"El PRI tiene un déficit financiero importante y es directamente proporcional a la crisis que vive el partido como tal. Bajó en votos, bajó en presupuesto público y entonces contrata deuda", dijo Marco Arellano Toledo, ex funcionario del Instituto Nacional Electoral y académico de la Universidad Nacional Autónoma de México.
El mayor problema que enfrentan los partidos es que 65 por ciento del financiamiento público que reciben se destina a nóminas, inmuebles y programas de capacitación cívicos etiquetados por Ley.
Ciudad de México, 18 de febrero (Economía Hoy).- El Partido Revolucionario Institucional (PRI) tiene comprometida una tercera parte de los ingresos públicos que tiene aprobados para este año en tres créditos bancarios que suman 296 millones de pesos.
El partido liderado por Alejandro Moreno debe pagar a mediados de 2021 tres créditos, de los cuales dos fueron solicitados en marzo y mayo de 2019 a Banca Afirme por 125 y 71 millones de pesos, mientras que un tercero lo pidió a Banco Azteca por 100 millones en agosto de 2019, de acuerdo con documentos obtenidos por Economía Hoy vía transparencia.
El PRI está en el límite de lo que para los expertos es un nivel de endeudamiento saludable. De acuerdo con Oliver Ambía, especialista financiero y director general de la Universidad ICEL, un partido político no debería rebasar un endeudamiento del 33 por ciento respecto a su financiamiento público, pues de lo contrario se quedaría sin margen para hacer frente a otros pasivos y al mismo tiempo gozar de finanzas sanas.
La que hasta 2018 fuera la primera fuerza política del país, tenía registrados en ese año pasivos por 181 millones de pesos, según refleja el documento sobre estados de posición financiera de los partidos publicado por el Instituto Nacional Electoral (INE). Los pasivos constituyen saldos por pagar que corresponden a impuestos, multas, créditos o nómina.
"El PRI tiene un déficit financiero importante y es directamente proporcional a la crisis que vive el partido como tal. Bajó en votos, bajó presupuesto público y entonces contrata deuda", dijo Marco Arellano Toledo, ex funcionario del INE y académico de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM). El especialista indicó que el mayor problema que enfrentan los partidos políticos para pagar sus créditos es que el 65 por ciento del financiamiento público que reciben se destina a nóminas, pago de inmuebles y recursos para programas de capacitación cívicos etiquetados por ley.
La autoridad electoral aprobó al PRI una prerrogativa de 888 millones de pesos para 2020 (que incluye gastos ordinarios, específicos, franquicias postal y telegráfica), con los cuales deberá hacer frente a sus obligaciones con las instituciones financieras. Este monto es sustancialmente menor a lo que recibía antes de que el partido sufriera la peor derrota de su historia, que lo degradaría de la primera a la tercera fuerza electoral tras los comicios de 2018. Dado que la repartición de prerrogativas del INE a los partidos depende directamente del número de votantes que obtiene cada organización política, el financiamiento público del PRI se ha reducido considerablemente.
En 2017, año sin elecciones federales, el PRI recibió mil 43 millones de pesos en prerrogativas del Estado, 155 millones de pesos más (un 14 por ciento) que en 2020, año en el que tampoco se celebrarán comicios federales. Y es que los partidos reciben más dinero en años en los que se celebran elecciones para que se ocupe como gastos de campaña. Si se compara lo que recibió en 2018 (mil 689 millones de pesos) con lo que se le otorgó al siguiente año (849 millones) la reducción equivale a casi la mitad.
Los documentos en poder de Economía Hoy revelan que durante 2017 el PRI solicitó otros dos créditos a Banca Afirme por 320 millones de pesos. Uno de ellos lo pidió en octubre de ese año, justo antes de la campaña presidencial, por 170 millones. El otro lo solicitó tres meses después de la elección, en octubre de 2018, por 150 millones de pesos. Ambos créditos ya han sido cubiertos.
Un síntoma de la complicada situación financiera que enfrenta el PRI es el hecho de que para poder llevar a cabo la elección interna con la que renovó su dirigencia nacional, el tricolor debió hipotecar el edificio de la Confederación Nacional de Organizaciones Populares (CNOP). El inmueble ubicado en la colonia Tabacalera de la Ciudad de México, fue puesto en garantía para obtener un préstamo de 100 millones de pesos en junio de 2019.
LO QUE DEBEN A OTROS PARTIDOS
Actualmente, además del PRI, solo otro partido, Movimiento Ciudadano, tiene pendientes créditos bancarios. Ésta organización política debe a Banca Afirme un préstamo por 5 millones de pesos, que deberá saldar a más tardar en marzo del presente año.
Tanto Morena como el PRD acusaron vía transparencia no contar con documentos que den cuenta de créditos bancarios por pagar.
No obstante, independientemente de préstamos otorgados por instituciones financieras, los partidos políticos que operan en el país arrastran pasivos millonarios. De acuerdo con el último reporte disponible del INE, el Partido de la Revolución Democrática (PRD) acumulaba por este rubro 240 millones de pesos; Movimiento Ciudadano, 185 millones, el PRI 181 millones y Acción Nacional 149 millones.
En tanto, Morena, el partido fundado por el presidente Andrés Manuel López Obrador en 2011, pero que obtuvo su registro ante el INE tres años después, cerró 2018 con un pasivo de 63 millones de pesos.