Al igual que hace ocho días, este Domingo de Ramos, el prelado ofició la misa en la Catedral Metropolitana a puerta cerrada, como medida preventiva para evitar la propagación del virus SARS-CoV-2, que provoca la enfermedad COVID-19.
San Luis Potosí, 6 de abril (Pulso).- Jesús Carlos Cabrero Romero, arzobispo de la Arquidiócesis de San Luis Potosí, anunció que habrá amonestaciones a los sacerdotes y párrocos que llevaron a cabo ritos a puerta abierta, por el Domingo de Ramos. De persistir las acciones, las sanciones podrían ser de tipo canónico, advirtió.
Al igual que hace ocho días, este Domingo de Ramos, el prelado ofició la misa en la Catedral Metropolitana a puerta cerrada, como medida preventiva para evitar la propagación del virus SARS-CoV-2, que provoca la enfermedad COVID-19.
Sin embargo, la ceremonia litúrgica se transmitió por Facebook, a través de la página Vicaria San Luis Potosí.
Por ejemplo, la iglesia de San Francisco colocó palmas en la puerta de la entrada porque no se abrió a los creyentes, pero se colocó una bocina al exterior para que los fieles escucharan la liturgia; afuera alrededor de 15 personas rezaron y prestaron atención.
En contraste, en varias parroquias de la ciudad los párrocos encargados permitieron más de la cantidad permitida de creyentes –más de 50 y con sana distancia entre ellos-.
Algunas donde hubo bendición de ramos fue en Nuestra Señora de Dolores en la colonia Rancho Viejo Segunda Sección y el Sagrado Corazón de Jesús en la Hermenegildo Galeana.
Después de oficiar la misa dominical, Cabrero Romero reconoció que el clero debe iniciar por "lavar la casa desde el propio hogar", es decir, atender las recomendaciones sanitarias de evitar aglomeraciones.