El pasado miércoles la Organización de los Estados Americanos (OEA) propuso una segunda ronda en el proceso electoral de Bolivia, independientemente de los resultados de la primera. Lo anterior fue para despejar sospechas de un posible fraude.
La Paz, 24 oct (EFE).- El Presidente de Bolivia, Evo Morales, aseguró este jueves que irá a segunda vuelta si no logra ganar en primera, aunque confía que el recuento final le dé la victoria sin esperar a otra ronda electoral.
Las declaraciones del Presidente se producen después de que este pasado miércoles la Organización de los Estados Americanos (OEA) instara a una segunda ronda pase lo que pase con el cómputo de esta primera, para despejar las sospechas de un fraude electoral.
"Si no ganaríamos con menos del 10 por ciento, vamos a respetarlos", declaró ante los medios en La Paz en referencia al porcentaje que necesita para la victoria en primera ronda tras los comicios del pasado domingo.
Al 98.42 por ciento del escrutinio, Morales, candidato a la reelección por el Movimiento al Socialismo, tiene el 46.83 por ciento de los sufragios, por el 36.7 del opositor Carlos Mesa, de la alianza Comunidad Ciudadana.
El mandatario boliviano supera en un 10.13 por ciento de votos a su principal rival en las urnas, con lo que ganaría en esta primera ronda.
El sistema electoral boliviano da la victoria al candidato con al menos el 50 por ciento más uno de los votos o el 40 con diez puntos de ventaja sobre el segundo, pero si no alcanza estos porcentajes, los dos más votados van a segunda vuelta.
"Si el resultado final dice que vamos a segunda vuelta, vamos a ir", al igual que "si el cómputo final dice que no hay segunda vuelta, vamos a respetar", proclamó el mandatario.
La OEA recomendó la segunda vuelta si el Presidente gana por un escaso margen en la primera, en medio de denuncias de un "fraude gigantesco" por parte de Mesa, quien advirtió de que no reconocerá un resultado que no le lleve a una segunda ronda con Morales.
El mandatario boliviano instó a la OEA a que evalúe la misión de observadores enviada a Bolivia para estos comicios, porque a su juicio nadie ha demostrado un fraude del que ya se alertaba desde antes de la votación.
"No quiero pensar que la OEA ya está con golpe de Estado, golpe de Estado interno y externo", dijo, para añadir que este organismo "debería evaluar a la misión también", en referencia a los observadores.
En este punto, reclamó que desde el exterior se respeten las normas internas del país.
Evo Morales considera un intento de "golpe de Estado" las denuncias de fraude desde la oposición, para negarle una victoria en primera ronda.
Morales esgrimió como prueba de este golpe el anuncio del Comité Cívico Pro Santa Cruz, un movimiento ciudadano de la mayor región del país, de que no le reconocerá como Presidente aunque gane las elecciones.
"Me sorprende que hay un Presidente posesionado, otro por posesionarse. Es la mejor prueba del golpe de Estado. Esto es no respetar la constitución, solo genera violencia", manifestó sin citar nombres.
El Presidente se refirió al final de su intervención a que aceptará una segunda ronda después de haber comenzado su discurso afirmado que se ve vencedor en primera.
El candidato a la reelección por un cuarto mandato consecutivo, en el poder desde 2006, se refirió a Mesa con calificativos de "cobarde" y "delincuente", acusándole de pagar a jóvenes para instigar incidentes como los que desde el pasado lunes se producen en el país en protesta por un supuesto fraude.
Morales, el Presidente con más tiempo en el poder en la historia de Bolivia, reconoció "algunos errores" en más de trece años de gobierno, que le pudieron restar votos en esta ocasión, que en las tres anteriores ganó holgadamente con hasta el 64 por ciento.
"Reconozco algún desgaste, internamente hay diferencias, hay algunos resentidos", comentó.
"No aceptan que un indio sea Presidente, ese es nuestro delito", criticó Morales, el primer Presidente indígena salido de las urnas en Bolivia y uno de los pocos en la historia de América Latina.