El hecho de que China pueda llegar a ser la primera potencia mundial significará un revés para la democracia, pues si este sistema se ha extendido es en parte porque Estados Unidos ha promovido sus valores por el mundo, dice Casas-Zamora.
Sin embargo, a la precariedad del acceso al sistema de salud en EU, se ha sumado esta vez una respuesta del Gobierno federal a la pandemia que "de alguna manera ha mostrado que el emperador ha quedado desnudo".
Por Ana Mengotti
Miami, 7 abr (EFE).- "Cuando se asiente el polvo de la pandemia, veremos que China emerge como el actor más poderoso en la escena mundial", por encima de unos Estados Unidos y una Unión Europea (UE) que han mostrado sus debilidades, afirma Kevin Casas-Zamora, secretario general de la organización intergubernamental IDEA Internacional.
"No es una buena noticia para los que defendemos el avance de la democracia", dice en una entrevista telefónica con Efe sobre el hecho de que China, según su opinión, vaya a ser la potencia dominante en el mundo post-COVID-19.
ESTADOS UNIDOS Y LA UNIÓN EUROPEA PUESTOS AL DESNUDO
Para este ex Vicepresidente de Costa Rica y ex responsable de asuntos políticos de la Organización de Estados Americanos (OEA), quien desde agosto de 2019 está al frente del Instituto para la Democracia y la Asistencia Electoral (IDEA Internacional), el COVID-19 va a producir cambios geopolíticos notorios.
El hecho de que China pueda llegar a ser la primera potencia mundial significará un revés para la democracia, pues si este sistema se ha extendido es en parte porque Estados Unidos ha promovido sus valores por el mundo, dice Casas-Zamora.
Sin embargo, a la precariedad del acceso al sistema de salud en EU, se ha sumado esta vez una respuesta del Gobierno federal a la pandemia que "de alguna manera ha mostrado que el emperador ha quedado desnudo".
En cuanto a la UE, la incapacidad para tener una reacción común ante el COVID-19 plantea "preguntas incómodas" sobre su futuro, dice el secretario general de IDEA Internacional.
Se trata de una organización intergubernamental con sede en Estocolmo y 25 años de existencia de la que forman parte 33 países, entre ellos Brasil, Chile, Costa Rica, México, Panamá, Perú, República Dominicana y Uruguay, y con investigaciones y programas de asistencia técnica en más de 70 naciones.
RIESGOS PARA LA DEMOCRACIA Y LAS LIBERTADES
"Hay riesgos considerables para la democracia" en la crisis que "se nos ha venido encima" por el nuevo coronavirus, dice Casas-Zamora, quien cree que los efectos del COVID-19 en todos los órdenes son solo comparables a los de una guerra mundial.
Entre los riesgos inmediatos menciona la posibilidad de que los "poderes especiales" de los que se dotan los gobiernos ante una situación excepcional se conviertan en "la nueva normalidad", en algo no solo exigido por gobernantes con talante "autoritario" sino tolerado por una "multitud atemorizada", dice.
Otro riesgo inmediato es la "invasión del ámbito privado" del ciudadano con la excusa de monitorear el cumplimiento del distanciamiento social y otras medidas preventivas del contagio.
Los riesgos o consecuencias a más largo plazo son "mucho más complejos" y tienen que ver, entre otras cosas, con el mantenimiento del orden público en medio de la crisis económica derivada de la pandemia y con respetar o no el calendario electoral, apunta Casas-Zamora.
AMÉRICA LATINA EN LA ENCRUCIJADA
Le preocupan especialmente en lo que se refiere a las elecciones Bolivia y República Dominicana, donde las citas electorales en ciernes son de por sí "muy controvertidas".
A su juicio, las elecciones presidenciales en ambos países van a ser eventualmente aplazadas y eso va a agregar "combustible a dos situaciones muy volátiles".
Hay que preguntarse qué va a pasar cuando los presidentes actuales terminen sus mandatos y sus sucesores no hayan sido electos. "Mire el caso de Bolivia donde la Presidenta en ejercicio es candidata", subraya.
En el caso de Venezuela, Cuba y Nicaragua, Casas-Zamora dice que es difícil hacer predicciones y por eso mismo no puede decir si los pueblos van a levantarse para cambiar sus regímenes políticos.
En Venezuela, con un sistema de salud que "ya colapsó hace tiempo", la "válvula de escape" que ha supuesto para el Gobierno el éxodo de millones de personas puede perderse con las restricciones actuales para desplazarse en medio del aislamiento general.
En Cuba, donde el sistema de salud al menos tiene "una capacidad instalada", la economía va a verse muy afectada por la paralización del turismo internacional.
TIEMPO DE REPENSAR EL CONTRATO SOCIAL EN AMÉRICA LATINA
Casas-Zamora piensa también que la crisis económica derivada del COVID va a obligar a América Latina a "repensar el contrato social"
La clave está en si todos los países tienen los mecanismos de diálogo político y social necesarios para iniciar una discusión "extraordinariamente compleja" sobre cómo hacer para que estados enormemente endeudados conserven la capacidad de hacer la inversión requerida para "preservar la paz social".
A su juicio, Chile tiene una gran oportunidad para entablar esa discusión en el proceso de reforma constitucional en curso.
TORMENTA PERFECTA EN LAS TENDENCIA POLÍTICAS
Casas-Zamora opina que en los países democráticos los políticos a que les ha tocado manejar esta crisis desde el poder ejecutivo, sean del signo que sean, lo van "pasar mal" en futuras elecciones.
Los que pretendan revalidar sus mandatos los van a tener difícil, subraya el secretario general de IDEA Internacional, quien opina que en situaciones que generan "mucha incertidumbre" como la actual aumenta el "impulso" de los ciudadanos en "refugiarse en figuras autoritarias", en buscar "el abrazo paternal".
"Digo paternal porque son siempre hombres", aclara.
Crisis como la del COVID-19 generan además un rechazo a la globalización y, por ende, aumentan el atractivo de "los populistas con discursos de esencia nacionalista y autoritarios".
"La tormenta perfecta", concluye.