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En los últimos 10 años le dieron presupuestos de hambre a IMSS e ISSSTE. Así nos agarró el COVID-19

15/04/2020 - 12:05 am

Los presupuestos de los principales institutos de salud pública de México, IMSS e ISSSTE,  no han sido reforzados de manera constante en los últimos 10 años y, conforme la Fase 3 de la pandemia de COVID-19 se acerca, la incertidumbre en los hospitales públicos se agrava.

–Con información de Daniela Barragán

Ciudad de México, 15 de abril (SinEmbargo).- Los presupuestos de los principales institutos de salud pública de México (IMSS e ISSSTE) no han sido reforzados de manera constante en los últimos 10 años y hoy, en un México que invierte poco en salud pública y en el que la pandemia de coronavirus no ceja, existen denuncias por la falta de condiciones para garantizar la seguridad de los trabajadores de la salud.

Primero fueron las manifestaciones y las declaraciones del personal del Hospital de Tlalnepantla, Estado de México. Luego, el mismo día, el lunes 13, el Hospital 1 de Octubre de la Ciudad de México y el Gobernador de Baja California se sumaron a las denuncias: no hay condiciones –incluso esenciales– para enfrentar el COVID-19.

En el Hospital General Regional número 72 de Tlalnepantla, de acuerdo con trabajadores del nosocomio, aún en medio de la Fase 2 había enfermeras sin protección que atendían pacientes graves, además de personal médico en zona cero que sólo estaba protegido con cubre bocas. Decenas de enfermeros, médicos y otros empleados del Hospital 1 de Octubre también exigieron la entrega de más insumos médicos, conforme su hospital reciba a más pacientes que sufran de COVID-19.

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En esta imagen del 10 de abril se observa una manifestación de trabajadores de la Clínica Hospital del ISSSTE de Chilpancingo, en Guerrero. Exigían insumos para enfrentar la emergencia de COVID-19. Foto: Cuartoscuro.

Incluso en Baja California, el Gobernador Francisco Bonilla Valdez dijo que los médicos “caían como moscas” atendiendo el coronavirus y señaló que el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) y su titular Zoé Robledo Aburto ponen en peligro a los médicos, debido a la falta de equipo y material para responder a la emergencia que se vive en la entidad por los contagios de COVID-19.

Las denuncias de médicos en todo el país, que dan testimonio de personal médico que se ha visto obligado a comprar material médico de su propio bolsillo para atender la pandemia, han comenzado a brotar a la par que las quejas sobre la situación en la que están trabajando.

Una revisión realizada por la Unidad de Datos de SinEmbargo a las finanzas del IMSS y del Instituto de Seguridad y Servicios Sociales de los Trabajadores del Estado (ISSSTE) arrojó que, entre 2010 y 2020, el presupuesto de ambos fue a la alza. Pero en la última década y a pesar de la tendencia positiva, cada cuatro años a partir de 2011 hubo una recaída o estancamiento de los presupuestos de ambas dependencias federales.

En 2011, por ejemplo, los ingresos del IMSS y del ISSSTE como proporción del Presupuesto de Egresos de la Federación (PEF) recayeron 2.5 y 2.9 por ciento, respectivamente, en comparación con lo registrado en 2010. Cuatro años más tarde, en 2015, sus ingresos fueron a la baja en 0.7 y 3.3 puntos porcentuales en comparación con 2014. Y en 2019, el presupuesto del IMSS volvió a contraerse 0.7 por ciento, mientras que el presupuesto del ISSSTE, a pesar del aumento de 3.5 por ciento, registró el incremento más bajo desde 2011.

Lo anterior implica que a la par que México batalló para mejorar el servicio de atención médica a nivel nacional, el grado de inversión pública en salud aumentó a cuentagotas, con descalabros incluidos, como sucedió también a nivel nacional.

Las cifras de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público indican que en 2007-2019 y en promedio, el Gobierno de México invirtió el 2.5 por ciento del Producto Interno Bruto (PIB) nacional en bienes y servicios de salud pública. Un nivel inferior al gasto gubernamental promedio (3.8 por ciento del PIB) de los países de América Latina y el Caribe, e incluso, inferior al gasto mínimo (seis por ciento del PIB) recomendado a nivel internacional, de acuerdo con datos de las organizaciones Mundial de la Salud y para la Cooperación y el Desarrollo Económicos.

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En esta imagen de marzo se observa una protesta de trabajadores de la clínica número 1 del IMSS. Reclamaban material y equipo médico para atender casos por COVID-19. Foto: Cuartoscuro.

Mientras el IMSS y el ISSSTE estiran sus respectivos presupuestos para dar atención a 33 millones 961 mil 815 asegurados asociados a un empleo y sus familiares, al interior del IMSS hay denuncias de falta de materiales y condiciones para brindar atenciones médicas.

