El águila coronada, el tesoro "desconocido" de Argentina que está a punto de la extinción

04/02/2020 - 7:55 pm

Entre los riesgos que amenazan su supervivencia, Gallego destacó los postes eléctricos de alta tensión, ya que las "aves rapaces tienen la costumbre de colgarse siempre de los lugares más altos del hábitat en donde viven", lo que hace que muchas se electrocuten.

Por José Manuel Rodríguez

Buenos Aires, 4 de febrero (EFE).- El águila coronada, que solo puede verse en el norte de Argentina y los territorios que lindan con su frontera, se encuentra amenazada por la extinción pese a los esfuerzos de los activistas por generar alianzas sociales que protejan al animal.

La ampliación de los terrenos dedicados a ganadería y agricultura, la cacería furtiva y los postes eléctricos son sólo algunos de los factores que amenazan a la también conocida como águila del Chaco, un ave del que tan solo se han avistado mil ejemplares en la región y que ahora lucha por su supervivencia frente al enemigo que terminó con tantas otras especies: el ser humano.

LOS RIESGOS PARA UN "TESORO DESCONOCIDO"

En una entrevista con Efe, el investigador del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas Diego Gallego aseguró que uno de los problemas a los que se enfrentan para salvar al águila coronada es el desconocimiento del animal en comparación con otras especies autóctonas como el "yaguareté o el cóndor".

"Argentina no sabe que el águila coronada está más en peligro de extinción que el cóndor", explicó el científico, que trabaja en la conservación de este "tesoro argentino" junto al Centro para el Estudio y Conservación de las Aves Rapaces en Argentina (CECARA).

Es un animal, de plumas grises y garras y pico amarillos, habita en las provincias del norte de Argentina. Foto: EFE

Este animal, de plumas grises y garras y pico amarillos, habita en las provincias del norte de Argentina principalmente y, en menor medida, en zonas limítrofes de Bolivia, Paraguay y Brasil.

Entre los riesgos que amenazan su supervivencia, Gallego destacó los postes eléctricos de alta tensión, ya que las "aves rapaces tienen la costumbre de colgarse siempre de los lugares más altos del hábitat en donde viven", lo que hace que muchas se electrocuten.

Además, el avance de las explotaciones agropecuarias ha reducido el ecosistema natural de estos animales que, de hecho, resaltó el científico, se avistan con más frecuencia en propiedades privadas que en parques naturales, por lo que la cooperación con los productores de la zona es aun más importante.

FALSAS CREENCIAS Y ODIO, UN CÓCTEL MORTAL

Gallego afirmó que el trabajo con los productores es importante, ya que en muchas ocasiones se dan situaciones de "odio" hacia el animal, al pensar que es un depredador que cazará su ganado.

Esto se trata de un mito según los estudios realizados por CECARA, que puso cámaras en los nidos de las aves y comprobó que de las 600 presas identificadas ninguna era ganado ovino o caprino.

Para el científico, esto se podría deducir por una mera cuestión de tamaño: el águila del Chaco puede llegar a un peso máximo de tres kilos y un tamaño entre 75 y 84 centímetros de largo, lo que dificulta que pueda cazar una oveja o una cabra.

Aunque es una práctica que está en retroceso desde que CECARA comenzó su trabajo hace veinte años, sigue habiendo "muchos productores que disparan a las águilas cuando las ven (...) dado que las consideran una amenaza", señaló Gallego.

BENEFICIO MUTUO PARA SALVAR EL ÁGUILA

Pese a los temores de los productores, el águila del Chaco es beneficiosa para el medio en el que vive, ya que se alimenta de animales como las víboras venenosas, un reptil "peligroso" para cualquiera que se lo encuentre en el campo, sostuvo el científico.

A estos esfuerzos se unió el Grupo Insud, que organizó unas jornadas en uno de los establecimientos de su empresa Garruchos Agropecuaria en la provincia de San Luis donde no solo se concienció a los productores, sino que también se les dio nociones para instalar rampas en los tanques de agua de sus campos.

Esta medida llegó a 400 pobladores en la provincia de La Pampa, en el centro del país.

Con estas rampas se evita que las águilas se queden atrapadas si intentan beber en los tanques de agua que hay en las explotaciones ganaderas y, a la vez, esto permite que no les ocurra esto a otros animales, lo que tiene un beneficio para el ganadero o agricultor.

"Los estamos ayudando a que el tanque no se llene de animales muertos y ellos tengan que tomarse el tiempo de levantar los cadáveres o asumir el riesgo de que se les pudra el agua", resumió Gallego.

Además, varias provincias estudian declarar al águila del Chaco "monumento provincial" y se prevé su inclusión en el programa "extinción cero", dirigido por el Gobierno nacional para preservar especies autóctonas argentinas en riesgo como el yaguareté.

No obstante, estas acciones no son suficientes y el investigador reclamó una mayor concienciación y que haya una sanción penal para evitar la cacería de este animal y que así lo conozcan las nuevas generaciones.

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