Hasta el momento, la narrativa ha dividido a los estadounidenses, prácticamente en la misma proporción que el inusual mandato de Trump. La Constitución establece un drástico, pero ambiguo, parámetro para el juicio político y hasta ahora no existe un consenso de que las acciones de Trump en las que se centra la pesquisa cumplan con la definición de «delitos y faltas graves».
Washington, 13 de noviembre (AP).— La investigación de juicio político al Presidente Donald Trump abre sus puertas de par en par y todo será transmitido el miércoles en vivo por televisión. Cuando por la mañana caiga el mazo al inicio de la audiencia que realiza la Cámara de Representantes, Estados Unidos y el mundo podrán ver y escuchar por primera vez los hechos relacionados con las acciones del Presidente Donald Trump en relación con Ucrania y sopesar si constituyen, en verdad, delitos merecedores de un juicio político.
Es un momento notable, incluso en una Casa Blanca repleta de ellos.
Los líderes de comisiones prepararán el terreno y luego vendrá el acto principal: dos diplomáticos veteranos, William Taylor, el ex infante de Marina que actualmente está a cargo de los asuntos relacionados con Ucrania y George Kent, subsecretario adjunto de Asuntos Europeos y Euroasiáticos, narrando la increíble y a veces complicada historia de un Presidente que supuestamente utilizó la política exterior para su beneficio personal y político de cara a las elecciones de 2020.
Hasta el momento, la narrativa ha dividido a los estadounidenses, prácticamente en la misma proporción que el inusual mandato de Trump. La Constitución establece un drástico, pero ambiguo, parámetro para el juicio político y hasta ahora no existe un consenso de que las acciones de Trump en las que se centra la pesquisa cumplan con la definición de «delitos y faltas graves».
Ya sea que los procedimientos del miércoles sean el principio del final de una presidencia o ayuden a Trump a asegurar el cargo, lo único seguro es que su caótico mandato finalmente ha llegado a un lugar que él no puede controlar y a una fuerza, el sistema constitucional de controles y contrapesos, que no puede ignorar.
El país ha pasado por esto apenas tres veces antes y nunca en el contexto de las redes sociales y los comentarios en redes sociales, incluyendo los del mismo Presidente.
«Estas audiencias tocarán temas de profundas consecuencias para la nación y el funcionamiento de nuestro gobierno bajo la constitución», dijo el representante demócrata Adam Schiff, presidente de la Comisión de Inteligencia que encabeza la pesquisa, en un memo a los legisladores.
Schiff describió el proceso como una «tarea solemne» y aconsejó a sus colegas «asumir estos procedimientos con la seriedad y amor al país que se exige».
«Una completa farsa de juicio político», tuiteó el Presidente, como lo hace prácticamente todos los días.