Los invitados se maravillaron cuando el desfile comenzó dentro de la explanada del Louvre (mismo que ha sido cerrado a los visitantes por el virus) para revelar una “pared” con 200 cantantes con trajes históricos que iban del siglo XV a la década de 1950. La música creaba una hermosa armonía.
Por Thomas Adamson
PARIS, 3 de marzo (AP) — Louis Vuitton montó una producción impresionante para culminar la Semana de la Moda de París el martes con un muro con cerca de 200 cantantes con vestidos de diferentes épocas.
En cambio, Chanel presentó un desfile relativamente modesto para la Semana de la Moda de París pues el brote de coronavirus hizo que muchos de los invitados especiales y editores de moda se mantuvieran a distancia. La casa parisina transmitió su desfile por internet, mientras que algunos invitados que fueron a ver la colección en vivo llevaban puestas máscaras con las letras CC de Chanel.
La restricción también fue evocada en la colección de la directora artística de Chanel, Virginie Viard, en una dirección marcadamente diferente a su predecesor, hombre espectáculo y mentor Karl Lagerfeld, quien falleció el año pasado.
Aunque el desfile se realizó en el salón de exhibiciones del Grand Palais en los Campos Elíseos de París, la simplicidad fue el tono en Chanel desde su escenografía de escalones blancos a la estética monocroma y modesta de la colección.
“Un impulso muy simple, muy puro. Romanticismo, pero sin adornos”, es como Viard describió sus diseños.
Al evocar la película del director francés Claude Chabrol “Les biches” (“Las ciervas”) de 1968, un drama sobre seducción que se enfocaba en amantes bisexuales, las modelos desfilaron por la pasarela juntas y platicando como íntimas amigas en los primeros pases. Llevaban botas de piel negras y estilosas de estilo retro, algunas de las botas tenían un pliegue en la parte superior color brandy que llegaba a la mitad de la pantorrilla y se convirtieron en el leitmotiv de la colección.
Los diseños más sencillos de Viard fueron los más efectivos: Un traje de seda negro con los hombros al descubierto, escote recto y mangas abombadas. El vestido, modelado por la hija de Cindy Crawford, Kaia Gerber, hizo que los invitados accionaran sus cámaras. También hubo pantalones voluminosos similares a los de los jinetes que se abrían en la parte inferior y creaban una figura hermosa.
El diseño, dijo Viard, fue un homenaje al estilo personal de Lagerfeld. Un abrigo de lana largo en el emblemático rosa de Chanel con un suave cuello también fue una de las piezas destacadas.
Quizá uno de los puntos menos favorecedores del desfile tan refinado fue la joyería tan ostentosa que solía distraer el ojo de la estética principal del desfile.
MURO DE HISTORIA DE LOUIS VUITTON
Cuellos isabelinos brillaban bajo las luces junto con sombreros medievales de dos puntas, calzones bombachos, pelucas exageradas y crinolinas en el desfile de Louis Vuitton del martes en París.
Los invitados se maravillaron cuando el desfile comenzó dentro de la explanada del Louvre (mismo que ha sido cerrado a los visitantes por el virus) para revelar una “pared” con 200 cantantes con trajes históricos que iban del siglo XV a la década de 1950. La música creaba una hermosa armonía.
La “tribuna histórica” fue obra de Milena Canonero, la diseñadora de vestuario de Stanley Kubrick quien trabajó en A Clockwork Orange", (Naranja mecánica) y The Shining (El resplandor).
El diseñador Nicolas Ghesquiere describió la colección como “Colisiones de Tiempo" — mientras que la casa planteó una pregunta: “¿Qué pasaría si las innumerables eras que nutrieron la moda pudieran unirse?”.
Por momentos faldas amplias con capas doradas le daban a ciertas modelos un aire de época, al igual que abrigos adornados con cuentas y chaquetas bordadas con solapas semi circulares. Las estrellas en primera fila, incluyendo a Alicia Vikander, Lea Seydoux y Lupita Nyong'o, declararon que el desfile estaba firmemente basado en el presente.
Fuera de la escenografía de precio exorbitante y algunas piezas del desfile, el viaje a través de la historia del diseño en esta colección de Ghesquiere fue desafortunadamente limitado.
El mismo Ghesquiere describió las piezas como “un look anti-total”. Con abrigos multicolor, pantalones con rayas, vestidos a la rodilla en brillantes estampados de tigre, botas de piel negra al tobillo con formas geométricas de color y chaquetas con grandes solapas negras.
La colección, aunque se realizó con delicadeza era difícil de encasillar.