril (SinEmbargo).- Aleyda es maestra de primaria desde hace 15 años e imparte la materia de español en el Instituto Carlos Fuentes en Puebla. La pandemia por el coronavirus la hizo aprender a dar clases en línea de un día para otro.
El colegio en donde es profesora tiene alrededor de 70 alumnos divididos en grupos de entre cuatro y 10 estudiantes. Sin embargo, el reducido número no ha hecho que esta nueva forma de enseñar sea más sencilla, pues ahora no solo debe guiar a los pequeños sino también a los padres de familia para que puedan apoyar en casa.
"Extraño a los pequeños, porque te dan los buenos días, ves la carita alegre de ellos al decirte buenos días. Se les extraña pues nuestra tarea es tenerlos calmados, calladitos, ayudarlos a atender sus dudas pero además abrazarlos si es que están tristes, son muchas cosas las que extraño".
En entrevista para Central, la profesora Aleyda mencionó que en la ciudad de Puebla se tienen las herramientas para poder hacer frente a esta nueva experiencia que el COVID-19 les está obligando a vivir; sin embargo, no todos los alumnos la tienen en su casa, e incluso los docentes tampoco tienen acceso a esa tecnología ni en la escuela.
"Me han llamado los padres de familia para decirme que los niños lloran porque ya no quieren estar en casa, ya quieren estar en la escuela porque también extrañan a todos sus compañeros y a sus maestros”.
La maestra cuenta que, ante la pandemia, el desafío se volvió aún más grande tanto para los alumnos, los maestros, como para los padres de familia, quienes de un momento a otro sufrieron un cambio total en su rutina, por lo que ha sido difícil adaptarse a las clases en línea.
"Son muy pocos los alumnos que no tienen acceso a la tecnología, pero el gran problema es que los padres tampoco conocen la tecnología. En algún momento tuvimos una junta y un padre nos dijo, 'sí, está bien lo que ustedes proponen, pero cómo le hago, cómo entro, qué tengo que hacer´, entonces pienso que primero es el padre de familia, si nosotros estamos viendo que la tecnología no es para ellos, ¿te imaginas entonces para los pequeños?".
Ante esta situación, Aleyda piensa que el gran reto de los docentes es que, además de apoyar a sus alumnos, también requieren motivar y apoyar a los padres de familia que no están familiarizados con la tecnología, darles una pequeña introducción, mandarles indicaciones y darles un seguimiento para que ellos puedan entrar y manejarla, porque la mayoría tienen dudas acerca de algunos temas en específico o de cómo desarrollar las tareas.
"Siempre ha habido problemas por el trabajo de los padres de familia, desde antes de la contingencia, de que no hacen tarea, de que no la llevan, no llevan los trabajos, pero ahorita yo creo que los padres de familia sienten inconformidad porque ellos ya tenían un rol de vida que de un momento a otro se cambió totalmente, y ahorita tienen que manejar el trabajo, la casa y las tareas de sus hijos".
"Hay unos padres de familia que son muy accesibles y ellos pueden apoyarlos inclusive nos hablan y nos apoyan en todos los trabajos que se mandan pero hay padres de familia que por el trabajo o la angustia por perder el trabajo, se sienten frustrados y a veces el apoyo no es como uno quisiera”.
La profesora ha podido constatar que solo alrededor de un 60 por ciento de los padres de familia están apoyando a sus hijos; sin embargo, reconoce que se debe a que muchos tienen que atender otras tareas. Debido a esto, hizo un llamado a todas aquellas personas que la lean a que “lo primero es no salir de casa, tratar de cuidarnos, tratar de estar unidos y alentar a los padres de familia como a los niños pequeños. La mejor manera de mantener a los niños en casa, es construir una atmosfera agradable en el hogar”.
Aleyda se ha dado cuenta que esta pandemia llegó a cambiarlo todo, que hace falta una capacitación para el docente en el manejo de la tecnología, porque muchos de ellos conocen lo esencial, pero ahora, al manejar de manera diaria la computadora, se han percatado de que se pueden encontrar, ver y aprender muchas cosas más.
A lo largo del ciclo escolar empieza uno a buscar las forma en cómo va a úsalo, pero hay cosas en lo que a uno se le complica, yo por suerte tengo en casa a mi hijo y a otra personita que es maestra de preescolar, quien me han apoyado en este aspecto”.
Para ella, esta contingencia ha sido una oportunidad para actualizarse y así mandar las clases a sus alumnos, sin embargo nota que para los niños es más difícil el desconcierto que tienen de estar todo el día en casa, y eso dificulta su aprendizaje.
Otra de las cosas que a la profesora le preocupa es que a pesar de que maneja los programas que fueron marcados en su planeación, considera que en esta contingencia y con las clases en línea no se están desarrollando al 100 por ciento porque no está presente en el aula de frente a sus pequeños para poder resolver las dudas que tienen.
Es seguro que tienen una duda y no te la pueden expresar así por mensaje, sino que piden al padre de familia que les den la respuesta que ellos quieren, entonces nosotros como maestros en su totalidad no nos damos cuenta si están teniendo ese aprendizaje esperado que nosotros podemos notar en las clases presenciales”.
Además de las complicaciones con las herramientas para poder llevar a cabo su trabajo, ella también tiene que arreglar su casa, hacer comida y estar al pendiente, para no dejar a sus alumnos o su trabajo, por lo que se da a la tarea de atender sus dudas por medio del celular o la computadora de ocho de la mañana a 2 de la tarde, como si estuviera en su trabajo en la escuela.