En un principio, el Pentágono había informado de que el ataque no había causado heridos; pero, ahora, después de evaluar otra vez a las víctimas, las autoridades identificaron algunos síntomas de posibles conmociones cerebrales debido a la fuerza del impacto de los misiles.
Washington, 16 ene (EFE).- Varios soldados de EU resultaron heridos en el bombardeo iraní del 8 de enero contra una base militar en Irak con presencia de tropas norteamericanas, en represalia por la muerte en un ataque estadounidense del general Qasem Soleimaní, considerado un héroe en el país persa.
El nuevo balance fue dado a conocer en un comunicado por la coalición internacional contra el grupo terrorista Estado Islámico (EI) que lidera Washington.
Las cadenas CNN y Fox, que citan a un alto cargo militar, elevan a 11 el número de heridos.
En un principio, el Pentágono había informado de que el ataque no había causado heridos; pero, ahora, después de evaluar otra vez a las víctimas, las autoridades identificaron algunos síntomas de posibles conmociones cerebrales debido a la fuerza del impacto de los misiles.
"Aunque ningún militar estadounidense murió durante los ataques del 8 de enero en la base de Ain al Asad, algunos han sido tratados por síntomas de conmociones cerebrales y todavía están siendo evaluados", indicó el portavoz de la coalición militar, Bill Urban, en un comunicado.
Asimismo, explicó que "por precaución" los militares han sido transportados desde la base de Ain al Asad, en el oeste de Irak, hasta el centro médico regional de Landstuhl, un hospital del Pentágono en Alemania.
"Cuando se les consideren aptos para el servicio, se espera que los miembros del servicio regresen a Irak luego de ser evaluados", agrega el comunicado.
Cuando lanzó su ataque, la República Islámica avisó de que se trataba solo del principio de su venganza por la muerte el 3 de enero en un ataque con drones en Bagdad de Soleimaní.
En ese momento, Trump optó por no responder a la ofensiva iraní con fuerza militar y, en una discurso a la nación, dijo que impondría más sanciones contra Irán.
Esas sanciones se dirigieron contra ocho altos cargos iraníes, entre ellos el secretario del Consejo Supremo de Seguridad Nacional, Ali Shamkhani, así como contra la industria del acero, hierro y cobre del país.
Teherán y Washington, que no tiene relaciones diplomáticas desde 1979, han vivido numerosas crisis desde que Trump ordenara en 2018 la salida de EU del acuerdo nuclear de 2015.
La escalada de tensión actual es especialmente grave y coincide el derribo por parte de la República Islámica de un avión ucraniano, que causó la muerte de sus 176 ocupantes.