En una comparecencia en Tokio y ante medio millar de seguidores de todas las edades, el escritor japonés Haruki Murakami leyó partes de una novela corta que publicará el año próximo, titulada La confesión del mono de Shinagawa.
En unas aguas termales, el primate coincide con un humano y se ofrece, en un claro japonés y voz de viejo, a frotarle la espalda. El mono cuenta que se educó con un profesor de física y confiesa que le robó documentos a algunas mujeres...
Tokio, 17 de diciembre (EFE).- En una inusual comparecencia en Tokio, el escritor japonés Haruki Murakami adelantó este martes pasajes de su próxima obra, una novela corta que cuenta una historia singular de un mono hablador que se confiesa ante un interlocutor inesperado.
Murakami, de 70 años, participó hoy en la lectura de algunas de sus obras en un teatro de las librerías de la cadena Kinokuniya organizado por la editorial Shinchosha, algo que el autor de 1Q84 y Tokio Blues no hacía desde hace 24 años.
Ante medio millar de seguidores de todas las edades, incluidos algunos bebés, Murakami leyó parte de sus obras junto con la también escritora Mieko Kawakami con motivo de la publicación de la edición de bolsillo de un libro en la que esta recoge varias entrevistas al autor.
En un ambiente distendido y salpicado de algunas bromas, Murakami, poco amigo de los focos, entrevistas y reuniones públicas, leyó partes de una novela corta que publicará el año próximo y que lleva el título de Shinagawazaru no kokuhaku (La confesión del mono de Shinagawa).
Murakami ya tiene definidos más de cuarenta folios de esa obra, y con el fin de no extender demasiado su participación en el acto de esta noche dijo que los había resumido casi a la mitad para que la audiencia se enterara por primera vez de la historia del primate charlatán.
Y es que el mono aludido llega a coincidir con otro personaje, esta vez humano, en unas aguas termales de una zona rural de Japón, y para sorpresa de este último el primate se ofrece, en un claro japonés y con voz de viejo, a frotarle la espalda.
En ese encuentro y la charla posterior que siguen después en una habitación, el mono hablador le cuenta a su interlocutor que se educó en el distrito tokiota de Shinagawa con un profesor de física que, entre otras cosas, le contagió su amor por las mujeres.
El primate relata que no es amigo de amores con animales de su especie, sino de mujeres, y confiesa que con algunas de las que se enamoró logró evitar las tentaciones carnales robándoles algunos documentos y, consecuentemente, parte de su identidad.
Al final del acto, Murakami leyó partes de una obra de Kawakami, Heaven, y esta pasajes de Tokio blues (Norway no mori, en nombre original), y el encuentro derivó en una corta charla en la que Murakami reveló que habrá que revisar su biografía porque, al parecer, no nació donde estaba comúnmente aceptado.
A Murakami se le daba por nacido en Kioto, pero esta noche reseñó que recientemente vio su registro de nacimiento y comprobó que había nacido en un hospital de la vecina ciudad de Osaka, de donde era su madre.
Pero, aunque es un dato sorprendente a estas algunas para un autor archiconocido y eterno candidato nipón al nobel de literatura, Murakami le restó importancia al tema y dijo que, en el fondo, le daba igual haber nacido en Kioto que en Osaka.