La idea de esta película le surgió por las persecuciones policiales de automóviles conducidos generalmente por personas de las que "se asume que son criminales" y están armadas y suelen ser hombres afroamericanos o latinos.
Miami, 31 octubre (EFE).- El productor y guionista mexicano Sergio Guerrero ha querido "romper todos los moldes" en su debut como director con una película sobre la brutalidad policial de la que son víctimas afroamericanos y latinos por igual, filmada íntegramente con cámaras de seguridad, dashcam, corporales o de teléfonos.
Las únicas cámaras profesionales de Intolerance No More (No más intolerancia) son las que aparecen en una escena que está ambientada en un estudio de televisión, dice Guerrero Garzafox, que tiene dos premios en su haber, en una entrevista con Efe en Miami, donde presenta su filme este miércoles.
Las cámaras de Intolerance No more, premiada en varios festivales, son las que, consciente o inconscientemente, nos graban día a día y reflejan el poder de las redes sociales.
La idea de esta película le surgió a Guerrero al ver casi a diario en la televisión de Los Ángeles, donde reside, persecuciones policiales de automóviles conducidos generalmente por personas de las que "se asume que son criminales" y están armadas y suelen ser hombres afroamericanos o latinos.
"Es una industria multimillonaria que crea prejuicios", dice Guerrero, que, además de director, es coguionista y productor de Intolerance No More y fue uno de los autores del guión de Un día sin mexicanos (2004), un filme de Sergio Arau que abrió un debate sobre inmigración al mostrar lo que pasaría en California si un día los mexicanos desaparecieran.
El cineasta señala que, al hacer el trabajo de investigación previo para Intolerance No More, se dio cuenta de la magnitud del problema del uso excesivo de la fuerza por parte de la policía, pero también de que la creencia general es que las víctimas son mayoritariamente afroamericanos cuando la realidad en California es que los latinos están al mismo nivel.
"De las 175 personas que murieron a causa de brutalidad policial en California en 2017 la mitad eran afroamericanos y la otra mitad latinos", subraya el productor de la serie Dos lunas, realizada para Fox International, protagonizada por la uruguaya Bárbara Mori y parte de la oferta de Netflix en Latinoamérica.
La explicación de que los casos de latinos sean mucho menos conocidos radica, dice, en que muchos son indocumentados y tienen miedo de denunciar y que los que no lo son conocen y hacen valer menos sus derechos que los afroamericanos.
Guerrero señala la importancia del movimiento (Black Life Matters) que denuncia cada caso y exige castigo para los que han ejercido la violencia contra ciudadanos "solo por el color de su piel", dice.
El cineasta mexicano decidió ponerse detrás de las cámaras para ahondar en este problema no solo porque le interesaba cinematográficamente, sino porque tiene dos hijos y no quiere que cuando crezcan puedan ser víctimas de prejuicios o discriminación.
Intolerance No More es una película de ficción en la que los cuatro personajes principales son todos mujeres: una afroamericana conductora de Uber, una influencer latina, una presentadora de televisión blanca y una policía, también blanca.
El nutrido y "multicultural" elenco, encabezado por Paulette Patterson, Drew Wicks, Lizza Monet Morales, Helen Kennedy y Christina Morrell, está formado por actores profesionales, de los cuales ninguno está sindicalizado porque era una condición para participar en el casting.
Guerrero aclara que no tiene nada en contra de los sindicatos, pero sí de que para trabajar en grandes producciones haya que estar sindicalizado porque eso le resta oportunidades a muchos actores y hay "mucho talento fuera del sistema".
En su primer filme como director Guerrero ha querido llevar al extremo su condición de cineasta independiente y también "romper moldes" en muchos aspectos.
Quizás la mayor ruptura haya sido la de elegir cámaras no convencionales para la filmación y de muy diversos formatos que captaron la acción desde un punto de vista diferente al habitual.
Guerrero explica que quien contemplase la filmación de una escena sin saber que lo era podría creer que los hechos estaban sucediendo de verdad pues la cámara cinematográfica brillaba por su ausencia.
La escena estaba siendo captada por una cámara de seguridad, por uno de los personajes del filme con su teléfono, por cámaras dash a bordo de vehículos o por actores que hacían de policías y llevaban las cámaras corporales adosadas a sus uniformes de trabajo.
Guerrero se queja de lo difícil que es lograr distribución para un filme independiente. "El sistema está pensado para que no podamos ganar dinero, para que ni siquiera podamos tener el retorno de la inversión", subraya.
El director de Intolerance No More pagó el filme con su tarjeta de crédito, según dice sin dar pistas de cuánto fue el costo, y tiene claro que va a acudir directamente a las plataformas digitales para que el filme llegue al público en 2020.
En ese lado hay también trabas, como los "agregadores", pero es más fácil intentar esa vía que abrirse un hueco en el sistema de distribución en salas comerciales.
Guerrero está convencido de que hoy en día no basta con la tolerancia, sino que es necesario la inclusión, y quiere que su película ayude a concienciar de un problema que, a su juicio, se resolverá solo con entrenamiento policial y educación ciudadana.