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Jóvenes construyen el futuro en cervecerías, tienditas, fondas... Hay riesgos de fracaso, advierten

18/12/2019 - 12:05 am

En el programa social Jóvenes Construyendo el Futuro reposan varios objetivos del actual Gobierno: forma parte de la política para erradicar pobreza y para disminuir la desigualdad; también es una política educativa y hasta pilar de la estrategia de seguridad, por lo que señala el Presidente de atacar la violencia “desde las causas”.

En su primer año de implementación, todavía no es posible conocer los resultados, pero se pueden observar algunos errores que podrían tambalear la efectividad que desde ahora se presume, alertan especialistas.

Ciudad de México, 18 de diciembre (SinEmbargo).– Desde el Comedor Don Beto al Botanero & Bar Rustiko. O en Tacos y Sopes Doña Silvia o la Cervecería y Micheladas Alexis, en la lista de Centros de Trabajo del programa Jóvenes Construyendo el Futuro hay más de 11 mil tiendas de abarrotes, estéticas, pollerías, panaderías y cervecerías que se ofrecen para capacitar a jóvenes de entre 18 y 29 años.

De acuerdo con las listas de la Secretaría de Trabajo y Previsión Social (STPS), hay 900 mil centros de trabajo con un total de 1 millón 308 mil 631 vacantes. Hay instituciones públicas, organizaciones sociales y, en su mayoría, organismos del sector privado. SinEmbargo contabilizó 11 mil 620 tiendas de abarrotes, tortillerías, cervecerías, estéticas y panaderías.

En la búsqueda de esos datos, también sobresalieron las vacantes en pollerías, colocación de uñas de gel, cremerías, fondas, tiendas de piñatas, papelerías, taquerías y barberías.

En su definición más general, este es un programa de formación y capacitación en centros de trabajo con duración de 1 año, es decir, unas 5 horas diarias, en las que los aprendices –que reciben un apoyo de 3 mil 600 pesos mensuales– están a cargo de un tutor designado por el centro de trabajo participante y que debe contar con ciertos estándares.

El centro de trabajo lo elige el beneficiario del programa, que a su vez, es monitoreado a través de inspecciones laborales y supervisión.

La formación busca lograr la certificación del beneficiario en una “habilidad o competencia útil para el trabajo” y al mismo tiempo, la empresa recibe también una certificación.

En su primer año de implementación, es en los estados de Campeche, Chiapas, Guerrero, Tabasco, Veracruz, Michoacán y Oaxaca, donde más se registran este tipo de establecimientos y también, donde predominan los altos índices de pobreza.

Esta problemática la previó el Centro de Estudios Espinosa Yglesias (CEEY) en el estudio presentado en 2018, “El programa 'Jóvenes Construyendo el Futuro' … a la luz de “Millennials en América Latina y el Caribe: escuchando a los jóvenes de México”. En esa investigación se plasmó que una de las debilidades fue la “implementación precipitada, con poco tiempo de planeación, de un programa ambicioso de alcance nacional en un contexto del mercado laboral afectado por la inestabilidad, la informalidad y la baja productividad del empleo”.

En ese sentido, los investigadores señalaron que el hecho de que el programa tuviera un alto número de empresas pequeñas, “poco productivas y muchas de ellas informales”, exigiría una adecuada inspección para garantizar la adecuada capacitación al becario.

“La inspección laboral en México se considera que es insuficiente o deficiente. Por ello, a pesar de los protocolos de supervisión incluidos en el programa, se podría presentar el extremo de una relación ficticia entre tutor y becario”.

Consultada con motivo de este texto, Cristina Juárez Zepeda, de la oficina de comunicación social de la STPS, dijo a SinEmbargo que el programa no solo contempla la capacitación en grandes empresas sino también en los espacios de trabajo que existan en las comunidades.

“En varios sitios del país no hay Kimberly-Clarck, Coca-Cola, Bimbo alguna de estas empresas, por lo tanto la gente que tiene oficios […] puede entrar al programa para capacitar a jóvenes para que aprendan el oficio y puedan buscar un oficio después […] Por eso, ellos aunque estén en tortillerías, en cervecerías, en estéticas están aprendiendo porque esos negocios son pequeños, pero aprenden un oficio porque en los lugares en los que están es lo más cercano”.

También destacó  que fue la STPS la que invitó a la gente que ejerce un oficio a que se anotaran como tutores y capacitaran a los jóvenes de sus comunidades.

María Ayala López de Lara, coordinadora de investigación de Acción Ciudadana Frente a la Pobreza, dijo que lo que abonará a la mejora del programa es que ya se elaboran las reglas de operación, ya que este primer año se estuvo trabajando con lineamientos.

“Que se esté diseñando eso significa que se podrán evaluar mejor los resultados; es decir, conocer con más transparencia y claridad, sobre todo los centros de trabajo, el tipo de capacitación y que sean 12 meses en los que más allá de los 3 mil pesos que se les dan al mes, que sean 12 meses en los que haya una verdadera mejora en su formación para el trabajo”, comentó.

En el programa social Jóvenes Construyendo el Futuro reposan varios objetivos del actual Gobierno. Foto: Moisés Pablo, Cuartoscuro.

Desde su perspectiva, el centro de la discusión debe estar en la capacitación, en qué tanto van a mejorar no solamente las capacidades en el trabajo en el que están haciendo las prácticas o en el que están como aprendices, sino para el resto de su vida laboral y en eso tienen que estar al pendiente el gobierno y los centros de trabajo.

Sobre el tema de la supervisión, la STPS ya no dio respuesta a SinEmbargo hasta el cierre de la edición.

La Secretaria del Trabajo Luisa María Alcalde Luján dijo a mediados de este año, que se han recibido alrededor de 50 denuncias respecto a personas que han pedido a los jóvenes que les den una parte de la beca de 3 mil 600 pesos mensuales a cambio de integrarlos al centro del trabajo.

Precisó que son “casos aislados” y que el apoyo económico se deposita a los beneficiarios de manera directa en una tarjeta bancaria que ellos dan de alta, por lo que “no forman parte de un problema grande” frente a los más de 300 mil aprendices vinculados.

El modo de operar es que los aprendices se registran en la plataforma y dan de alta a la empresa como sus supuestos empleadores, pero la empresa les pide una parte del dinero de la beca para poder cobrarla durante un año sin realizar ninguna labor.

Las compañías contactan a los posibles interesados por medio de Facebook y Whatsapp, donde les hacen la propuesta, algunos incluso se ofrecen a realizarles el trámite de registro en la plataforma de la secretaría, por el cual les cobran una cantidad pese a que el trámite es gratuito.

El Presidente López Obrador insiste en que solo el programa Jóvenes Construyendo el Futuro, le está dando trabajo de aprendiz a 900 mil jóvenes en las empresas, en los talleres, en el comercio. Los datos oficiales muestran que el programa ya cubre al 98 por ciento de los municipios.

Daniela Barragán
Es periodista por la UNAM, con especialidad en política por la Carlos Septién. Los últimos años los ha dedicado al periodismo de datos, con énfasis en temas de pobreza, desigualdad, transparencia y género.
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