El 13 de abril de este año, el director de Prestaciones Médicas del IMSS Víctor Hugo Borja Aburto confirmó que en el país hay 535 casos positivos de COVID-19 entre los trabajadores de la salud, y afirmó que en el sector no se utiliza el método centinela de vigilancia epidemiológica, que sirve para generar proyecciones representativas de la evolución de una enfermedad en una población determinada.

Desde el interior de Palacio Nacional, el funcionario federal también explicó que “se han registrado nueve defunciones en el sector salud, lo que significa una letalidad de menos del dos por ciento”.

EL DINERO DE LOS INSTITUTOS

En los últimos 10 años, los presupuestos del IMSS y del ISSSTE como proporción del gasto total del PEF fueron en aumento, a una tasa promedio anual de 3.2 y 5.6 por ciento, respectivamente.

Mientras que en 2010 el presupuesto de ambas dependencias gubernamentales equivalió al 13.5 por ciento del PEF (o a 427.4 mmdp), en 2020 su presupuesto ascendió al 19.4 por ciento (o a 1.2 billones de pesos).

Pese a la recaída del presupuesto del IMSS del año pasado (0.7 por ciento en comparación con 2018) y al aumento del presupuesto del ISSSTE (3.5 por ciento en comparación con 2018), este año el Gobierno federal dio un jalón a los ingresos de ambas instituciones de salud pública.

Entre 2019 y 2020, el presupuesto del IMSS como proporción del gasto del PEF aumentó 5.5 por ciento. En términos absolutos, su presupuesto pasó de 755 mil 440 millones 517 mil 446 a 834 mil 44 millones 144 mil 385 pesos.

En ese mismo periodo y de manera relativa, el presupuesto del ISSSTE aumentó 3.3 por ciento. En términos absolutos, el presupuesto de esta entidad de control directo pasó de 323 mil 322 millones 195 mil 97 a 349 mil 442 millones 405 mil 744 pesos.

DENUNCIAS EN EL IMSS

En las últimas semanas, el IMSS optó por descalificar la existencia de un posible brote de COVID-19 dentro de sus hospitales.

En específico, el Instituto aseguró que en el Hospital General Regional 72 de Tlalnepantla no existe un brote epidemiológico y que sólo se tiene registro de 19 casos positivos de coronavirus. Sin embargo, el personal de la dependencia pública tiene otras cifras: desde hace tres semanas hay cuando menos 39 casos confirmados por las condiciones en las que trabajan.

De acuerdo con los testimonios de los trabajadores del nosocomio y de pruebas de laboratorio que están en poder de SinEmbargo, la situación de riesgo y de contagio está lejos de estar controlada. Mientras que el IMSS aseguró que hizo un estudio epidemiológico, el personal médico asegura que en Tlalnepantla existen casos de COVID-19 entre trabajadores que no tienen contacto con pacientes infectados y que no laboran en la zona cero del hospital.

Asimismo en los hospitales del IMSS de Baja California, el personal asegura que sólo cuentan con ventiladores disponibles para atender a los pacientes con coronavirus por un lapso no superior a dos días. En el resto de los nosocomios estatales, las autoridades prevén que la disponibilidad de ventiladores se agote en una semana “si continuamos con la misma tendencia” de pacientes graves, expuso el 11 de abril el Secretario de Salud de la entidad, Alonso Pérez Rico, además de confirmar que, efectivamente, hay un brote de coronavirus entre personal de salud en unidades del sistema sanitario del estado.

El pasado lunes 13 de abril, fue el propio Gobernador de Baja California quien dijo que ‘‘sabíamos que el talón de Aquiles nuestro iba a ser el Seguro Social, por el desprendimiento y la falta de preocupación por los temas. Obviamente a mí lo que me preocupaba más [...] es que los mismos médicos que tiene el Hospital General los tiene el Seguro Social y ahora estamos viendo que están cayendo como moscas porque no se les dio la protección. De nada servía que se las diéramos en el Hospital General si no se las daba el Seguro Social’’.

Durante una transmisión en vivo, el mandatario de la entidad también indicó que “el problema del Seguro Social afectó a los bajacalifornianos porque hubo un descuido del IMSS en Baja California, que no se ha puesto las pilas”.

Sobre la situación en el Hosptal 1 de Octubre de la Ciudad de México, una enfermera que ha trabajado allí durante más de 20 años dijo que “sólo recibía una mascarilla delgada por día”, aunque trabajaba en un piso con decenas de pacientes con COVID-19.

La información dada a conocer por la trabajadora de la salud indica que al menos una enfermera ya murió en el hospital, y que hay un médico que está en cuidados intensivos.

Efrén Flores
Es politólogo por la UNAM. En SinEmbargo se ha especializado en el análisis de datos. Su investigación periodística es multitemática, pero sobre todo enfocada en temas políticos y económicos.
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