De entre las imágenes labradas sobresale la piedra clave del arco del túnel por su estado de conservación y estucado, la cual se compone por dos partes: un teocalli (templo) perfilado en su parte baja, y tres lóbulos en su parte alta que, a su vez, están asociados con estucos que asemejan gotas de lluvia, rasgo iconográfico que “indica que la talla y el templo que representa, tienen un vínculo con Tláloc”.
Ciudad de México, 27 de octubre (SinEmbargo).- Un túnel construido durante la época virreinal adornado con diversas imágenes prehispánicas, el cual forma parte del Albarradón de Ecatepec, una obra edificada por manos indígenas para regular las aguas de los lagos de Zumpango y Xaltocan, fue descubierto por arqueólogos del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH).
Anteriormente llamado Calzada de San Cristóbal, el Albarradón de Ecatepec, en el Estado de Mexico, ha sido una fuente de importantes hallazgos arqueológicos, entre ellos el de este túnel-compuerta de 8.40 metros de largo que muestra 11 imágenes prehispánicas, entre petroglifos y relieves estucados, dispuestas en sus costados.
En el conjunto de petroglifos que se ubica en el sector oriente de esta obra se distinguen las tallas de un chimalli o escudo de guerra, la cabeza de un ave de rapiña, una punta de pedernal y un elemento que el arqueólogo Alfonso Caso identificaba como "adorno de papel".
De entre las imágenes labradas sobresale la piedra clave del arco del túnel por su estado de conservación y estucado, la cual se compone por dos partes: un teocalli (templo) perfilado en su parte baja, y tres lóbulos en su parte alta que, a su vez, están asociados con estucos que asemejan gotas de lluvia, rasgo iconográfico que “indica que la talla y el templo que representa, tienen un vínculo con Tláloc”.
En el extremo poniente de esta obra se halló un glifo cuya iconografía permanece en estudio. En esta misma área que anteriormente fue el acceso del agua al túnel, los investigadores han hallado cuatro clavos de hierro, así como dos vigas de madera de 6.50 metros de largo y un pilote del mismo material orgánico, objetos que presuntamente forman parte de la compuerta original del dique.
Por su parte, el coordinador del proyecto de salvamento arqueológico y puesta en valor del Albarradón de Ecatepec, el arqueólogo Raúl García Chávez, señaló que no es inusual hallar materiales reciclados en la estructura del dique, sin embargo, destacó que sí es inédito el realce de las piedras labradas al ubicarse en la arcada.
Una hipótesis plantea que la presencia de los glifos y estucados de las arquerías se debe a que habitantes de los pueblos prehispánicos de Ecatepec y Chiconautla participaron codo a codo con indígenas de la región para erigir el dique.
Además, destacó que el túnel recién descubierto se ubica en un área conocida como Patio de Diligencias, a 500 metros del inicio del Albarradón; el cual, por el momento, reporta tener cinco metros de diámetro y más de seis de profundidad en su arco de desfogue. Para los especialistas, es claro que el pasaje pertenece a las tres compuertas originales del dique.
Respecto a la estructura del dique, el arqueólogo abundó que en la época virreinal el dique estaba integrado por dos compuertas tripartitas, es decir, con tres conductos de desfogue, colocadas en sus extremos, donde hoy se localizan la Casa de Morelos y Venta de Carpio, así como por una intermedia, de un solo túnel, que corresponde a la ahora hallada en el Patio de Diligencias.
En el pasaje subterráneo hallado se han encontrado materiales de relleno que van desde el periodo Formativo (900 a.C. - 150 d.C.) a la época colonial, entre ellos, vidrio, porcelana, mayólica, un metate seccionado, una escultura sedente decapitada y la base de una efigie humana hecha en basalto y que se usó como dovela.
Los arqueólogos también localizaron un tapiado de lajas con el cual fue clausurado el túnel en tiempos virreinales, mismo que será retirado parcialmente para explorar y consolidarlo desde su interior.
Raúl García precisó que el costado poniente del túnel será nuevamente cubierto como medida de conservación, pues la arquería de esta sección evidencia una fuerte afectación por efecto pluvial que habría derivado en su tapiado.