La AMIA reiteró su intención de postergar la entrada en vigor del nuevo Tratado comercial de México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC), prevista para el 1 de junio, hasta enero del próximo año, dada la crisis actual.
Por Pedro Pablo Cortés
México, 6 de abril (EFE).- Las desalentadoras cifras de marzo y el freno total de las plantas encienden las alarmas del sector automotor mexicano, que afronta una crisis histórica por el coronavirus sin políticas claras del Gobierno, pese a representar hasta el 3.8 por ciento de la economía nacional.
La fabricación de autos en México, el sexto productor a nivel mundial, cayó 24.6 por ciento en marzo comparado con el mismo mes del año anterior, mientras que la exportación se redujo 11.9 y la venta al público 25.5, reportó este lunes el Instituto Nacional de Geografía y Estadística (Inegi).
Estas cifras no se veían desde 2009, cuando México padeció la crisis financiera internacional y la epidemia de influenza AH1N1, expresó Guillermo Rosales, director general adjunto de la Asociación Mexicana de Distribuidores de Automotores (AMDA).
"Faltan muchos elementos de información para tener mayor claridad, tanto de la profundidad como de la duración de la crisis, aun así en medio de esta incertidumbre y de esta falta de datos duros para evaluar lo que viene, es un panorama muy desalentador", manifestó Rosales en rueda de prensa.
Con una contracción estimada del PIB de 4.5 por ciento, la AMDA prevé una caída del 25.5 en la venta anual de vehículos ligeros para este 2020, lo que representa 336 mil 99 autos menos y una pérdida de 110 mil millones de pesos (4 mil 436 millones de dólares).
Tan solo para abril y mayo se esperan caídas anuales en las ventas mayores al 92 por ciento, lo que implicaría vender solo cerca de 7 mil vehículos por mes, detalló Rosales.
Pese a la importancia del sector y los empleos que podrían perderse, el representante de la AMDA lamentó la escasa claridad del plan de rescate que presentó este fin de semana el presidente mexicano, Andrés Manuel López Obrador.
"Nos sentimos decepcionados por la falta de entendimiento de parte del presidente de la República de la gravedad de la crisis que enfrentamos y la gravedad de la crisis económica, que apenas estamos entrando en ella", opinó.
PRODUCCIÓN INCIERTA
El Gobierno de México, que reporta 2 mil 143 contagios y 94 fallecidos por COVID-19, declaró la emergencia sanitaria la semana pasada, lo que implica suspender actividades no esenciales, como las plantas automotrices, hasta el 30 de abril.
Sin embargo, esto podría extenderse y depende de la reactivación económica de los países que importan vehículos mexicanos, sobre todo Estados Unidos, con una participación de casi el 80 por ciento, expuso Fausto Cuevas, director general de la Asociación Mexicana de la Industria Automotriz (AMIA).
"No tenemos certeza de nada. De hecho no sabemos si el periodo de suspensión de actividades realmente concluye el 30 de abril o se va a prolongar", declaró Cuevas en rueda de prensa.
Aunque aportaba certidumbre al sector -que representa una quinta parte del PIB manufacturero- la AMIA reiteró su intención de postergar la entrada en vigor del nuevo Tratado comercial de México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC), prevista para el 1 de junio, hasta enero del próximo año, dada la crisis actual.
El representante industrial afirmó que las empresas desean conservar la planta productiva y los empleos, pero que requieren políticas del Gobierno mexicano.
"No estamos pidiendo a las autoridades que nos den dinero, que nos den recursos, sino simplemente que nos permitan tener algún esquema de consideración, créditos fiscales, de modo que pudiéramos mitigar los efectos", aseveró.
PERIODO DIFÍCIL
La industria automotriz mexicana afronta una crisis de tres caras por la disrupción internacional de la cadena de suministro, la caída de demanda de los países desarrollados y el débil mercado interno, detalló el analista Pedro Tello en entrevista con Efe.
"Los datos que se dieron a conocer apuntan justamente hacia el inicio de uno de los períodos más difíciles en estadísticas de producción, exportación y venta de automóviles, particularmente en el mercado nacional", advirtió el economista y asesor industrial.
Tello recordó la importancia de un sector que ha generado el 20 por ciento del PIB manufacturero de México en los últimos 10 años, además de dar empleos a casi 900 mil familias, lo que beneficia a 3.5 millones de mexicanos, según la Confederación de Cámaras Industriales (Concamin).
Por ello, el analista consideró que el Gobierno mexicano debe reconsideras sus medidas hacia la industria durante los próximos meses, luego de que las plantas automotrices hayan parado al completo su producción, poniendo en jaque millones de empleos.
"La industria automotriz es parte del patrimonio empresarial que este país ha construido durante décadas y si no velamos por su mantenimiento, por su rescate, difícilmente estaremos en condiciones de aspirar a un crecimiento más acelerado e incluyente", opinó.