Ernesto Hernández Norzagaray
11/04/2020 - 12:05 am
El COVID-19, neumonías y confianza
Tijuana, recordemos, sigue siendo la frontera de mayor tráfico humano en México y uno de los mayores cruces del mundo y eso abona al contagio de cualquier pandemia.
Quizá voy a cometer una anatema en este momento de emergencia sanitaria, pero es una preocupación que empieza a multiplicarse en el ánimo de la gente y conviene indagar un poco más allá de los discursos oficiales.
Y es que hay la evidencia de que quienes entran a los hospitales con problemas pulmonares y se mueren a la hora de registrar en el acta de defunción la causa del fallecimiento no se identifica como el virus COVID-19, sino como neumonía atípica, lo cual estaría generando una distorsión en la información y provoca indirectamente la sensación de que la situación no es tan grave. Y eso lleva al relajamiento que todavía se percibe en segmentos de la población sea en Cancún o en Tijuana. En Laredo o en Puerto Vallarta.
Y no es que no tengamos un número creciente de casos, sino que la clasificación permite dividir en dos segmentos este tipo de muertes que da una visión parcial de su cuantificación. Los neumólogos identifican a la neumonía atípica como una “infección pulmonar causada por microorganismos menos comunes que los de la neumonía normal, donde se incluyen los virus, Mycoplasma pneumoniae, Legionella pneumophila o Chlamydophila pneumoniae”.
No me pregunten de los rasgos de cada una de ellas porque no lo sé, pero lo que sí es alarmante son los síntomas que se han difundido con pretensiones preventivas del COVID-19 y que son prácticamente los mismos de este tipo de neumonía. Vea si no: “Fiebre baja constante; tos seca que empeora con el tiempo; catarro nasal; dificultad para respirar; dolor en el pecho; garganta inflamada; dolor en los músculos y en las articulaciones; cansancio fácil… Los síntomas de la neumonía atípica pueden demorar entre 3 a 10 días en aparecer y pueden ir empeorando a lo largo de varias semanas”.
Hasta aquí la cita de la Dra. Clarisse Bezerra en https://www.tuasaude.com/es/neumonia-atipica/ Ahora bien, recientemente circuló en Twitter una tabla sobre una investigación in situ que se realizó en el Hospital General de Tijuana con cargo a Adela Navarro, directora del semanario Zeta y colaboradora de SINEMBARGO.MX, para saber las causas de muerte de la gente que ingresa con los síntomas arriba señalados. Y ahí se tienen registrados 23 fallecimientos de los cuales 19 fueron por neumonía atípica y sólo 4 por COVID-19. Es decir, menos del 20 por ciento.
Llama la atención estos datos por la cercanía geográfica de Tijuana con el Condado de San Diego, que con una población de 3.6 millones de personas tenía hasta el 6 de este mes, mil 454 infectados:
https://www.sandiegocounty.gov/content/dam/sdc/hhsa/programs/phs/Epidemiology/COVID-19%20Bar%20Graph%20of%20New%20and%20Total%20Cases.pdf y por ello habían ocurrido 31 muertes. Se había disparado exponencialmente el contagio desde el 7 de marzo cuando apareció el primer caso. Esto llevó a que las autoridades identificaran al condado como zona de emergencia nacional y ahí sigue.
Tijuana, recordemos, sigue siendo la frontera de mayor tráfico humano en México y uno de los mayores cruces del mundo y eso abona al contagio de cualquier pandemia. Al revisar su evolución teniendo como referencia el condado fronterizo de San Diego era de esperar que tuviera un comportamiento similar y proporcional con el municipio de Tijuana o mejor con todo Baja California. Sin embargo, la situación ni remotamente se parece a la del vecino.
Mientras el municipio de Tijuana que hoy tiene una población de aproximadamente un millón 525 mil personas, según una proyección para 2020. En los mismos días se identifican en Baja California 160 infectados y 12 muertes. De los cuáles a finales del marzo se ubicaban 10 en la zona metropolitana de Tijuana-Rosarito-Tecate y 4 fallecidos. Nada parecido.
Escuché en la televisión de San Diego decir a una comunicadora que de acuerdo con los médicos estadounidenses: “el diagnóstico del COVID-19 no es rápido y eso puede provocar que lleve días para decirlo con certeza incluso que un día se declaren muertes ocurridas en otros días”. Eso inmediatamente nos remite a nuestras autoridades federales y estatales que no hacen este tipo de precisión, si es así, lo cual podría abonar a la tesis que es más conveniente decir por la premura de tiempo y la presión mediática, o simplemente llevar la batuta de la información pública, que las muertes ocurren por neumonía atípica y no por el COVID-19.
Ya en algunos estados, pero, especialmente en redes sociales, se impone la desconfianza y se corre el rumor de que no están contabilizando adecuadamente los contagiados y los fallecidos. En Sinaloa es uno de ellos, aún cuando está entre los primeros lugares del contagio y fallecidos del país, específicamente en Mazatlán, el jefe de epidemiología de la SA, salió al paso al rumor que esta circulando, y señaló: “No se está ocultando la información ni se están dando otros diagnósticos, hay neumonías, se investigan y se descarta que no sean casos de COVID-19, sino realmente neumonías típicas o a veces que se complican con otros padecimientos como influenza y problemas cardiovasculares” (Noroeste, 8 de Abril). O sea le da la vuelta al asunto no de mala fe sino por la incapacidad para poder precisar en tiempo real lo que convierte la neumonías en cajón de sastre.
Aquí cabe el matiz de que se habla ya no de neumonía atípica, sino de neumonía típica, entre las cuáles habría una diferencia de fondo por su alto riesgo. Así, mientras la neumonía atípicas, tiene los rasgos ya señalados en el caso de la típica tendríamos que es una “enfermedad más grave, con frecuencia adquirida en los hospitales, no siempre produce tos, ataca desde la garganta hasta llegar a los pulmones y la causan patógenos como la bacteria clamidia o gran negativos”(https://diferencias.info/diferencia-entre-neumonia-tipica-y-atipica/).
Ergo, la neumonía atípica la producen los virus mientras la neumonía típica la producen bacterias que puede ser adquiridas en los hospitales. Quizá por eso se recomienda a los pacientes permanecer solo el tiempo indispensable en los hospitales. Entonces, lo que podemos desprender de que la información que se está generando en los hospitales públicos -incluso también privada- no es del todo confiable}. Sea porque los diagnósticos no son generalmente exactos. Y si a eso le agregamos que algunos médicos prefieren hablar de neumonías en lugar del COVID-19 nos presenta un cuadro que no corresponde con la realidad.
Y si eso no tuviera consecuencias en la percepción de la gente, no pasaría de ser un planteamiento frívolo, pero, si lo tiene, en la información que las personas están consumiendo. Sobre todo, cuando la principal fuente de información está centralizada y no parece haber mucho interés en dilucidar las diferencias entre el COVID-19 y los tipos de neumonía. Quizá, si tuviéramos acotada cada una de las enfermedades tendríamos una información más confiable y veraz para las estrategias de prevención que todavía muchos no terminan de aceptar y por ahí anda la gente por la calle.
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