Un letrero del Gobierno de Ciudad de México en la calle Madero invita a transeúntes a permanecer en casa o, de no ser posible, a guardar una "sana distancia" de 1.5 metros. El mensaje refleja la advertencia de Hugo López-Gatell, Subsecretario federal de Prevención y Promoción de la Salud, quien este sábado admitió que a México se le acaba el tiempo para ralentizar la transmisión del coronavirus.
Por Pedro Pablo Cortés
México, 29 mar (EFE).- Un mes después de reportar el primer caso de coronavirus en el país, Ciudad de México siente los efectos de la pandemia, pero la normalidad resiste este domingo en sitios turísticos del centro histórico con paseantes que aún desafían la contingencia.
“Aproveché para eso antes de que nos metan a fase 3 (de la epidemia), si es que vamos a llegar. Disfrutar todo esto, todavía poder estar fuera, no sé, cosas que en su momento vas a extrañar”, comenta a EFE la capitalina Marilú Trejo al pasear con su pareja por el Zócalo, uno de los principales sitios históricos.
La movilidad se ha reducido menos del 30 por ciento en Ciudad de México, según la Secretaría federal de Salud, pese a que uno de cada cinco contagios, el 20.87 por ciento, han ocurrido en la capital, que registra 177 casos y siete muertos por coronavirus, más que cualquier otra entidad.
En un recorrido de Efe por el centro histórico, se observó una disminución de paseantes en sitios icónicos como el Zócalo, la Catedral, el Palacio de Bellas Artes y la Alameda.
Pero las calles están lejos de lucir desiertas, como muestra la calle Francisco I. Madero y la avenida 20 de Noviembre, corredores comerciales donde cafés, restaurantes y tiendas de grandes cadenas permanecen abiertas.
"Que la gente esté en su casa, muy bien, de acuerdo, la que no tiene que salir, pero hay mucha gente que tiene que salir a trabajar, ¿y qué van a hacer? Eso es lo que preocupa", opina María de los Ángeles Sánchez, una mujer mayor que acudió al centro a hacer un pago.
CURVA REBASADA
Un letrero del Gobierno de Ciudad de México en la calle Madero invita a transeúntes a permanecer en casa o, de no ser posible, a guardar una "sana distancia" de 1.5 metros.
El mensaje refleja la advertencia de Hugo López-Gatell, subsecretario federal de Pevención y Promoción de la Salud, quien este sábado admitió que a México se le acaba el tiempo para ralentizar la transmisión del coronavirus.
"Reitero, esto es impostergable, es nuestra última oportunidad de hacerlo y hacerlo ya, y esto requiere que de manera masiva nos restrinjamos y nos quedemos en casa", manifestó en la rueda de prensa diaria del tema.
Al reportar 848 casos de COVID-19 en el primer mes de la enfermedad, que ha dejado 16 muertes, México está en la fase 2 de la epidemia con 10 por ciento de contagios comunitarios.
Aun así, López-Gatell descartó que el Gobierno mexicano por ahora aplique medidas drásticas, como toques de queda obligatorios o estados de excepción, al argumentar que "la mejor vía" es "voluntariamente" y "conscientemente".
REACCIÓN DESIGUAL
La reacción a la emergencia ha quedado a la discreción de los Gobiernos estatales.
Mientras otros estados del país cancelaban eventos masivos, Ciudad de México autorizó el festival Vive Latino el 14 y 15 de marzo, cuando asistieron más de 40 mil personas para ver a artistas como Guns N’ Roses, The Cardigans o Babasónicos.
Cuando el Gobierno capitalino recomendó hace una semana el cierre de negocios y establecimientos de entretenimiento, otras entidades como Jalisco y Nuevo León ya tenían días con medidas similares.
Ante este panorama, algunos habitantes de la capital advierten que México va tarde en la lucha contra el coronavirus.
"Creo que nos tardamos. De hecho, la curva que mencionan ya la pasamos, ya estamos por encima. Entonces solo es tomar precauciones. Sabemos que su tasa de mortalidad no es tanta, pero aun así hay que tomar precauciones", argumenta Víctor Pichardo mientras camina con su cubrebocas.