La junta de la AIF expresó su apoyo a la dirección del organismo tras el registro del 1 de octubre, motivado por una investigación policial sobre una operación de bienes raíces del Vaticano en Londres.
Por Nicole Winfield
Ciudad del Vaticano, 18 de noviembre (AP).— El Papa Francisco relevó este lunes al responsable de la agencia vaticana de control financiero, tras una controvertida redada de la Policía vaticana en sus oficinas.
El pontífice dio las gracias a Rene Brülhart por su labor como presidente de la Autoridad de Inteligencia Financiera (AIF) al concluir su mandato. El Vaticano dijo que se anunciaría su sucesor la semana que viene.
La junta de la AIF expresó su apoyo a la dirección del organismo tras el registro del 1 de octubre, motivado por una investigación policial sobre una operación de bienes raíces del Vaticano en Londres.
Sin embargo, el daño a la reputación internacional de la Santa Sede ya estaba hecho. La IAF trabaja con divisiones de información financiera en todo el mundo en la lucha contra los delitos financieros. Los países estarán menos dispuestos a compartir información con el organismo si resulta tan sencillo que esta termine en las manos de la Policía vaticana.
Según la orden de registro, examinada por The Associated Press, la Fiscalía vaticana solamente afirma que la conducta de la AIF en el negocio “no fue clara” y acusó a su director, Tommaso Di Ruzza, por entrar en contacto con una firma de abogados de Londres.
La Fiscalía al parecer entendió mal el asunto, al pensar que la AIF estaba trabajando con la unidad de inteligencia financiera para tratar de detectar a los empresarios que estaban desfalcando a la Santa Sede en el trato de bienes raíces.
La Secretaría de Estado del Vaticano invirtió 150 millones de euros en el lujoso edificio residencial en la acaudalada zona de Chelsea de la capital británica, pero se enteró que decenas de millones terminaron en los bolsillos de intermediarios.
En 2018, la Secretaría de Estado decidió comprar todo el edificio mientras coordinaba con las autoridades británicas la captura de los intermediarios. Pero internamente, el banco del Vaticano y la Auditoría General sonaron la alarma ante la fiscalía vaticana de que el trato lucía sospechoso, lo que provocó la requisa de la AIF y de la Secretaría de Estado.
Como resultado, la investigación para ser más una pugna interna entre agencias vaticanas —por un lado el Banco Vaticano, por el otro la Secretaría de Estado y la AIF— en torno a los ingentes bienes financieros de la Secretaría de Estado, que no están registrados en los libros de contabilidad de la Santa Sede.