Guadalupe Correa-Cabrera
28/10/2019 - 12:03 am
Integridad y Derechos Humanos
"Las informaciones que cuestionan fuertemente la trayectoria, capacidad, ética e independencia de algunos aspirantes a reemplazar a Luis Raúl González Pérez, debieran ser tomadas con toda seriedad".
En los próximos días, el Senado de la República tomará una decisión clave al elegir a quien sucederá al actual titular de la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH), Luis Raúl González Pérez, quien comenzará un periodo de cinco años este 15 de noviembre. Cincuenta y siete fueron los candidatos que comparecieron ante la Cámara Alta esta semana pasada (12 mujeres y 45 hombres), representando una gran diversidad de intereses, ideologías y posturas con respecto a la defensa de los derechos humanos en México. En los actuales tiempos de gran incertidumbre con relación a este tema, de crecientes niveles de violencia, mayor control por parte del crimen organizado, y en el contexto de una crisis humanitaria y migratoria en las dos fronteras de México, la decisión del Senado de la República con respecto a la persona que encabezará la defensa de los derechos humanos en el país a nivel nacional, se vuelve particularmente importante.
Por la relevancia de esta selección, me di a la tarea de seguir este proceso en medios de comunicación formales y redes sociales con toda puntualidad. Asimismo, pude escuchar y analizar algunas de las comparecencias que me parecían claves dadas las posibilidades del candidato (o candidata) o su relación con importantes organizaciones nacionales e internacionales que tienen agendas particulares o un peso importante en esta decisión. Me preocupa sobremanera la trayectoria obscura de algunos candidatos y los perfiles de quienes se vinculan a intereses nacionales o extranjeros que pondrían en tela de duda la independencia y autonomía de una comisión tan importante como la CNDH.
Llaman la atención las acusaciones y señalamientos en redes sociales en contra de algunos candidatos que, según la opinión de quienes conocen bien sobre el tema, tienen las mayores posibilidades de conformar la terna de la cual surgirá la próxima cabeza de la CNDH. También destaca la mediocridad e irrelevancia de algunos de los aspirantes a encabezar la máxima institución de defensa de los derechos humanos en México. Pero lo que más preocupa es la crítica a ciertos personajes que se perfilan como favoritos en la contienda. Mensajes con los hashtags #noalacorrupción, #noalaimposición, #CNDHindependiente, #CNDHautónonoma, #nicuatesnicuotas y #mentirescorrupción, aparecen recientemente exhibiendo a algunos aspirantes de alto perfil. Mucha de esta información no es fácilmente corroborable, pero valdría mucho la pena investigar a profundidad estos casos por lo delicado de las acusaciones y más aún porque se trata de una decisión clave en términos de ética, transparencia y acceso a la justicia.
Destaca, por ejemplo, el caso de Elizabeth Lara Rodríguez, cuya independencia se encuentra fuertemente cuestionada. Además, circula en redes información sobre un supuesto fraude académico por la ausencia de evidencia que avala el grado de maestría que asegurar tener. Según esta información (no confirmada hasta el momento), fuentes de la Universidad Benito Juárez de Oaxaca dicen que Lara Rodríguez “carece de historial académico y módulos aprobados con las materias en el programa de maestría” en derecho que ostenta la aspirante a encabezar la CNDH.
Otro caso delicado es el de Alberto Xicoténcatl Carrasco, conocido defensor de derechos humanos, y Director de la Casa del Migrante de Saltillo. Este albergue se había ostentado como un espacio fundamental en la defensa de la seguridad y los derechos humanos de los migrantes en tránsito por México. Operado por la diócesis de Saltillo, fundado con el liderazgo del Padre Pedro Pantoja y contando con el apoyo del Obispo José Raúl Vera López, se había reconocido como uno de los albergues de migrantes mejor organizados y administrados del país. Sin embargo, en fechas recientes—y con una mayor presencia en medios y en otros espacios de Alberto Xicoténcatl, quien al parecer toma el liderazgo de las acciones de la Casa del Migrante—se comienzan a leer testimonios en prensa y otros medios de la supuesta presencia de traficantes de personas y drogas en el albergue (https://www.elheraldodesaltillo.mx/2019/07/25/casa-del-migrante-refugio-para-adictos-y-traficantes/).
Asimismo, se leen acusaciones en diversos medios de comunicación de Coahuila y redes sociales en contra de uno de los coordinadores del albergue por supuesto abuso de poder y acoso sexual (https://vanguardia.com.mx/articulo/ex-voluntarias-de-la-casa-del-migrante-de-saltillo-acusan-de-acoso-activista-y-maestro-de). Esta persona, según testimonios diversos, fue protegida por el llamado defensor de derechos humanos y hoy candidato a dirigir la CNDH. Por su parte, la labor de Xicoténcatl en el marco de la organización y facilitación de las caravanas migrantes y su apoyo y relación con algunos miembros de la organización Pueblo Sin Fronteras, preocupan a algunos observadores interesados en el tema de los derechos humanos.
Entre algunos que han seguido este proceso, también preocupa la relación del aspirante Michael William Chamberlin Ruiz con poderosas organizaciones no gubernamentales centradas en el tema de los derechos humanos de gran influencia en el país y que reciben financiamiento extranjero. Preocupa a algunos, la posible sumisión de este candidato a encabezar la CNDH ante intereses extranjeros o de organizaciones filantrópicas con agendas definidas que podrían presionar al Gobierno mexicano y desestabilizarlo o minar su soberanía. Cabe destacar que Chamberlin cuenta con amplia experiencia en el tema de derechos humanos y conoce bien las funciones de la CNDH. Al mismo tiempo, cuenta con importantes aliados en ONGs internacionales y cuenta con el respaldo de algunos senadores que juegan un papel fundamental movilizando apoyos de la oposición en el presente proceso de selección.
