“Cómo América está causando la obesidad global” es el título que Hassan Minhaj le dio a su último programa del año en su programa “Acto Patriótico”. Un programa muy recomendable en medio de la propuesta del etiquetado frontal de advertencia y toda la campaña que en contra ha lanzado la industria. La relevancia de Minhaj como comentador cómico político lo llevó a ser el principal expositor en la Cena con Corresponsales de la Casa Blanca en 2017 y a ser premiado en dos ocasiones con el Peabody Award, entrando a la lista de las cien personas con mayor influencia de la revista Times. El Peabody Award reconoce a las más poderosas, visionarias y estimulantes personas e historias en televisión, radio y medios digitales de los Estados Unidos.

En el país del norte, los comentaristas políticos con mayor influencia son los que han conjugado la comicidad con la crítica política. Hablar de salud para Minhaj es un tema para el cual cuenta con la asesoría de su esposa Beena Patel, a la que conoció en la Universidad de California Davis. Beena es doctora en Salud Pública dedicada a atender a personas sin hogar y es consultora de MedAmerica y Minhaj estudio la carrera de Ciencias Políticas. El título que ha dado a su serie “Acto Político” habla de su formación académica y la investigación con la que acompaña sus programas.

Minhaj expone como la comida chatarra partió de los Estados Unidos para invadir el mundo, transformar las dietas tradicionales y desatar la epidemia global de obesidad con todas sus consecuencias en salud. Pone el ojo en la mayor empresa global en este proceso de deterioro de la alimentación: Coca Cola. Comenta la información que ha sido revelada a partir de documentos internos de la compañía refresquera para desviar la atención de los daños de sus productos y poner la responsabilidad de esta epidemia global en la falta de actividad física. Habla de millones de dólares invertidospor Coca Cola para financiar 389 estudios científicos dirigidos a desviar la atención de su verdadera causa, para negar que lo que se come y bebe es la causa de la obesidad. Los estudios patrocinados por la refresquera señalan que no hay alimentos buenos o malos, que sólo se trata de la cantidad de energía que consumimos y la que gastamos, es decir, no existe calidad en los alimentos y las bebidas, no importa que comas, sólo la cantidad de calorías que ingieres y que gastas.

Muestra cómo este fenómeno se ha presentado en India, China, las Islas del Pacifico, México, alrededor del mundo. Da un lugar especial a México, uno de los mayores consumidores de Coca Cola en el mundo. Expone cómo nuestro país se ha convertido en el mercado de los productos chatarra y las bebidas endulzadas de las empresas estadounidenses, al tiempo que producimos una gran cantidad de verduras, frutas y oleaginosas, pero no para nuestro consumo, para exportarlas a los Estados Unidos. Proporciona el dato que el 70 por ciento de estos alimentos producidos en México va a los Estados Unidos, mientras nosotros consumimos la comida chatarra y las bebidas endulzadas diseñadas por sus empresas.

Para el analista político y cómico la epidemia de obesidad es el resultado de políticas económicas donde intervienen los acuerdos comerciales y las políticas económicas. Explica cómo las políticas agrícolas en los Estados Unidos han llevado a la producción de Jarabe de Maíz de Alta Fructuosa (JMAF) a precios muy por debajo del azúcar de caña, lo que ha provocado que el JMAF se encuentre ya en la mayoría de los productos de los supermercados, señalando que el consumo de JMAF en México aumentó descomunalmente.

Para Minjah uno de los casos más dramáticos de expansión de esta epidemia de obesidad ha sido el Tratado de Libre Comercio de América del Norte y su efecto sobre México, especialmente en nuestro sistema alimentario. Señala que en México la diabetes está causando más muertes que el propio crimen organizado.

Al finalizar, Minhaj comenta que el nuevo tratado de libre comercio, que está por firmarse, pone restricciones a nuestro país para establecer etiquetados de advertencia en estos productos no saludables. La buena noticia, es que logramos detener el intento de que quedara establecido en un anexo del nuevo acuerdo esta prohibición. Lo anterior no significa que las corporaciones de la comida chatarra y las bebidas endulzadas no estén ya argumentando que el etiquetado de advertencia viola este acuerdo y los acuerdos de libre comercio internacionales. Sin embargo, otros países ya han avanzado con esta regulación logrando sortear las batallas en la propia Organización Mundial de Comercio. Y dentro del nuevo tratado comercial de América del Norte, México no va sólo en su proyecto de un etiquetado frontal de advertencia, Canadá también lo está planteando y ya fue definido como una de las prioridades de la nueva administración del presidente Trudeau.

Para dimensionar la importancia de regulaciones como el etiquetado de advertencia, la prohibición de la publicidad dirigida a niños de estos productos y la prohibición de su entrada en las escuelas, así como los impuestos, recomiendo ver este capítulo.

El muy recomendable capítulo puede verse en https://bit.ly/2sVDIYw en inglés o subtitulado en español en Netflix.

Alejandro Calvillo

https://www.sinembargo.mx/author/calvillo/

Sociólogo con estudios en filosofía (Universidad de Barcelona) y en medio ambiente y desarrollo sustentable (El Colegio de México). Director de El Poder del Consumidor. Formó parte del grupo fundador de Greenpeace México donde laboró en total 12 años, cinco como director ejecutivo, trabajando temas de contaminación atmosférica y cambio climático. Es miembro de la Comisión de Obesidad de la revista The Lancet. Forma parte del consejo editorial de World Obesity organo de la World Publich Health Nutrition Association. Reconocido por la organización internacional Ashoka como emprendedor social. Ha sido invitado a colaborar con la Organización Panamericana de la Salud dentro del grupo de expertos para la regulación de la publicidad de alimentos y bebidas dirigida a la infancia. Ha participado como ponente en conferencias organizadas por los ministerios de salud de Puerto Rico, El Salvador, Ecuador, Chile, así como por el Congreso de Perú. el foro Internacional EAT, la Obesity Society, entre otros.

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