El actor señaló en un podcast de Hollywood Reporter que la fama fue algo con lo que tuvo que aprender a lidiar: "Es algo grande a lo que acostumbrarse".
Madrid, 24 diciembre (EuropaPress).- Un joven Al Pacino encarnó en 1972 a Michael Corleone, el protagonista de El padrino y de las dos continuaciones de la mítica trilogía de Francis Ford Coppola. Un papel por el que aún sigue siendo recordado pero que, a pesar de las alegrías que reportó al actor, también le dio una fama con la que no supo lidiar: "Fui a terapia cinco veces a la semana durante 25 años".
Así lo explicó el intérprete en un podcast de Hollywood Reporter, en el que señaló que la fama fue algo con lo que tuvo que aprender a lidiar: "Es algo grande a lo que acostumbrarse. Recuerdo cuando Lee Strasberg me decía: 'Cariño, simplemente tienes que ajustarte'. Y lo haces así, pero no es tan simple".
"Sufrí bastante en aquella época, y fui a terapia cinco días a la semana durante 25 años", confesó el actor, que durante la década de los ochenta tan sólo apareció en cinco películas: Cruising, ¡Autor, autor!, Scarface, Revolution y Sea of Love. Una decisión motivada por su búsqueda de tranquilidad: "Intenté distanciarme de ese camino y todo eso, y fue bueno para mí, lo disfruté. Pero, como suele pasar, el dinero se acaba".
Después de una exitosa carrera donde ha destacado en algunos clásicos del cine sobre la mafia como Scarface o Carlito's Way, Al Pacino ha vuelto a colaborar con Martin Scorsese interpretando a Jimmy Hoffa en El irlandés, la nueva cinta del director. El filme, disponible en Netflix, está nominado a cinco Globos de Oro y ha sido la mejor película de 2019 para la National Board of Review y el Círculo de Críticos de Nueva York.