Entre la lista de los 57 candidatos a dirigir la CNDH, hay nombres que generan una gran animadversión en la opinión pública como pude constatarlo en los casos de Álvaro Vizcaino Zamora, quien fuera titular del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública, y Arturo de Jesús Peimbert Calvo, quien encabezara la Defensoría de los Derechos Humanos del Pueblo de Oaxaca (DDHPO). Me quisiera enfocar en este último por las posibilidades que algunos le ven en la contienda para encabezar la defensa de los derechos humanos en México a nivel federal. De acuerdo con la información que he recopilado—aun por verificar con todo cuidado—la llegada de Peimbert Calvo a la CNDH sería trágica.
Conocí a Arturo Peimbert en Oaxaca en el año 2007, en los tiempos de la APPO y cuando yo escribía mi tesis doctoral y él colaboraba de forma cercana con Romualdo Francisco Wilfrido Mayrén Peláez (conocido popularmente como “El Padre Uvi” y vinculado a la Teología de la Liberación). En ese tiempo, ambos personajes jugaron un papel clave y fueron reconocidos como importantes activistas comprometidos con los derechos humanos en uno de los estados más pobres y desiguales de toda la República Mexicana. Desafortunadamente, la trayectoria de estos personajes no parece haber continuado por el mismo buen camino. Estuve en contacto con miembros destacados de los medios y la sociedad civil en Oaxaca desde 2007 quienes me reportaron lo contrario. También revisé múltiples reportes de prensa y opiniones sobre el deterioro de las carreras de quien fuera el ombudsman de Oaxaca y algunos de sus aliados en los tiempos de la APPO.
La información que recolecté me preocupa particularmente en este momento, cuando Peimbert Calvo aspira a encabezar la CNDH. Existen numerosos reportes informales sobre supuestos actos de corrupción de su parte, incompetencia y sobre otros escándalos que son graves, sobre todo si hablamos de un aspirante a dirigir la máxima organización encargada de la defensa de los derechos humanos en México. Sólo basta con una sencilla búsqueda en medios electrónicos para recopilar una serie de testimonios que dejan muy mal parado al otrora ombudsman del estado de Oaxaca de Juárez. Los escándalos van desde acusaciones de violencia intrafamiliar, su falta de responsabilidad con el hijo que tuvo con una antigua pareja, la solicitud de su renuncia por permitir injusticias contra los indígenas de la región triqui (https://www.proceso.com.mx/507682/toman-oficinas-la-defensoria-oaxaca-exigir-la-renuncia-del-ombudsman-arturo-peimbert), el deficiente trabajo a la cabeza de la DDHPO, entre otros (http://imparcialoaxaca.mx/opinion/234237/peimbert-polemico/). Además, se registran reportes de frivolidad y gastos en exceso por parte de este personaje, lo que culminó con indignación general—en Oaxaca y más allá—por su suntuosa boda en últimas fechas que se llevó a cabo en una zona protegida del país. Vale la pena revisar los reportes de prensa y las fotos sobre este último evento, que cuestionan severamente la seriedad de este personaje y ponen en tela de duda su compromiso con los derechos humanos y la justicia social en uno de los estados más pobre de la República Mexicana (https://www.nssoaxaca.com/2018/10/24/boda-fifi-de-peimbert-grave-insulto-a-pobreza/).
El poder corrompe y a algunos los corrompe absolutamente. Este podría ser el caso de Peimbert Calvo, si atendemos a lo que muchos han escrito sobre su trayectoria y escándalos. Como dije anteriormente, e insisto, la información que recopilé para esta columna se encuentra en plataformas de información abiertas y me fue corroborada por conversaciones con expertos y personas interesadas en la defensoría de los derechos humanos en México. Es necesario verificar esta información que se repite y está fácilmente accesible en distintas plataformas de medios y redes sociales. No obstante lo anterior, y en tanto se realizan las muy necesarias investigaciones con relación a las supuestas faltas y trayectoria obscura de algunos de los aspirantes a encabezar la CNDH, hago un respetuoso llamado a los miembros del Senado de la República, quienes tienen en sus manos una decisión crucial en estos tiempos de crisis de seguridad, violencia, desapariciones y migraciones masivas en nuestro país.
Las informaciones que cuestionan fuertemente la trayectoria, capacidad, ética e independencia de algunos aspirantes a reemplazar a Luis Raúl González Pérez, debieran ser tomadas con toda seriedad. Aunque no es posible en este momento verificar todas y cada una de las acusaciones múltiples de algunos candidatos, los testimonios en su contra cuestionan de manera clave la integridad de dichas personalidades. Creo en la necesidad de contar con una CNDH independiente y autónoma, tanto del actual Gobierno como de intereses extranjeros. También apoyo totalmente los llamados de #noalacorrupción, #noalaimposición, #nicuatesnicuotas y #mentirescorrupción. Me solidarizo con aquellos que desean una CNDH encabezada por una persona íntegra e independiente del Gobierno actual y de agendas que vienen del exterior.
Dentro de los 57 aspirantes hay nombres de personas más independientes y capaces que las arriba mencionadas, las cuales cuentan con amplia experiencia dentro de la administración pública o son miembros destacados de la sociedad civil y han trabajado en tierra, en la defensoría de los derechos humanos. Espero se consideren otros nombre y perfiles más íntegros que no estén tan cuestionados como algunos que se mencionan en el presente texto. Los hay. La integridad y el futuro de la Comisión Nacional de los Derechos Humanos por los siguientes cinco años está en sus manos senadoras y senadores de México.
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