La obra, que representa una rata enmascarada y con un cuchillo de oficina en las patas, solía figurar en el dorso de la señal que indica la entrada al aparcamiento del museo.
Ciudad de México, 7 marzo (RT).- El principal sospechoso en el caso de desaparición de un grafiti de Banksy, que hace varios meses se esfumó del parisiense Centro Pompidou, declaró que el robo había sido organizado por el propio artista callejero. Así lo reportó este jueves el periódico local Le Parisien, citando fuentes familiarizadas con la investigación.
La obra, que representa una rata enmascarada y con un cuchillo de oficina en las patas, solía figurar en el dorso de la señal que indica la entrada al aparcamiento del museo. Este dibujo del misterioso artista apareció inesperadamente en junio de 2018, en homenaje a las manifestaciones de 1968 en París, y, de manera igualmente misteriosa, desapareció la madrugada del pasado 2 de septiembre.
El sospechoso principal, descrito como una persona que se mueve en los círculos de músicos y artistas callejeros, fue detenido por las autoridades franceses a principios de este febrero y actualmente se encuentra en libertad bajo control judicial.
#Banksy pic.twitter.com/voiJ9QsDuT
— Centre Pompidou (@CentrePompidou) September 3, 2019
De repente, la investigación dio un giro inesperado: el hombre declaró que se llevó 'la rata' a pedido del propio Banksy. Según el periódico francés, esta hipótesis es actualmente la versión principal de la investigación.
¿SE CUENTA COMO UN ROBO?
Antoine Vey, abogado del procesado, insiste en que las acusaciones contra su cliente son infundadas. Según sus palabras, dado que el "secuestro" fue cometido "a petición del artista", y "el propietario de un bien no puede robarse a sí mismo", "no hay nada criminal" en lo sucedido.
Otros momentos que complican el caso es que la demanda no fue presentada por el propio Banksy, sino por el Centro Pompidou, mientras que el objeto de la queja fue la destrucción de propiedad (la señal del aparcamiento) y no la desaparición del grafiti.
Otra dificultad que enfrenta la justicia francesa es si el autor de una obra de arte callejero puede demandar en caso de su destrucción o robo.
